martes, 29 de enero de 2013

POLICÍA, NARCOS Y VIOLENCIA EN SANTA FE

Marcelo Sain - Imagen de cadenaprovincial.com.ar
Por Juane Basso*

Marcelo Saín es uno de los más respetados criminólogos del país. Estudioso de la problemática de la seguridad y la violencia institucional, consideró que el gobierno socialista no está dispuesto a encarar una reforma de la policía santafesina, a la cual caracterizó como el “cartel de la droga” en la provincia. Saín sigue muy de cerca los acontecimientos que tienen que ver con la problemática de la seguridad y la violencia institucional en Argentina, la región y el mundo, y su voz aparece como una de las más calificadas a la hora de analizar esos fenómenos. 
A tal punto, que todavía resuena en algunas crónicas políticas locales, la caracterización como “cartel de la droga” que realizara a principios de 2012 sobre la policía santafesina. Ex interventor de la Policía de Seguridad Aeroportuaria por encargo de Néstor Kirchner, el actual diputado bonaerense de Nuevo Encuentro, a pesar de estar de vacaciones, no desconecta ni un segundo. A raíz de un comentario que hizo en su cuenta de twitter, sobre una reciente entrevista a Máximo Sozzo con relación a la criminalidad en la provincia, decidimos sacarlo de la tranquilidad de su escapada a la Costa Atlantica.
“Tal cual comenzó el 2012, en 2013 parece profundizarse la violencia relacionada con los narcos y la policía en nuestra provincia”, comenzó a despuntar su pregunta –a veces un poco largas– este cronista de Redacción Rosario, aunque no hizo falta que terminara. “No habría razón para que no sea de esa manera, más allá de los hechos puntuales, porque el negocio sigue y porque todo está estructurado y articulado. No cambio nada”, respondió Saín, rápido, desde su móvil, en el inicio de una charla que duró unos cuarenta minutos, que tuvo entre sus tramos más ricos las propuestas de abordajes posibles frente a la agudización de la problemática de la violencia en Santa Fe, y de la cual publicamos sólo una primera parte, mientras que la versión completa podrá leerse en el próximo número del periódico El Eslabón (también producido por la cooperativa que edita Redacción Rosario, La Masa).
―¿Para vos la violencia con que arrancamos en Santa Fe este año es una consecuencia lógica de una situación que persiste?
―Claro, no importa si es Carlitos, si es Pérez, si balean a un militante social o matan a pibes por confusión. Lo que sea, pero estas cosas se van a reiterar. Algo parecido pasó también en un ajuste de cuentas en Tres de Febrero, donde mataron a tres pibes, en un vuelto de falopa. Bajaron de un auto, los acribillaron y a otra cosa. Esto va a ser así.
―Considerás que la situación de la provincia de Santa Fe o Rosario no difiere de lo que está ocurriendo en otros lugres del país, como provincia de Buenos Aires?
―No, ahí la gran diferencia está dada en que cuando vos tenés un nivel de regulación policial que maneja el negocio férreo, y distribuye la zona, y hay acuerdo entre los grupos que se dedican al tráfico de drogas y a la vena de drogas, vos tenés un contexto estabilizado, no tenés resolución de conflictos a través de la violencia. En cambio cuando vos tenés violencia, es porque ocurren dos cosas, hay conflictos entre los grupos que disputan porciones del mercado o controles territoriales que le permiten controlar parte del negocio; o la policía por diferentes razones levantó el pie del acelerador de la regulación.
―¿Podrías definir más precisamente este concepto?
―El concepto de regulación es protección de determinados grupos pero también el establecimiento del límite para que no tenga visibilidad el negocio y que no genere problemas de demanda social, de visibilidad social, y problemas de escándalo político.
Eso es lo que garantiza la policía. Un control del negocio, por eso le es funcional a la política también. La policía te garantiza dos cosas con la regulación de los mercados ilegales de drogas, pero también de otras cosas. Te garantiza por un lado una forma de control del fenómeno criminal y de la cantidad de crímenes, en el sentido de que lo mantiene en un nivel de invisibilidad social y política, y por ende es una suerte de política de seguridad a través del control ilegal de mercados ilegales. Por otro lado se apropia de parte de la rentabilidad de esos mercados. Es decir, el Estado se financia de alguna manera, con distintos criterios, eso depende de cada situación, a veces se distribuye más, a veces menos dentro de las policías; pero se financia también de esta manera.
