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Argentina ostenta el dudoso mérito de poseer el único
milagro injusto de la historia. En realidad, no se trata de “un” milagro, sino
de “una” Milagro. Es que la ridícula condena que se le dictó a la dirigente
social en el feudo de In-Morales, no se basa ni siquiera en algún mínimo dato
verificable por algún testigo o prueba material. Obviamente, no se puede catalogar de “testigo”
a alguien que resulta ser empleado del gobernadorzuelo jujeño, quien ni
siquiera estaba en el lugar donde sucedieron los hechos por los que se acusó a
Milagro. Pero para el señor feudal y sus justicieros berretas, la realidad no
importa.
Como tampoco le importa al juez Ercolini y sus
extorsionadores amigos del Poder. Este remedo de un Flash Gordon del
subdesarrollo, apuró un procesamiento contra la Ex-Presidenta, con acusaciones
no tan ridículas, como el embargo de 10.000 millones de pesos. Con la difusión de
esta cifra, la prensa canallesca ya tiene sus titulares necesarios para generar
otro odio más contra su paradigmática enemiga y mantener la atención fuera de
los desmanes económicos y sociales del gobierno que sostienen.
Inútil será mostrar la verdad sobre las cifras reales del
patrimonio de la eterna acusada. Las pruebas, como lo sabe muy bien Milagro
Sala, no tienen ninguna importancia para los jueces cómplices del Poder. El
estigma de una rimbombante acusación de asociación ilícita ya se le colgó al cuello
de la condenada por anticipado.
Poco importan las leyes y la Constitución. Ni siquiera las
Convenciones Internacionales se tienen en cuenta por los corruptos acusadores
de corrupciones ajenas. Nada significan las solicitudes de los Organismos supra
nacionales que indican la necesidad de terminar con el encarcelamiento de
Milagro. En realidad, lo único internacional que los funcionarios del actual
gobierno validan, es la profusión de cuentas en guaridas fiscales, que les brotan
como hongos después de las lluvias.
“La justicia siempre llega”, decían nuestras abuelas. Claro
que, en sus épocas, no se concebía la posibilidad de considerar corrupto a un
juez. Tal vez lo habría, pero aun así, el decoro propio de la honra que se
pretendía como base de sus pertenencias al Poder Judicial, podía más que sus
relaciones sociales y personales con los otros poderes, aun con el fáctico. Hoy,
cuando la injusticia campea por los despachos de los tribunales, la virtud ya
no es tal y la nobleza de espíritu solo es un recuerdo. Y a la Justicia, se le
cayó la balanza.
ES UN PAÍS EN GUERRA ECONÓMICA.
ResponderEliminarY OCUPADO.
POR LAS FUERZAS DEL JP MORGANASCOS.
ASÍ QUE HEMOS ENTRADO EN UN ESPECIAL ESTADO DE EXCEPCIÓN , LLAMADO ESTADO DE SAQUEO.
AL ABORDAJE MIS J P MORGGANS.