domingo, 13 de mayo de 2012

EL IMPUESTO INMOBILIARIO RURAL Y LAS QUEJAS DE LOS RURALISTAS

Por Dr. Rubén Visconti*

El impuesto inmobiliario aplicado en todas las provincias argentinas es el más bajo y como lo vamos a demostrar, el más arbitrario y lesivo en favor de los propietarios de tierras que pueda imaginarse.


Pese a ello, esos propietarios cada vez que un gobierno provincial dispone proponer una modificación al referido gravamen levantan sus voces y hasta llegan al atropello físico mediante el uso de adecuadas patotas, como acaba de suceder en la provincia de Buenos Aires con el fin de tratar de impedir que se modifique la ley vigente, a pesar de que, en este caso la tasación fiscal lleva alrededor de 20 años sin cambios,!20 años sin cambios¡ lo que de por sí demuestra muy claramente la falta de justificación de esas quejas recordando que según las estadísticas el incremento de los precios de las tierras rurales ha sido el mayor índice de crecimiento a partir del año 1945 hasta la fecha logrando que su posesión se haya transformado en la mayor defensa contra la inflación conocida y, seguramente, a conocer.
Comencemos con un dato utilizando como referencias numéricas las menores alteraciones en los precios de las tierras rurales que se sucedieron a partir de la última devaluación del peso/dólar aplicada en el país.
Según esos datos, insistimos de mínima, una ha de tierra rural estimaba su precio de venta, el supuesto valor venal, en 2000 dólares la Ha, el que luego de la mencionada devaluación se transformó, insistimos, en valores de mínima/ promedio, en 10.000 dólares la ha.
Entiéndase bien este proceso, el incremento del precio de la ha no fue la consecuencia del esfuerzo de los propietarios de tierras sino causado, exclusivamente por una medida, de nivel macro económico del gobierno nacional que, como lo acabamos de demostrar transformó en propietarios millonarios a todos los poseedores de tierras rurales sin que ellos, por sus esfuerzos e inversiones hayan tomado parte en el tema. BENEFICIARIOS NETOS GRATUITAMENTE PRODUCTO DE LA DEVALUACION.
¿Porqué millonarios en dólares?, porque 100 has con un valor original de 100x2000=200.000 dólares incrementaron ese valor hasta 100x10.000 =1.000.000 millón de dólares.
Y nunca ni tampoco ahora ningún gobierno provincial pretendió aumentar la tasación fiscal de los campos a semejantes niveles, por ejemplo, en la Pcia. de Santa Fe en estos momentos se estima que entre la valuación fiscal y los valores reales existen diferencias en favor de estas últimas estimada en hasta 48 veces.
Razón por la cual esta provincia según declaraciones del Ministro de Economía, mi amigo “Lito”, solo se recaudan para los fondos provinciales 200 millones de pesos anuales sobre  una extensión estimada en alrededor de  más de 13.000.000 de has. Cuando el Ministro hizo pública su opinión de que ese impuesto debería rendir alrededor de 600 millones año, ¡qué lío comenzó a armarse!, teniendo en cuenta, además, que el Partido Socialista que gobierna Santa Fe ha reemplazado al anterior Partido Demócrata Progresista de Lisandro de la Torre nacido para defender los intereses de los de los ruralistas provinciales.
El acuerdo en trámite llegó cuando este gobierno propuso estirar hasta 6 años el plazo  para alcanzar la cifra fijada de 600 millones del impuesto rural inmobiliario.
El problema básico alegado por los Biolcatti’s y los Buzzi’s estriba en que si se incrementa la tasación fiscal los propietarios rurales  corren el riesgo cierto de ser incluidos como contribuyentes en el Impuesto a los Bienes Personales y ello es totalmente inaceptable para su mentalidades reaccionarias campestres.
Además, este tema que nació hace mucho, a tal punto que tiene una antigüedad histórica que alcanza hasta el siglo XIX, tiene otro aspecto de la cuestión que pasamos a explicar.
La teoría económica vigente  entre los costos de producción, en los costos llamados costos técnico económicos y no solo contables, impone en su composición el llamado  “costo de oportunidad” basado en el hecho de que cuando un propietario de un dado capital, en este caso tierra, pierde como resultado de esa decisión la OPORTUNIDAD ALTERNATIVA a sus alcances para ganar, y que esa pérdida del supuesto beneficio debe ser compensada incluyendo como costo de la alternativa elegida para su inversión.
No se si queda claro, pero tomemos un ejemplo que consideramos clarificador, si yo elijo trabajar en una empresa pierdo la oportunidad de hacerlo en otras y por lo tanto mi actual patrón debe compensarme por la oportunidad perdida por mi elección y para recuperarla debe incluir en el sueldo que me paga ese agregado.
¡Qué idea de locos! ¿Verdad? pero es más o menos como funciona el concepto del "costo de oportunidad" que, además, no señala cual es la alternativa perdida por lo cual sería lo mismo si el propietario del capital elige una, por ejemplo, destinar su capital para invertirlo en dólares o en un negocio de la esquina de verdulería dado que las naranjas brindan mayores beneficios.
Los ruralistas tienen un método propio para estimar su costo de oportunidad, que resulta de fijar el precio de su capital  en tierras al supuesto valor venal, o de venta simulada, razón por la cual toman 10.000 dólares x 100 has, o sea los indicados 1.000.000 de dólares a una tasa de interés dada. Otro tema a considerar.
