lunes, 23 de abril de 2012

EL ATAQUE CONTRA LA RECUPERACIÓN DE YPF TAMBIÉN FUE DIGITAL

Por Ariel Garbarz*

Saber dónde se encuentra, con quién está, qué habla y, finalmente, qué hace toda persona con poder de decisión, con la sola condición de que porte o esté cerca de un celular encendido, sirve a las más repudiables operaciones ocultas, que han demostrado su efectividad en torcer decisiones empresariales, ejecutivas, legislativas o judiciales. Resulta suficiente que la víctima sepa que un organismo de poder desconocido e ilegal la escucha, graba y registra sus movimientos. Este saber por sí solo atemoriza, altera e inhibe la libertad de decisión y de conciencia. La democracia se degrada.
Unas horas después del anuncio presidencial de nacionalización de YPF y de quiénes serían sus interventores, varias líneas telefónicas directas y celulares de altos funcionarios del Ministerio de Planificación empezaron a recibir un intenso bombardeo teleinformático desde un sistema administrador de intercepciones IMS de última tecnología marca Nokia Siemens Network, conectado a una central telefónica europea. No es un aparato desconocido. Todos los datos técnicos de este interceptor, incluyendo su número identificatorio provisto por el fabricante, así como su localización geográfica, fueron obtenidos mediante pericias teleinformáticas realizadas en la Argentina y en Italia, entregados a la justicia federal en el marco de una causa iniciada  por Telecom Argentina, cuyos directivos fueron sus primeras vícitmas. 
El lunes reapareció este IMS intentando interceptar comunicaciones y activar los micrófonos de los celulares de funcionarios para que transmitan sus conversaciones ambientales. Fue rápidamente detectado y bloqueado por las computadoras que protegen la red telefónica del Ministerio de Planificación. Un sistema de protección de última tecnología denominada COMSEC, implementado por convenio de asistencia técnica entre la Comisión Nacional de Comunicaciones y la Universidad Tecnológica Nacional.
El IMS no sólo captura voz, sms y datos de localización de los teléfonos sino también penetra en computadoras y copia los correos electrónicos y las bases de datos. El datacenter más moderno y protegido del Estado sería hoy el de la Dirección de Informática del Ministerio de Planificación, a cargo del ingeniero Gabriel Gric y su equipo de profesionales. Manejan el “Repositorio Único de Servicios Públicos”, una base de datos que ya cuenta con millones de registros que componen las nóminas de usuarios de servicios públicos y sus facturaciones mensuales. El Centro de Cómputos del ministerio es más seguro que el de las casas matrices de muchos bancos extranjeros. Con mas de 100 servidores y el único storage de 3ª Generación instalado en el Estado con 240 Terabytes de almacenamiento, las capas de seguridad (sofware y hardware) y sus firewalls ni se mosquearon ante los ataques teleinformáticos del Viejo Continente.
Aunque hace semanas se preveía y felizmente se concretó esta decisión histórica y ejemplar de recuperar nuestra soberanía energética, pareciera que los detalles de las gestiones y negociaciones  posteriores al anuncio sobre la implementación de la expropiación a YPF, que se conversan en despachos, oficinas o telefónicamente, cobraran especial interés, sea para Repsol o para las transnacionales temerosas de más nacionalizaciones.
Todavía hay muchos que minimizan la gravedad del espionaje en las comunicaciones, como si fuera una inevitable consecuencia de la modernidad digital.
Pretender soslayar este peligroso instrumento detras del  “qué me importa, que pinchen,  si total no tengo nada que ocultar”, favorece su impunidad, tanto como lo hizo el nefasto “por algo será” durante y despues del genocidio.
La guerra contra el espionaje teleinformático es tan permanente como la de los antivirus, y tan necesaria para proteger la gestion pública de todo gobierno que le haga frente a los poderes económicos concentrados.
Con la expropiación de YPF se inicia una nueva etapa del proyecto nacional, popular, democrático y federal. Detrás de la recuperación de nuestra soberanía energética, seguirán otras. Para defendernos de los ataques teleinformáticos de la reacción a ellas, nos estamos preparando desde 2003. Pudimos hacerlo gracias a la corajuda decisión de Néstor Kirchner, sostenida por Cristina Fernández e implementada por Julio De Vido, de desarrollar las herramientas digitales necesarias para bloquear a los espías de las transnacionales, las corporaciones, sus servidores políticos y sus mafias locales.  
 
*Publicado en Tiempo Argentino

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