En algunos lugares ese dinero queda en el ámbito policial, yo creo que eso es lo que ocurre en términos generales en la provincia de Santa Fe. A veces el dinero escala a nivel político como ocurre en la provincia de Buenos Aires. Eso es lo que a mi me hizo tomar distancia de la afirmación que tuvo Larroque de «narcosocialismo», para mi no es así; para mi estos tipos son unos pelotudos, unos incapaces, que los superó la situación y está demostrado que no tienen chapa para dirigir estos temas, pero yo no creo que estiren la mano y financien parte de la actividad política del socialismo con guita proveniente de la cana y la falopa. En cambio en la provincia de Buenos Aires sí ocurre eso, y se lo pudo ver claramente con el caso Candela.
―En una entrevista afirmaste que en Santa Fe la policía es el cartel de la droga. ¿En que sentido lo planteaste?
―En el sentido que lo estoy describiendo. Es el grupo que tiene capacidad de desarticular si quiere el negocio, pero no lo desarticula, participa en él. Lo controla participando. Y es la instancia superior. No hay ningún grupo narco con capacidad de contestación autónoma a la policía. No se ha llegado a eso. Se va a llegar a ese punto, más pronto o más tarde.
―¿Para vos aun que hoy sea sus socia, los grupos narcos no dejan de ver a la policía como un poder distinto o a enfrentar en algún momento en que la correlación de fuerzas les sea favorable?
―Obvio. Siempre hay que estudiar caso por caso pero en general lo que se producen son algunos grupos que tienen capacidad para imponerse por sobre el resto, no siempre a través del uso de la fuerza, a veces es a través de la articulación con el propio Estado, de saber negociar. En el mundo del narcotráfico uno de los valores agregados de los narcotraficantes más destacados es la capacidad de articulación y negociación con el Estado. Una de las grandes virtudes de Pablo Escobar Gaviria fue esa, el tipo era el mejor dentro de Medellín, que tenía capacidad como para imponerse sobre el resto de los grupos en función de la negociación con los sectores de la policía y con el resto del Estado colombiano. No quiero hacer una analogía con Medellín, porque aquello era de una escala mayor, con el agregado no menor de la rutas de colocación del producto en Estados Unidos.
Acá va a llegar un punto en el cual, cuando se logre eso, va a haber grupos o sectores narcos con capacidad como para primero establecer una relación de paridad con el gobierno y con el Estado, y después van a tener capacidad de soborno y de control de porciones importantes del Estado y de contestación armada.
―Una suerte de evolución de ese mercado o esa industria del narcotráfico y de los cuadros que van generando esas organizaciones de la economía ilegal…
―No hay desarrollo de emprendimientos criminales complejos sin participación estatal. El Estado está siempre presente, esta es la etapa donde el Estado de una manera activa, como instancia superior, en otros momentos el Estado es más pasivo. Pero esto es lo que está ocurriendo en Santa Fe.
―Yo te proponía cuando combinamos la entrevista, pensar la problemática de Santa Fe, sabiendo que desde tu óptica es fundamental tener un trabajo a fondo, que comienza con un diagnostico, pero desde el seguimiento que venís haciendo a los sucesos santafesinos y a partir de tener cierta caracterización, debatir particularidades de nuestro caso, y posibles abordajes a la situación que atraviesa la provincia. ¿Cual es la importancia de elaborar diagnóstico técnico sobre esta realidad?
―Eso es el ABC de cualquier política de seguridad, si vos no tenés una capacidad como para sopesar el fenómeno, no tenés capacidad para intervenir. Y el socialismo no lo quiere hacer porque sabe que va a llegar a la conclusión de que el narcotráfico en la provincia lo maneja el propio Estado, la propia policía.
―Que eso es algo que ya sabe.
―Sí, pero si lo oficializan. Esa interpretación que todos tienen arriba de la mesa, pero no oficial, los excluye de la obligación de tener que intervenir. Ellos han construido la interpretación de que estos son hechos aislados dentro de la policía santafesina, porque si reconocen que acá hay una intervención regular, sistemática, de la policía, están obligados a llevar adelante un proceso de reforma y depuración de la policía que no se muestran dispuestos a hacer.

A lo largo de la entrevista, Saín desgranó conceptos profundos, repasó experiencias en distintos lugares del mundo en los que se enfrentaron reformas policiales a fondo y desarrolló la idea de que en Santa Fe se debería crear  un Concejo de Seguridad con presencia de todas las fuerzas políticas con representación legislativa, encabezado por el gobernador, y en el que se convoque a especialistas santafesinos, nacionales e internacionales que realicen un diagnóstico y elaboren un plan de reforma policial de acá a dos años.

*Publicado por Redacción Rosario
Marcelo Sain es Especialista en Seguridad Democrática,  doctor en Ciencias Sociales, Politólogo, docente e Investigador.

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