sábado, 28 de abril de 2012

PERFILANDO EL FUTURO


Por Dr. Rubén Visconti*

Cuando uno se decide a efectuar predicciones sobre el futuro corre el riesgo de meter la pata. Así les ha sucedido a través de la historia a muchos pronosticadores que le han errado total y absolutamente a sus pronósticos y algunos de esos  tremendos y transcendentales errores nos siguen produciendo risas por su extrema magnitud. Por ejemplos cuando nos anunciaban o mejor dicho les anunciaban a sus contemporáneos que el mundo se acabaría cuando se alcanzara el año 1000, número que se ajustaba previamente a sus propias creencias ya que para otros, podías ser el 1.000.000 o el 5.000 u otro cualquiera.
Un  caso similar por su enorme trascendencia ocurrió allá por el comienzo del siglo XX cuando ante el anuncio de la llegada a las proximidades de la Tierra del cometa Halley se hizo un anuncio similar al anterior, listo, el mundo terminaría su funcionamiento total incluyendo, por supuesto, a todos sus habitantes .
Lo grave de estos anuncios es que el resultado o consecuencias de semejantes características son aceptados por muchos, produciendo suicidios y muertes colectivas y también algún jolgorio personal como el de  tirarse a la vecina total el hecho no produciría consecuencias; muerto  el culpable y muerto el juez, y, por lo tanto, tampoco no habría condena, muerto el perro se acabó la rabia.
Pero pese a estos convencimientos de que todo pronosticador, dado la muy voluble conducta de los humanos, corre el casi seguro riesgo de ser el hazmerreir de todos su contemporáneos, nos hemos decidido a practicar esta dudosa  actividad corriendo todos los riesgos antedichos cuando la futura realidad nos desmienta total y absolutamente. Para reducirlos dejemos en claro que este es para nosotros un simple juego de anticipación al cual le damos curso para entretenernos en esta tarde lluviosa, advirtiendo sin embargo que el pronóstico en sí no es el producto elaborado en unos pocos minutos de lluvia y frío, sin mate ni tortas fritas que a esta altura de mi vida mi estómago no las acepta, y con este prólogo, damos comienzo a nuestra premoniciones que son el resultado de una observación detallada y quizás hasta precisa, de la situación política actual, las conductas de los diversos grupos dirigentes, las ideas que sostienen y, en fin, de todos los aspectos que pueden ser incluidos para suponer cual será el desarrollo de los acontecimientos políticos, claro que no en el año 3000 como los antiguos pronosticadores, sino, particularmente, en el lapso que enmarca la vida de los argentinos desde aquí hasta el próximo año 2015.
Se mantendrá un grupo de derecha impulsado abiertamente por los medios de comunicación hegemónicos y sus voceros, creyentes sinceros algunos y por lo tanto, respetables basados en sus derechos de la libertad de pensamiento y de expresiones; grupo que a pesar de que ha perdido algunas pequeñas o no tanto batallas  en estos años, considerando que ello no significa que haya sido derrotado finalmente en la guerra permanente a la que apuntan, seguirá en sus treces, con la esperanza de acontecimientos basados en factores externos que redunden en la marcha de la economía nacional, aunque más no sea transitoriamente, para dar el zarpazo con el objeto de recuperar sus posiciones dominantes que terminarán en un plan de AJUSTE. Será el momento, al margen de su magnitud en que todos los corifeos, más pagados que creyentes sinceros, eleven sus voces  reclamando el mérito de que sus catastróficos anuncios se han habrán cumplido. Será, casi seguramente, un lapso de escasa duración pero apto para justificar la aplicación de los cambios proclamados durante todos estos últimos años. Tendrán en su favor los apoyos de todos los organismos internacionales, los tradicionales internos como la jerarquía  eclesiástica y, por supuesto, de los dueños de las tierras y las empresas internacionales.
Esa DERECHA, cuyas garras las observamos diariamente, siempre atenta al mantenimiento y recuperación del statuo quo que obra exclusivamente en su favor seguirá minuto a minuto la tarea de destrucción y poco a poco hará pública su elección del hombre y de los hombres que deberán ejecutar su conocido programa de desigualdad y concentración de poder. Será, como ahora parece serlo, Macri u otro, dado que el mencionado parece carecer de piné, pero esta elección carece de importancia dado que, sea quien sea, será un monigote que deberá responder solo a los propósitos de esa DERECHA.
