jueves, 25 de abril de 2019

UNA PROVINCIA JARDÍN DE INFANTES

Por Roberto Marra
Es hora que se deje de mentir sobre el gobierno de “cambiemos”. ¿Quién dijo que no les preocupa la sociedad, sus necesidades y derechos? ¿Quién puede decir que no está ahora ocupado en los sectores más vulnerables? ¿Quienes se atreverían a afirmar que no les importa la niñez y su futuro? Todo esa sucia maniobra “kernerista” choca contra el muro de la verdad cambiemita, sobre todo en la ciudad de Santa Fe, con un intendente candidateado para gobernador, que sabe muy bien dónde están las necesidades populares y se dirige directamente a ellas, sin intermediarios (ni pruritos).
Por eso, ahora ha lanzado su campaña hacia los jardines de infantes, donde se forjan los pichones de ciudadanos que necesitarán en el futuro para seguir sosteniendo las banderas inclaudicables de la sana política... de saqueo. Tampoco es cuestión que se los ataque por ello, sabedores todos de los oscuros y crueles manejos de los populistas contra los inocentes párvulos asistentes a esos jardines que, hay que decirlo, solo han sido construídos durante la gestión de este excelso intendente. Por lo menos, eso dice él...
De esta manera, los pequeños ya van adquiriendo los conocimientos sobre todo aquello que subyuga a los funcionarios cambiemitas. La búsqueda de la verdad no escapa a esta noble gestión, poniendo a cada niño en su lugar, alejando a los más oscuritos de los más blanquitos, para que vayan sabiendo sus merecidos destinos, los unos dirigiendo y los otros obedeciendo.
Son sutiles pero prácticas formas de asegurar la paz comunitaria en las próximas generaciones. Son, también, útiles maneras de alejar a los padres de ideas de modificación de sus realidades sociales. “Cada cual es lo que es y así debe continuar”, podría ser el prodigioso lema de estos candidatos de la parte “sana” de la sociedad, los predestinados a conducirnos por el camino del desarrollo (por ahora postergado) y las inversones productivas (por ahora, más postergadas).
No exento de razones, al intendente santafesino le pareció oportuno establecer contacto con los educandos del primer nivel, para lograr desde ellos la adhesión a su postulación a gobernador. ¿Qué mejor lugar y momento para dirigirse a los padres, para asegurarles que irán “todos juntos” hacia el ilusionante momento de la desaparición del populismo y sus prebendas? Las prebendas, lo sabemos, solo les corresponde a ellos, herederos lógicos de la historia de sacrificios empresariales que forjaron la Provincia. Aunque por ahora, más que forjada, pareciera aplastada por las decisiones de su padre putativo instalado en la Rosada.
Se les ha presentado el problema de la difusión no buscada de sus llamados a la “reflexión jardinera”, fruto de algún ingrato periodista o un padre “kernerista”, que siempre los hay. Pero no cejarán en sus empeños comunicacionales. Buscarán, tal vez, otros sectores educacionales donde poner sus esfuerzos hasta lograr la comprensión cabal de sus intenciones, tan generosas, que no se entienden por parte de ese “populacho choriplanero”.
Dispuestos a ganar las voluntades de las mayorías, apurarán algunos spots televisivos con niños sonrientes y padres complacidos por los discursos del candidato. Que aunque no se entienda demasiado, siempre es bueno contar con un relato prometedor de la dulce fantasía del fin de la historia, donde los pobres lo sigan siendo y, si fuera posible, mucho más. ¡Y qué alegría la de los peques, al recibir sus globos amarillos! Un poco desinflados y ennegrecidos, es cierto, pero con la sonrisa siempre empujando el porvenir... de los candidatos.
Ahora, solo resta el trámite de las urnas. Algo habrá que hacer para que suceda lo que se desea. Tal vez algún pequeño engaño, inocente, intrascendente, que permita la ilusión del electorado con el triunfo del intendente “infantilista”. Toda ilegalidad es poca para cambiar la vida... ¡sí, acertó! de los candidatos.
Están pensando que lo ideal para lograrlo sería permitir el voto de los menores de cinco años, pero la justicia electoral, curándose en salud, se niega terminantemente. Temen que, a la luz de los resultados de la gestión de este “prodigio” santafesino de las comunicaciones pueriles, el desarrollo intelectual de los inocentes infantes desate una andanada de votos opositores que termine para siempre con estos perversos manejos de los ladrones de sus futuros.

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