Hay caminos claros y hay caminos oscuros para caminar la
vida. Hay quienes eligen los primeros para transitar una existencia donde los
valores morales sean la guía y fundamento. Hay quienes, por el contrario,
prefieren transitar por los sombríos atajos de los peores sentimientos humanos,
trocando aquellos valores por conveniencias individuales.
Nuestro Pueblo ha conocido demasiados adeptos a los atajos tramposos
entre sus gobernantes. Incluso con perversiones repugnantes, como en las
dictaduras. Siniestros o inútiles, falsos o estúpidos, han pasado por la Casa
Rosada, decenas de oprobiosos personajes sostenidos por un Poder que nunca
muestra su verdadera cara, pero que provee sus cuadros de genuflexos que
aceptan los cargos solo por ambiciones personales.
Pero también ha habido de los otros. De aquellos que sumaron
valores a sus acciones. Que elaboraron proyectos donde el Pueblo fue su centro.
Que se nutrieron de la historia digna que condujeron grandes hombres y mujeres
en los inicios de nuestra Patria. Que abrieron sus corazones al ruego popular
de justicia social.
Desentrañando con fidelidad esos deseos históricos, una
mujer llegó un día a esa Casa Rosada. Antecedida por otro intérprete apasionado
por modificar una realidad social degradante de la condición humana, supo
continuar esa enorme herencia y profundizar sus objetivos. Lo hizo en medio de
los peores ataques jamás recibidos desde un Poder que nunca abandona la guerra
contra el Pueblo, al que, sin embargo, logra envilecer con sus cantos de sirena
mediáticos.
Pero hoy es ella, esa mujer, la que merece toda nuestra
atención. Vilipendiada hasta el hartazgo, escarnecida como nadie, perseguida
hasta por sus carteras, ejerce, sin embargo, una influencia imposible de
ignorar sobre millones de argentinos. Resumiendo autoridad, pasión, conocimiento,
carisma y belleza, su figura despierta la ira de los inútiles y el amor de los
justos.
Detrás de esa firmeza de carácter potente, detrás de la capacidad
oratoria inigualable, detrás de esa inteligencia que la destaca, por lejos,
sobre sus oponentes, hay una mirada dulce y entrañable, que nos conmueve a
quienes miramos un poco más allá que la superficie. En esa mirada está el germen
de su verdadera autoridad. Tal como la de Evita, aquella otra inigualable mujer
que sustenta y refleja, en los ojos de Cristina, la continuidad histórica de un
Proyecto que jamás podrá morir, aunque lo maten mil veces.
Cristina los cumple feliz.
ResponderEliminarPorque el pueblo con memoria y mas dos dedos de frente la ama.
Cristina cumplió con el pueblo y el país, la argentina creció se hicieron barrios, hospitales, escuelas, universidades.
y nos desendeudo.
cristina cumplió con todos y todas.
Y tocamos en algún que otro momento el cielo.
Satélites y cohetes argentinos.
cientificos destacando a nivel mundial y creando y adaptando tecnologías a nuestras necesidades.
Hoy con el gato, se cerro la ultima fabrica de llantas de acero,
con el gato olvídate de la rueda, nos volvemos a la edad de piedra.