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Por Dante Palma *
Plinio, el viejo, fue el primero en
describir a los basiliscos como un tipo de serpiente que mataba con la
mirada. Pero ya en los bestiarios medievales se demuestra que los
basiliscos son una suerte de híbrido producto de una gestación compleja
en la que un gallo de 7 años pone un huevo que es fecundado por una
serpiente y luego incubado por un sapo. De allí, naturalmente, se
obtiene esta criatura con cuerpo y cresta de gallo pero con cola de
serpiente que en la modernidad se ha dedicado a la economía. Si bien se
entiende que una disciplina que finalmente no tiene otro fundamento que
la confianza de entidades ficcionales como los mercados, es un espacio
casi natural para criaturas cuya principal arma está en la mirada, se
desconocen las razones últimas por las que estos seres se interesaron
particularmente en esta actividad humana con pretensiones científicas.
Con todo, se manejan tres hipótesis. La primera afirma que se
trata de una venganza contra el poder político fundamentado en el hecho
de que Alejandro Magno, formado en su adolescencia por el padre de la
política, Aristóteles, mató al basilisco más importante de la época
enfrentándolo a su propia mirada a través de un espejo.
La segunda se basa en la ambivalencia inherente al poder de la sangre del basilisco pues produce lo mismo que aquello que en la antigüedad era designado con el término griego pharmakón, esto es, una sustancia que, según su utilización, podía sanar pero también matar. Se cuenta que esta ambivalencia de la sangre de los basiliscos es la que explica tanto su pasión por brindar recetas económicas como el desenlace mortal de muchos de los políticos que las reciben suponiendo que es el remedio para todos sus males.
Por último, la tercera hipótesis tiene también algo de etimología pues “basilisco” tiene la misma raíz que “Basileos”, término que equivalía a “rey”, desde al menos el siglo XIII A.C., como atestiguan las excavaciones realizadas en Micenas. Se dice que los basiliscos nunca toleraron la posibilidad de un rey humano o un gobierno de la política. De aquí que, aunque sin pruebas fehacientes, se afirme que estas criaturas forman, desde hace siglos, una logia secreta encargada de ganarse la estima de los hombres elegidos por el pueblo para luego destruirlos a través de la implementación de sus políticas económicas.
Si bien su interacción constante con humanos los obligó a adaptarse y disminuir el potencial de su mirada mortal, no hay que subestimar el poderío de estas bestias pues puede que ya no maten pero son capaces de mantener hipnotizadas a generaciones enteras durante décadas.
*Publicado en Diario Registrado
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