miércoles, 25 de septiembre de 2019

NENES DE MAMÁ

Imagen de "La Capital"
Por Roberto Marra
Una banda de “nenes de mamá” copó la Argentina durante cuatro años. Lo hicieron como siempre lo han hecho los representantes de esa oligarquía nativa que sobrealimenta su ego a fuerza de inventar superioridades imposibles, pero creídas por sus lacayos y por gran parte de la población, esa que es eterna admiradora de los ricos de turno. Como una especie de virus, fueron infiltrándose en cada sitio que representara ganancias fáciles mediante oscuros negociados, convirtiéndose en dueños de los destinos de toda una Nación, sin tener ni ideas ni intenciones de gobernarla, sino solo de esquilmarla.
Nunca tuvieron entre sus intenciones otra cosa que exacerbar sus ganancias y perpetuarse en el manejo del Estado, ese mismo que denostan cuando se dirige con intenciones de desarrollo virtuoso y distribución justa de la riqueza. Cada uno de los integrantes de esa “cuadrilla” de ineptos fue apoderándose de una repartición que les prodigara fáciles ganancias y escaso esfuerzo, como no sea contar los millones robados, literalmente, a la población embobada con cuentos de fantasmas “populistas” que, les aseguraban, regresarían a enajenarles sus bienes.
Ya en el final anunciado de sus retiros, obligados por la debacle económica y financiera que provocaron a propósito, por esas ansias de acumulación ilimitada que les resulta incontenible, se van haciendo a la luz lo que durante todo este tiempo se denunciaba por parte de los que no caímos en sus trampas verbales ni admiramos sus espejitos de colores desteñidos por el sobreuso de dos siglos.
Resulta casi increíble, si no se conociera la idiosincrasia de muchos sectores de la ciudadanía argentina, que no se notaran sus intenciones solo con observar sus gestos y poses ante los medios, con la altanería que emana de sus condiciones de burros con plata, una expresión degradada de aquellos que se llevaban la vaca en los barcos en sus viajes hacia la Europa de su sueños. Burlones y procaces, se han reído de cada uno de nosotros en cada instante de lo que ni siquiera merece el generoso título de “su gestión”.
Con desparpajo, se fueron apoderando de cuanta “licitación” falsificada han podido, modificando condiciones y elevando ganancias “a piacere”, sin un mínimo rasgo de vergüenza, a sabiendas de que sus poderíos les salvarían de las quejas de los opositores, que tardaron demasiado en sopesar las conveniencias personales con las necesidades colectivas, dejando que transcurrieran los tiempos que ellos necesitaban para su obra desconstructiva de la Nación.
La especulación en su rango más alto, la depredación en su nivel más elevada, la mentira elaborada por los “focus group” presentada como lo absoluto. Un cóctel de fatídicas consecuencias miradas desde abajo como “lo que debía hacerse”, gracias a la complicidad (cuando no la directa órden) de los medios de comunicación, tan groseros como ellos a la hora de transmitir los hechos, tergiversando la historia y pulverizando la realidad con el solo objetivo de acabar con el legado ideológico que supo convertir a nuestro País en una Patria, esa misma que estos cobardes vinieron a postrar ante sus amos imperiales.
Esta es la hora de recapitular lo sucedido. Es el momento de elaborar los acontecimientos soportados durante estos cuatro años, diseccionar cada centímetro de sus horrores, desarmar las sonrisas sarcásticas de sus hacedores y clavar el cuchillo de la verdad popular en sus entrañas apestosas, para acabar con sus maleficios centenarios, para correrlos al costado de la historia, para destrozar las miserias que nos legaron y convertir sus oscuridades ideológicas en la luz que ilumine el renacer de lo que intentaron matar tantas veces. Tantas como sus resurreciones.

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