viernes, 22 de marzo de 2019

REGRESO SIN GLORIA

Imgen de "La Gaceta"
Por Roberto Marra
El regreso de quienes alguna vez se alejaron por diferencias coyunturales, forma parte de las particulares relaciones que se dan en las organizaciones políticas. No puede asombrar que los enojos se desvanezcan, los ánimos se aplaquen y prevalezcan los sentidos únicos que alguna vez se sostuvieron. La aparente comprensión de los errores y de la realidad que supera por mucho los escarceos individualistas, conforman la base necesaria para la “vuelta a casa” de los que se aventuraron por otros caminos durante algún tiempo.
La cuestión es que estos (y estas) “evadidos” temporales logran, gracias a la profusión mediática de sus pequeños devaneos pseudo-opositores respecto de sus antiguos compañeros de organización, mantenerse en el “candelero” de la actividad política, mostrarse como alternativas frente a aquellos que les permitieron surgir de la nada misma y hacerse de un “nombre” ante una parte del Pueblo, que los votó alguna vez solo por pertenecer al movimiento político que defendían.
Pasado el cénit de sus pequeñas y efímeras “glorias” aventureras, no ven otra salida para continuar su cómodo derrotero político, que retomar los caminos abandonados, agachando un poco sus cabezas ante las personas objetos de sus negaciones y menosprecios más virulentos hasta no hace demasiado. Sin embargo, no ceden sus pretensiones de “figuras políticas” de relevancia, haciendo valer sus mediáticas valorizaciones para acceder a formar parte, otra vez, de la “dirigencia” del sector político que habían abandonado.
Dificilmente reconocerán sus errores “abandónicos”, ni se harán cargo de las patrañas evidenciadas en cada uno de sus actos mientras estuvieron fuera de la estructura originaria de sus vidas políticas. Como si nunca hubiera sucedido, su huida solo será una anécdota que no querrán contar demasiado, para asegurarse la renovación de los favores de los líderes que traicionaron. Volverán, incluso, con las ínfulas de sus “popularidades” ganadas a fuerza de falsos testimonios en las redes de los poderosos que los cooptaron para sus intereses antipopulares.
Con esos aires de grandezas invocarán derechos de “antigüedad” en los cargos que perdieron al alejarse. Se las arreglarán para desplazar a los esforzados militantes que supieron contener los espacios vaciados por esos huidizos oportunistas, y también para surgir como candidatos, cuando las elecciones se avecinen y los tiempos le apuren las decisiones a los conductores. Y los líderes suelen aceptarlos, por aquello de “mejor malo conocido...”, postergando injustamente a quienes se mantuvieron siempre leales a sus conducciones.
Nada es gratis y menos en política. La realidad puede ser caprichosa, hasta convertir la ocasión de esos regresos, en pesadillas, y a esos pretensiosos especuladores de la política, en un lastre imposible de sostener ante la consideración popular, para terminar siendo necesariamente distanciados del ámbito de las decisiones.
Será la memoria, la carta que nos salve de estos siniestros personajes, cuando se recapitulen a conciencia los tiempos de sus locas aventuras politiqueras, se reconsideren sus jactancias sin sustento y se los envie al final de la fila para que reinicien, si sus inmoralidades y soberbias se lo permiten, el camino que recorren los auténticos militantes. Aunque sus historias, por desgracia, nos alerten de sus (casi seguras) infames deserciones.

No hay comentarios:

Publicar un comentario