Primero, un poco de historia, en 1964 en mi condición de Jefe del Departamento de Estudios Económicos y Costos de la Dirección Nacional de Abastecimientos, el Ministerio de Agricultura me designó para integrar, junto a 20 Ingenieros Agrónomos una Comisión destinada al estudio de los costos de la producción agrícola para dar sus opiniones con respecto a los precios sostén a fijar por parte del gobierno nacional.
En esa reunión me enteré que en un Congreso realizado en 1937 entre ingenieros y creo que productores se había resuelto que el costo de oportunidad sobre la inversión en tierras se estableciera fijando una tasa del 10% sobre el valor venal de esa tenencia.
Inmediatamente objeté que el valor resultante no ofrecía cambios en el Beneficio Patrimonial  ya que contablemente se neutralizaba, dado que el pago ficticio de ese interés contabilizado como un Débito se compensaba contra un valor similar por otro ficticio, el ingreso del interés como un Crédito
Claro que si observábamos el problema desde el punto de vista económico se debería reconocer que el supuesto valor venal nuevo de la tierra significa un aumento patrimonial que, reconocido para los intereses, debía serlo también en lo relativo al beneficio.
Un ejemplo sencillo, por probarlo con los mismos números utilizados anteriormente, los intereses del 10 % sobre el valor reconocido para su cálculo, o sea 1.000.000 de dólares, se elevaba a 100.000 dólares, el incremento patrimonial obtenido que significaba un valor neto de 100 has a 2000 =200.000 dólares, que ahora se reconocía como un patrimonio de 100 x 10000=1.000.000 dólares significaban una ganancia por tenencia de 800.000 dólares, a los que descontados 10% a$1.000.000, o sea 100.000 dólares, daban un beneficio de 1.000.000 -100.000 =900.000 dólares. Las consecuencias cuasi inmediatas de mi razonamiento dio como resultado que, además de la negativa a aceptarlo por parte del resto de los miembros, mi eliminación inmediata  de la citada Comisión que debía fijar los precios sostén.
Un nuevo ejemplo se demoró durante un lapso muy prolongado, desde 1964 hasta el 2009,en cuya oportunidad un economista liberal o neo como suelen utilizar como pantalla los defensores del mercado, el Dr. Pontón, que fuera profesor de la Facultad de Ciencias Económicas de Rosario durante la dictadura 76/82, ligado a la Bolsa de Comercio de Rosario y a la Sociedad Rural, publicó que, de acuerdo con sus datos el costo agrícola era de pesos XXX, contablemente, a lo cual había que agregar el costo de oportunidad del 4% sobre el valor venal de la tierra; una baja en el porcentaje del 10% al 4% posiblemente asustado de sus propios cálculos si utilizaba el anterior 10%. Pero pese a esa disminución que no obstante fijaba el costo oportunidad en una cifra muy elevada, no advirtió o si lo hizo no quiso ponerlo en evidencia, que el Banco Nación para los depósito en dólares fijaba una tasa anual del 1% y que los títulos a largo plazo en Estados Unidos habían llevado sus tasa a 0%.
Las conclusiones son obvias, los dueños de las tierras del país en extensiones muy superiores a las 100 has que hemos tomado como simples referencias gozan de ventajas excepcionales de altos privilegios desde hace mucho más de una centuria, el impuesto inmobiliario es ridículo sobre todo comparado con su similar sobre las propiedades urbanas, injustamente protegidos contra las posibilidades de ser responsables del Impuesto a los Bienes Personales, secundariamente recordemos que también beneficiados con créditos bancarios a tasas reducidas  tanto si hay sequía como inundaciones  que significan erogaciones presupuestarias a cargo de todo el resto, y que por lo tanto antes que protestar les conviene hacer silencio para no provocar una reacción de todos los que colaboramos en el incremento de sus beneficios, por ahora, también en silencio y sin quejas.
Finalicemos  con una cita del libro de Adam Smith, padre de la economía liberal, quien pese a ello en su libro La Riqueza del las Naciones, sostiene que “los terratenientes son la única de las clases sociales que perciben su renta sin que les cueste trabajo ni desvelos sino que la perciben de una forma espontánea…esta situación tan cómoda y segura, no solo los convierte a menudo en ignorantes sino en incapaces para la condición necesaria  para prever y comprender los efectos de cualquier reglamentación pública”. 
*Doctor en Economía, Docente de la UNR, Miembro del CEP

1 comentario:

  1. Una vez más, Hugo Biolcati se ha presentado y comportado como el verdadero gorila energúmeno golpista que es.
    Con este individuo y sus secuaces los gobiernos, provincial y nacional deberían emplear la máxima severidad tal como se haría ante actos de sedición.
    Para colmo, los medios oligopólicos abren sus inodoros para que este ricachón gauchócrata desvergonzado se exprese con las tergiversaciones habituales para ver si aún puede convencer a los despistados de siempre.
    Da indignación y asco.

    Saludos
    Tilo, 71 años

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