domingo, 6 de enero de 2013

LA POBREZA EN SANTA FE Y ROSARIO COMO CONTRACARA DEL BOOM SOJERO

Por A. Guerrero y F. Schmalen*

Un informe reciente (2 de enero) del Centro de Exportadores de Cereales (CEC) y la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (Ciara) hace saber que durante 2012 Santa Fe exportó productos agrícolas por algo más de 23 mil millones de dólares, más de dos veces y media de lo que colocaba en el exterior en 2003 (casi 9500 millones). Las cosas, según parece, mejorarán durante el año que comienza, puesto que se espera una cosecha cerealera record de entre 105 y 110 millones de toneladas. Al mismo tiempo, los recursos provinciales aumentan en mayor medida que sus gastos y el resultado económico ha sido superavitario en los tres primeros trimestres de 2012 (251,8 millones de pesos), cosa que no sucedía desde 2010. Debe tenerse en cuenta, sin embargo, que esa situación seguramente no pudo mantenerse en el cuarto trimestre (aún no hay datos) por los pagos del aguinaldo. No obstante, no todo es allí coser y cantar.

DE POROTOS POBREZA Y DEUDA PÚBLICA. La pobreza santafecina persiste y comprende a una franja de entre el 25 y el 30% de la población, aunque en zonas delimitadas del territorio. Los recursos asignados por la gobernación de Antonio Bonfatti para hacer frente al problema son variados, pero resultan a todas luces insuficientes. El Ministerio de Desarrollo Social de la provincia reparte la llamada Tarjeta de Ciudadanía, el Pronosut copa de leche a comedores escolares, asiste a comedores comunitarios y ha establecido un "complemento nutritivo alimentario", todo lo cual apenas alcanza a paliar el problema. En otras palabras: el boom sojero, que casi triplicó sus ingresos por exportaciones, no se "derrama" hacia abajo, y la pobreza, por lo menos en sectores importantes de la provincia, se mantiene estable, salvo, claro está, que se compare con el fondo de la crisis en 2002/2003, cuando era pobre la mitad de la población de Santa Fe.
El cuadro empeora al observar a sectores particularmente críticos. Por ejemplo, un informe financiado en parte por la Unión Europea ("A la altura de los chicos: Diagnóstico participativo sobre la situación de las infancias, Distrito Oeste, Gran Rosario") dice, entre otras cosas: "Se destacan como amenazas las tendencias crecientes del número de chicos y chicas que se encuentran en situación de calle, y el consumo de drogas entre niños y jóvenes."
Por otra parte, la situación de la deuda pública de la provincia se aproxima a su punto crítico después de haber aumentado (la deuda consolidada y la flotante) en un 69,8% entre 2010 y 2011. Desde entonces, aunque en un ritmo menor, no ha dejado de crecer. La deuda flotante se duplicó entre 2010 y 2011.
Por otra parte, si bien el resultado económico, como quedó dicho, es superavitario, el cuadro se invierte al analizar el resultado primario y el financiero. El resultado primario fue negativo en 222,5 millones de pesos, y el financiero registró un rojo de 245,2 millones durante 2012.
El gobierno socialista intentó compensar esos rojos con un aumento considerable de la presión impositiva, que no afectó a todos por igual. Aumentaron, por ejemplo, el impuesto a los ingresos brutos, el inmobiliario, el urbano y el rural. También se estableció un pago adicional para los grandes propietarios rurales. Sin embargo, el impuesto rural cobrado a los productores de soja resulta mínimo en comparación con los incrementos tarifarios e impositivos pagados por los trabajadores y por la clase media. Las 120 mayores empresas de la provincia, cuya facturación es multimillonaria, no pagan ingresos brutos.
Pero, además, incluso los exportadores temen que la situación de la provincia no pueda aportar la infraestructura que la bonanza requiere.
UN PUERTO CRÍTICO. Un balance del año, publicado días pasados por Ciara, tiene por título una queja precisa: "Un año de dificultades, demoras y elevada capacidad ociosa de la agroindustria."
La Cámara de la Industria Aceitera señala, entre esas dificultades, la creciente paralización de los puertos "por conflictos sindicales ajenos al sector". En verdad, los conflictos no son tan “ajenos al sector”. En el puerto de Rosario, el más importante de la Argentina, el régimen laboral de "tercerizaciones" y los contratos de trabajo precarios son moneda corriente. También los accidentes laborales. De ahí que la conflictividad sindical haya parado el puerto durante 50 días en el curso del año pasado.
Por otro lado, no son sólo los conflictos con los trabajadores los que demoran las operaciones portuarias. Los problemas de administración aduanera producen atrasos muy serios. Durante 2012, recalaron en Rosario 347 buques para embarcar granos y productos agroindustriales. De ellos, el 60 por ciento sufrió demoras originadas en pesados trámites de control aduanero. Así, por ejemplo, 5 millones de toneladas de granos estuvieron detenidas en depósito entre el 12 de octubre y el 30 de noviembre, todo lo cual implica pérdidas severas.
El balance de Ciara también señala la elevada capacidad ociosa de las plantas industriales del sector, que ha crecido desde el 14 por ciento a principios de la década pasada hasta el 35 por ciento actualmente. Algunas de esas plantas, dice Ciara, ya están detenidas "en el marco de una producción ya reducida, primero, por la sequía y, luego, por las inundaciones".
¿Cómo se explica ese derrumbe productivo en un sector que no hace sino incrementar sus exportaciones? Ciara explica que, si bien crecen sostenidamente las ventas de poroto de soja a China, ese país "utiliza barreras arancelarias para generar artificialmente su propio polo productivo". Esto es: se trata de exportaciones primarias, sin valor industrial agregado.
Más notable aun es la observación de Ciara sobre el propósito del gobierno provincial de elevar las exportaciones de productos de molienda de soja a 23.402 millones de dólares anuales en el año 2020, según los objetivos del Plan Estratégico Agroalimentario y Agroindustrial (PEAA) para el período 2010/2020. Lograr ese propósito, dice la Cámara, obligaría a moler entre 55 y 60 millones de toneladas de soja anualmente (44,2 y 57,3% más, respectivamente, que en 2010). En ese caso, Ciara manifiesta su "preocupación por el riesgo real de que colapsen rutas, vías de navegación, trenes y puertos, ya que la infraestructura vial requiere de inversiones para poder alcanzar las metas trazadas por el gobierno".
En definitiva, como se ve, la producción sojera, sobre la cual descansa el centro de la política del gobierno de Santa Fe, no logra siquiera abastecerse a sí misma de la infraestructura que necesita.
Entretanto, la provincia aún padece la catástrofe social que significó la caída de grandes plantas industriales como Paraná Metal, Mahle, Naranpol o Lavadero Virasoro. Las luchas de los trabajadores de esas plantas fueron asfixiadas en negociaciones inconducentes que implicaron despidos, retiros voluntarios y, en fin, la destrucción de fuentes laborales. Las reconversiones transformaron a grandes fábricas como Paraná Metal o Mahle en pymes que apenas emplean un puñado de trabajadores.
El "yuyo verde", dicen algunos, se parece a Atila: por donde pasa, no vuelve a crecer el pasto.
  
