viernes, 16 de diciembre de 2016

CAMBIAR, PADECER Y VOLVER A CAMBIAR

Imagen Página12
Por Roberto Marra

"Este cambio no puede detenerse en revanchas o ajustes de cuentas". "Tenemos que unir a todos los argentinos". "Queremos tener buenas relaciones con todos los países". Estas y otras tantas frases, las ha repetido hasta el cansancio el actual presidente. Pero, al igual que su promesa de “pobreza cero”, solo han sido emitidas para lograr el objetivo primario de ganar las elecciones.
A los desastrosos resultados de la aplicación de medidas económicas que asustan, se suma ahora la nueva forma de relación internacional, consistente en apalear a representantes de países que no simpaticen con sus retrógradas ideas. El insólito e inédito destrato a la Canciller venezolana Delcy Rodríguez para impedir su ingreso a la ilegal reunión del Mercosur, que desconoce toda reglamentación del organismo, indica que Macri, junto al golpista Temer, el heredero de Stroesner paraguayo y el dubitativo Tabaré Vázquez, se han sumado, con fervor, a la campaña de desestabilización del Gobierno de Venezuela. Tal como también lo hacen con todos los líderes populares auténticos que reivindican otros paradigmas, y no los del Poder corporativo internacional.
No podía estar ausente de estos desatinados proyectos hegemónicos, el gobierno de los gerentes de Argentina. Al cinismo con que se expresa el presidente respecto a sus acciones, a la prédica del odio y el resentimiento que dicen no tener, pero que ejercen con pasión, se suman las disparatadas intromisiones en los asuntos internos de otros países, pretendiendo dictarles el ejercicio de sus acciones de gobierno.
Justo él, que mantiene encarcelada a una dirigente social por delitos inventados por un payasesco gobernador, que más parece un capataz de estancia, a pesar de los dictámenes vinculantes de los organismos internacionales que Argentina integra. Justamente él, que aparece vinculado, junto a toda su familia, a actos de evasión en guaridas fiscales. Justo él, que amasó su fortuna a costa de todo el Pueblo durante la dictadura.
Dijo alguna vez Belgrano que “Los hombres no entran en razón mientras no padecen”. Eso estamos haciendo: padeciendo las agresiones de un proyecto de un País para muy pocos. Falta ahora que, haciendo a un lado el egoísmo miserable y el velo mediático, asumamos el compromiso histórico de entrar en razón.

No hay comentarios:

Publicar un comentario