lunes, 20 de mayo de 2019

EL URBANISMO EN TIEMPOS MACRISTAS

Roberto Marra
Dada la escasa (o nula) cantidad de obras positivas que puede mostrar el gobierno nacional de los apátridas cambiemitas, suelen exagerar en sus discursos o presentaciones de sus pobres resultados. En el rubro de obra pública, esto se ve y se siente mucho más, puesto que son hechos tangibles, verificables a simple vista (u olor).
La cuestión de la cantidad de cloacas construídas durante la presente gestión nacional, ha desatado una polémica interna entre el ejecutivo y el Indec, tratando de demostrar que “nunca se habían realizado tantas obras de cloacas” antes de sus “excelsas” conducciones. Pero la inutilidad de la discusión se hace evidente cuando recorremos las ciudades y los pueblos, donde en cada uno de ellos se ve un pronunciado empeoramiento en la calidad ambiental, manifestada entre otras cosas, en la escasa construcción de infraestructuras de saneamiento en relación al lógico aumento demográfico.
Sin pretender pedirles precisiones a las máquinas de fabricar mentiras electoralistas que integran este desilachado gobierno nacional, bueno es mirar y ver, palpar en el territorio lo que se muestra con evidencia ante los sentidos despiertos de los transeuntes, por esos barrios donde no parece haber llegado la civilización, entendiendo a ésta como la sumatoria de elementos infraestructurales que otorgan una mínima calidad de vida decente a sus habitantes.
Acostumbrados a barrer debajo de la alfombra lo que les molesta, en sus gestiones urbanas solo atinan a levantar muros para tapar las villas miseria, abrir algunas calles para el control policíaco de esos lugares y perseguir a los pequeños delincuentes para sacarse fotos con las “grandes” incautaciones de dos o tres paquetitos de drogas. Las cloacas... te las debo. El agua... bien, gracias. Bien contaminadas a través de los caños clandestinos que la suministran.
El urbanismo cambiemita es tan ruin como cualquier otro rubro de la gestión. Basados solo en el concepto de la renta rápida y efectista, promueven desarrollos inmobiliarios monstruosos, por sus dimensiones y por sus resultados. Allí no faltan jamás las empresas de los familiares presidenciales y de sus ministros, acumulando ganancias exorbitantes con el apoderamiento de las mejores tierras urbanas y empujando a la población de menores recursos a los márgenes más desabastecidos de servicios de las ciudades, acentuando todavía más (si esto fuera posible) la inequidad social que ya padecen.
No es mucha la diferencia con los gobiernos que se han sucedido en la ciudad de Rosario. Tal como en las urbes gobernadas por los traficantes de la política de eso que se da en llamar “macrismo”, todo el planeamiento urbano está armado para brindarles un ámbito de negocios a los grandes “emprendedores” inmobiliarios, un pequeño grupo de acomodados empresarios de la construcción y la venta de inmuebles, que hacen su agosto (y su septiembre, octubre, noviembre y su ruta...) gracias a las permanentes excepciones a las disposiciones reglamentarias y la elucubración de un Código Urbano modificado “a piacere” de esos re-conocidos comerciantes de metros cuadrados.
Han convertido a la ciudad en un complejo comercial-inmobiliario donde los valores de lo edificado rozan lo ridículo, evidenciando la falta de interés real en vender esa fabulosa “inversión en ladrillos” de los sojeros y... otros lavadores por el estilo. En esos complejos edilicios nada falta, todo está servido para proveer a la buena vida de... casi nadie, porque “casi nadie” los habita.
Felices, intendenta y gobernador inauguran, cortan cintas, pegan carteles inmensos mostrando esas obras faraónicas, a veces casi colindantes con los más paupérrimos barrios, desabastecidos de casi todo, pero también “felices” por ser parte de las fotos con esos gobernantes inescrupulosos lanzados desde siempre a la disputa de sentidos populacheros, donde la participación consiste en sonreir para una “selfie” mientras se pisa el barro contaminado de excrementos.
Inteligente” pero perversa forma de conducir los destinos de una ciudad. Desproporcionada manera de construir la urbe, a costa de miserias tapadas con engañifas y promesas vacuas. Asqueante continuidad del abandono y pérfida forma de atraer a sus votantes, haciendo urbanismo de facultad, copiando modelos ajenos, demoliendo la historia, arrasando con la cultura portuaria e industrialista, para culminar en una permanente maquetización de la realidad, una simple muestra de lo que se da por hecho, pero nunca se hará.

1 comentario:

  1. Puedo contarte lo que sucede en Neuquén...
    En un diario regional, hoy aparece una nota sobre los 15 kilómetros de la extensión de las obras inconclusas en el tramo Plottier-Senillosa de Ruta 22. Obra comenzada en 2013, tenía terminados 18 KMs., paralizada por el macrismo, que la publicito con los spot "haciendo lo que hay que hacer" en abril de 2017.. y la volvió a paralizar en octubre de ese mismo año, luego de las elecciones.
    En mi barrio, en abril de 2017 comenzaron las obras de uno de los 3.000 jardines..debía entregarse en octubre, pero tambien quedaron paralizadas..
    Si no me equivoco, son más de 15 los jardines que esperan su terminación en la provincia...

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