Alerta roja: 245,2 millones
Es el défict financiero registrado durante 2012. Mientras, las grandes empresas todavía no pagan Ingresos Brutos.
Algunos números de la provincia
La provincia de Santa Fe registra al tercer trimestre de 2012 recursos acumulados por 25.246.900 pesos, un 23,1% de aumento respecto de igual periodo de 2011. Sus ingresos corrientes aumentaron un 23,8%, pero sus ingresos de capital crecieron sólo el 1,2 por ciento.
La administración provincial gasta el 44,3% de sus recursos en el pago de sueldos, el 17,6% en prestaciones de seguridad social y el 16,9 por ciento en transferencias corrientes. De estas últimas, la mayor parte se la lleva la coparticipación municipal.
De los recursos totales realizados durante el año pasado, el 43,1 por ciento corresponde a ingresos tributarios de origen nacional; el 18,6% a contribuciones de seguridad social y el 18,4% a la recaudación provincial de Ingresos Brutos. De los ingresos de origen nacional, el grueso corresponde a la distribución secundaria de la coparticipación federal de impuestos (el 25,9% de los recursos totales).
Al finalizar el primer semestre de 2012, el gobierno de la provincia ya había ejecutado el 75,4% de su presupuesto.
El socialismo rosarino
El Municipio de Rosario, al mando de la intendenta socialista Mónica Fein, ha sufrido durante el año pasado aumentos constantes de tarifas en luz, agua, gas, transporte y TGI (tasa general de inmuebles). El gobierno municipal asegura que esos incrementos resultaron obligatorios por la presión inflacionaria y las necesarias inversiones para mejorar los servicios. Sin embargo, con la llegada del verano comenzaron los continuos cortes de electricidad y agua en los barrios periféricos y también en el centro de la ciudad, con las consiguientes protestas vecinales que incluyeron piquetes.
El costo del boleto en Rosario es de 3,20 con tarjeta y de 3,75 la tarifa plana. Según denuncias opositoras, la tarifa es decidida en una "mesa chica" entre la intendenta y el empresario Agustín Bermúdez, dueño de Rosario Bus y de la mitad de las líneas que circulan por la ciudad. Eso es posible porque Fein tiene en sus manos “superpoderes” que le permiten aumentar las tarifas por decreto, sin pasar por el Concejo Deliberante. Los incrementos se producen cada vez que el llamado “desfasaje” entre recaudación y costos supera el 15 por ciento.
*Publicado en Tiempo Argentino

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