martes, 12 de marzo de 2019

OPOSICIÓN SIN TAPUJOS

Imagen de "El Comercio"
Por Roberto Marra
Sin solución de continuidad, siguen los paseos mediáticos de referentes de los diversos sectores de los partidos y de los propios pre-candidatos, hombres y mujeres que solo parecen atinar a contarnos los que nos pasa. Después, continúan con los títulos de lo que se proponen lograr, sin explicar jamás la forma de hacerlo, sin contarnos los ganadores y perdedores que podrían dejar los caminos para la obtención de esos objetivos, el cómo llegar a esas metas con las que resulta difícil no acordar, pero que se intuyen poco probables, justamente por la falta de señales para poder andar por esos senderos propuestos.
Hay una encerrona politiquera, un desvarío ideológico permanente, al que se accede empujados por eso que, hábilmente, el enemigo instala en las empobrecidas conciencias populares, a fuerza del machaque diario con falsedades relatadas como certezas, con la creación de realidades paralelas, con la generación de desprecio hacia “lo político”, para culminar en el temor al “cuco populista”, relato fantasioso de pasados inexistentes y de futuros apocalípticos que horadan, todavía más, la debilidad mental elaborada tras décadas de infamias.
Y están los actores de reparto... de prebendas. Están los capangas de la mentira, las adalides de la lucha contra la corrupción (ajena), los eternos media-senda, siempre caminando por la raya discontínua de la mitad de la avenida del medio, que no es del medio, pero está en los medios, todo el tiempo. Esos notables (a fuerza de la exposición forzada), logran desviar la atención de lo importante, para instalar lo que el Poder considera prevalente para evitar el éxito “populista”.
Los que dicen representar los intereses populares, a veces ciertamente, a veces no tanto, no hacen otra cosa que especular con mensajes contradictorios, indefinidos, faltos de contundencias. Adoptan posturas con las que intentan no molestar a un electorado al que ven reticente a escucharlos, pero que, si bien está atravesado por los temores infundidos por el Poder y la acumulación de experiencias negativas, sabrá distinguir entre lo bueno y lo malo si se lo presenta correctamente, si se lo expresa con transparencia y llanamente.
Otras de las características permanentes de los discursos políticos de muchos de los opositores al macrismo, es repetir hasta el cansancio ciertos latiguillos sobre pocos temas, reducirlos a slogans pretendidamente atractivos, para así convencer de sus bondades, las de ellos mismos, no ya de sus ideas. Solo se quedan en “combates” entre personalidades, rivalizando entre parecidos, con los pobres objetivos de ocupar los cargos, en una disputa infértil para un Pueblo que espera algo más impostaciones farandulescas.
Todo parece achicarse a autoconvencerse de popularidades poco demostradas, a reunir “tropa” propia en actos donde solo se miran el ombligo de sus supuestas capacidades, a socavar a sus rivales internos con indirectas sin demasiado vuelo imaginativo, al miedo a referenciarse nunca del todo en la figura máxima que tiene la oposición política, para terminar horadando la necesidad del triunfo ante el peor enemigo, la imprescindible razón que convoca de verdad a las mayorías, buscando revertir tanta miseria programada para satisfacción de la oligarquía que, como siempre, nunca pierde del todo.
Pero sí es posible, actuando con inteligencia e histrionismo natural, no impostado, demostrar que si se dice lo que se piensa de cada tema, lo que se pretende hacer y cómo, se encontrará la respuesta inmediata de adhesión de grandes muchedumbres. La contundencia de los dichos, la absoluta actitud opositora propositiva permanente, la demostración práctica y fácil de comprender para las mayorías de las bestialidades cometidas por los ceos gobernantes y su correlato de soluciones reales, harán visible la posibilidad de combatirlos con alta probabilidad de éxito.
Difícil modificar la oprobiosa deconstrucción oligárquica que sufrimos, solo con voluntad. Pero es imposible sin ella. Y esa voluntad solo puede crecer con el liderazgo de los mejores, no de los temerosos caminantes por las cornisas del Poder. Y junto a esa voluntad, la razón de la realidad, mostrada tal cual es, manifestada con transparencia, ofrecida como prueba de disposición a tomar el toro por las astas, a bloquear el camino de la desesperanza, para abrir la ruta al viejo y abandonado destino de la felicidad popular.

No hay comentarios:

Publicar un comentario