Pero esta supuesta predicción carece de importancia dado que sea quien sea, el programa de la derecha no tiene ni tendrá cambios, SERA ASI, cualquiera fuere su representante nominal o presta  nombre.
Dentro de esa Derecha podemos considerar que formarán parte los restos disidentes del peronismo, que resistiéndose a morir en los últimos años de sus vidas políticas y también físicas se prestarán a acompañarla solo a los efectos de ser nombrados quizás por última vez antes de desaparecer para siempre. Será solo un intento de evitar por algún tiempo más a transformarse en individuos totalmente anónimos.
La mayor dificultad en este pronóstico lo encontramos cuando debemos hacer la proyección de los radicales que, para nosotros, vienen perdiendo o ya perdieron aquél slogan que sostenía “se dobla pero no se rompe”, ya se han roto, como lo demostró la muy reciente votación en favor o en contra de la expropiación de YPF, en la que quedó claramente demostrado que algunos de sus dirigentes no se resignan a dejar de lado los viejos y permanentes principios que destacaron su línea política, en tanto que para otros que para certificar que no, que no tienen nada que ver con su propia historia. Este análisis me hace acordar cuando años ha, algunos dirigentes del viejo partido socialista encabezaron la oposición contra el original peronismo o sea contra la clase trabajadora argentina a la cual la dibujaban con una bombilla que penetraba sus mentes vacías.
Como esa rotura es, desde el punto de vista de un observador imparcial, definitiva, el tema a resolver es que actitud tomarán los que respetuosos de su pasado deberán indefectiblemente  enfrentar tres posibilidades: 1) seguir acompañados por esos otros, 2) separarse o unirse como segundones al frente progresista, o 3) arrimarse al gobierno nacional dado que muchos de los reclamos radicales se han cumplido como ellos los reclamaron, resignándose a ser segundos pero partícipes en un proyecto nacional que también los representa.
Cuanto más demoren en tomar una decisión  será más difícil su reacomodamiento por lo cual sostenemos que cuanto antes acepten la realidad mayores serán los beneficios políticos y personales que reciban.
Nos queda finalmente el Frente Progresista, comandado por un Partido Socialista que como tal ha cometido y sigue cometiendo algunos pecados sobre los cuales no deben reiterar, por ejemplo la candidatura a vicepresidente del senador Giustiniani que, como buen laico, no pudo haber integrado la fórmula con una representante de la iglesia católica como Carrió y en cuanto a aspectos políticos actuar como verdaderos socialistas y no como un nuevo Partido Demócrata Progresista dedicado a la defensa de los intereses de los sectores agro-ganaderos, como lo demuestra el hecho concreto de sus posiciones en contra de las retenciones y el miserable impuesto inmobiliario rural por lo cual pierden ingresos provinciales que hoy los conducen a un posible déficit, para cuya modificación ofrecen aumentarlo en un plazo de ¡seis años! En el año record del precio de la soja. Es decir, o ser socialistas como lo reclaman o no serlo aceptando la realidad de su propio pensamiento real y efectivo. Vale la demostración que en la segunda vuelta de las recientes elecciones el incremento de sus votos se derivó de los votos que originalmente le pertenecieron a Duhalde y al Pro. Sintéticamente, deberán sincerarse para poder constituirse en un Frente que sin dejar de apoyar las medidas positivas de este gobierno resuelva finalmente sumarse al mismo para impedir a la Derecha que aprovechará cualquier división del progresismo para derrotarlo.
Las otras fuerzas menores, como la que supo desarrollar Solanas deberán seguir el mismo camino, sumarse contra la derecha, y solo nos queda referirnos a la izquierda tradicional que sigue empecinada en no seguir los consejos del propio Lenin cuando aconsejaba que había que dirigirse y atender las contradicciones inmediatas y no las futuras para poder progresar en la construcción política.
Nos queda referirnos no a las agrupaciones en particular sino a aquellos que perteneciendo a una agrupación política determinada, no respetándose a sí mismos, abandonando su propia estima personal, se reacomoden respondiendo a una ganancia inmediata, léase cargo, con el cual resolver sus propias aspiraciones personales.

*Doctor en Economía, Docente de la UNR, Miembro del CEP

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