martes, 28 de enero de 2020

SANTA FE Y EL CORSET DEL DELITO

Imagen de "El Destape"
Por Roberto Marra
Tal vez por aquello de que “no hay mejor defensa que un buen ataque”, o basado en esas pueriles actitudes de los niños que, previendo un castigo cuando han realizado alguna travesura, lloran antes que se les recrimine nada, los legisladores de la actual oposición del Gobierno de la Provincia de Santa Fe, se curan en salud, atacando con sus negativas al tratamiento de leyes o quitándole el cuerpo a las invitaciones al diálogo, con disculpas tan banales como el llanto preventivo de un niño.
Por fuera de la exagerada exaltación que se suele realizar sobre los famosos “diálogos”, esas puestas en escena bastante sobreactuadas y poco determinantes de resultados concretos, más que para alguna foto de ocasión; lo cierto es que las actitudes de radicales y “socialistas” se contradicen con sus discursos de convivencias que no promueven ni con la aceptación de responsabilidades que resulta imposible que no tengan, luego de doce años de gobernar la Provincia casi sin oposición, como no sea algún amague falso para ocultar la connivencia de muchos legisladores de la anterior “oposición” para aparecer como lo que nunca fueron: defensores de las que habían sido sus propuestas electorales.
El ex-gobernador, aliado indiscutido de las políticas del macrismo que llevaron a Santa Fe al lugar en el que se encuentra, atravesado por pobrezas y miserias injustificables en medio de las inmensas fortunas (y algunas otras cosas) que se manejan a través de sus puertos, se ha convertido en el dudoso “líder” de una caterva de “impedidores” de gobernar del nuevo habitante de la Casa Gris. Tanto él como sus ex-colaboradores, ponen el grito en el cielo ante las críticas fundadas del actual Ministro de Seguridad, respecto de los extraños manejos ante el narcotráfico, que asola nuestro territorio tan oronda como si nada ni nadie pudiera hacer algo por impedirlo.
El manejo de la Policía, degradada y minusválida ante semejante nivel delictual, puso de manifiesto, durante la anterior ¿gestión? el evidente nivel de desprecio por eso que pomposamente se denomina “seguridad”, un remedo de lo que debiera ser y una muestra gratis del desparpajo con el que han convivido con semejantes delitos por años, solo para no perder sus privilegiados cargos, a costa de la muerte de centenares de personas.
La olla a la que solo se le ha movido un poquito la tapa, deja emanar un sofocante olor a complicidades ofensivas de sus condiciones de mandatarios. Las palabras fuertes del Ministro de Seguridad les pega en donde más les duele, en sus condiciones de ineptos (por lo menos), cuando no de acompañantes de semejantes aberraciones delictivas. El nauseabundo contenido de ese “guiso” putrefacto escondido durante tanto tiempo, lo conocen y saben del resultado de su apertura para ellos, tan involucrados en desmanejos espurios como en engaños a los ciudadanos, que solo sienten aumentar sus miedos ante tanta podredumbre lanzada al libre albedrío de las narco-voluntades.
Extraños procederes de senadores y diputados, ponen de manifiesto las verdades incómodas que se podrían desprender de investigaciones que lleven al hueso de años de dejar pasar lo evidente. El nuevo Ministro de Seguridad trae, con su impronta de solvencia académica y sus ímpetus verbales, una molestia que no esperaban, una picazón que no se va con solo rascar la superficie, que necesita de un remedio que actúe profundo, que descontamine y destruya el virus mortal del delito y exhiba a sus protectores encubiertos.
En este dramático “ajedrez” provincial, también hay jugadores económicos que mueven sus piezas defensivas para no permitir que les lleguen al jaque mate que les quite sus privilegios, tan bien cuidados en la anterior administración. Uno de ellos, el empresario del super-millonario crédito impago, también parece estar involucrado en ciertos procederes que hacen sospechar la utilización de sus puertos para oscuros manejos de mercaderías poco legales (con perdón del obvio eufemismo). Lo supiese o no, tales dudas no podrían surgir sin algo de realidad detrás, sobre todo sabiendo la absoluta falta de prevención que en esos sitios privados ha habido desde siempre.
Encorsetado entre semejante pasado y tamaño presente, el nuevo Gobierno provincial, cuya cabeza es alguien de reconocida impronta “administrativista” (un obsesivo por el control del debe y el haber), está siendo tironeado por los legisladores (propios y extraños), por las circunstancias financieras dejadas por quienes ahora se rasgan las vestiduras del “diálogo” que nunca tuvieron más que con sus cómplices del mismo o de otro pelo partidario, y también por las necesidades obvias de remediar las situaciones dramáticas de la población, de la falta de trabajo, de las empresas quebradas y de lo que jamás parece nadie atreverse a tocar: la concentración obscena de la riqueza.
De como decida enfrentar semejantes ataques incendiarios de su gestión y de cuanto se atreva a meter la mano en esa olla explosiva, dependerá la posibilidad de salida de la emergencia social en la que estamos inmersos, de la construcción de dignidad y seguridad para los habitantes de esta Provincia, que deberá encontrar el camino al auténtico desarrollo, lejos de las balas y los polvos blancos de la muerte cotidiana. Y de la inmoralidad de los miserables corruptores de la política.

No hay comentarios:

Publicar un comentario