jueves, 14 de agosto de 2025

RENOVACIONES QUE ATRASAN

Por Roberto Marra

Nada es lo que parece. Eso es lo que se desprende de las reuniones de “dirigentes” santafesinos que se pretenden “peronistas” (o algo parecido), cuando se los ve empeñados en exponerse como buscadores de “nuevas síntesis” ideológicas, más bien intentos de lograr protagonismo mediático y social a través de rejuntes que parecieran imposibles. Pero sus necesidades particulares o de grupo pueden más que la vergüenza de alejarse de la doctrina que dicen abrazar, con el único afán de permanecer en el candelero politiquero de la consideración popular.

Por lo visto en los sucedido en los últimos actos electorales, los resultados no parecen demasiado halagüeños, ni para ellos ni para la imprescindible presencia del Pueblo en las urnas. Aunque, si se observa la realidad con el cristal que los obnubila a ellos, mientras se mantengan sus cargos incólumnes en los sitios institucionales que vienen acaparando, nada les hará modificar sus conductas.

Palabra linda, “renovación”. Cuando se la escucha, se piensa en modernizar, refrescar, actualizar, renacer, desempolvar. Invita a soñar con algo distinto, que barra con lo viejo y perimido. Pero nada de eso es real. Se trata de simples trucos publicitarios, miserables teatralizaciones de verdades mentirosas, cortinas de humos que enceguecen el raciocinio de “la gente” o “los vecinos” a quienes dirigen sus mensajes cargados de banalidades politiqueras, frases comunes y monsergas de pretendidos estadistas, devenidos en tales por efecto de encuestas amañadas que ellos mismos encargan.

Lejos de renovarse, intentan acentuar sus pequeños poderes de liderazgos de la nada, con el único fin de seguir siendo lo único que saben ser: ocupas de espacios políticos que evitan la aparición de verdaderos emergentes de la sociedad y la militancia. Convertidos en “tapones” que evitan el “derrame” de militantes en la consideración popular, logran sus objetivos a costa del retraso social, la pobreza y la miseria material y moral de la población, que no es, para ellos, más que una sumatoria de individuos que están sólo para poner un voto inconsciente en las urnas de la indignidad.

No parece afectarles el bochorno de presentarse junto a representantes de espacios políticos aliados con el desmantelamiento del Estado, la desindustrialización, la anulación de derechos, la persecución ideológica, el apaleamiento a los díscolos con el sistema, la vulneración de la soberanía, la apertura económica para beneplácito de los especuladores, la asociación con los peores genocidas del Planeta. Hacen como que no saben, como que no ven ni escuchan o, a lo sumo, ensayan torpes respuestas cuando se los interroga por sus fraudes ideológicos manifiestos.

Todo vale, a la hora de pretender ser lo que nunca pudieran por sus condiciones desleales. Y todo es posible, por efecto de la mediática cómplice de la pretendida destrucción del peronismo, para lo cual cualquier esfuerzo les vale. Y allí van estos desalmados gobernantes de la nada misma, caminando sobre el barro popular que no logra sublevarse (todavía), en busca de sus enésimos mandatos sin Pueblo ni ideas, salvo las que les asegure sus presencias en los sitios que oscurecen con sus actos desprovistos de futuro. La felicidad popular es, para esas energúmenas marionetas del Poder Real, una molesta valla para sus objetivos de cartón pintado.

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