miércoles, 8 de febrero de 2012

¿LAS MUJERES COMO BLANCO?

Por Carlos A. Solero*

En los últimos meses hemos sido testigos involuntarios de múltiples hechos de violación, a veces seguidos de muertes, perpetrados contra niñas o jóvenes mujeres, y cierta prensa gráfica o televisiva los muestra como simples casos policiales. Esto encubre la trama de prejuicios e intereses económicos, políticos y la persistencia del fundamentalismo religioso revestido de moral.
En muchos de estos acontecimientos aberrantes la víctima es obligada a llevar adelante un embarazo no deseado por ella, obligada por jueces y médicos amparados en una legislación de claro cuño patriarcal.
El cuerpo de las mujeres, blanco favorito de la trata de personas de modos diversos como el tráfico y sometimiento a la prostitución o la exhibición para entretenimiento de masas, es un claro ejemplo de cómo el sistema capitalista todo lo transforma en mercancía.
Además cabe señalar que no es posible naturalizar el maltrato y la vejación de ningún ser humano, cualquiera sea su sexo o género. Por detrás de las sórdidas historias hay un conjunto de valores y creencias arraigados en buena parte de la sociedad que estigmatiza a las víctimas de la violencia patriarcal y misógina.
En diversas provincias del país se dan casos como el de Entre Ríos o La Rioja, donde el femicidio es un fenómeno social que se está visibilizando ya que desde las organizaciones de mujeres hay desde décadas un activismo que no se detiene y lucha por hacer respetar derechos y libertades esenciales.
Es preciso romper con la indiferencia frente al sufrimiento de miles de mujeres víctimas de violencia psicológica y física. No hacerlo es ser cómplices objetivos de hechos que deben interpelar nuestra sensibilidad e inteligencia, no cediendo terreno a los dogmáticos y oscurantistas.


*Carta de lector publicada en Rosario12

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