El costo laboral unitario de la industria medido en moneda extranjera se ubicó en el segundo trimestre de 2010 53% por debajo del nivel alcanzado en el mismo período de 2001.
A diferencia de lo que sostienen los empresarios cuando dicen que los costos laborales están por las nubes, los del sector industrial están en promedio 50% por debajo de lo que estaban en 2001, antes de la salida de la convertibilidad, y cayeron en 2010 respecto de 2009.
Según un informe del Ministerio de Trabajo al que accedió Buenos Aires Económico, en el segundo trimestre de 2010 el costo laboral por unidad de producción de la industria manufacturera –expresado en moneda extranjera– se encuentra un 53% por debajo del nivel observado en el segundo trimestre de 2001.
Además, se indicó que entre los segundos trimestres de 2009 y de 2010 el costo laboral unitario en pesos de la industria sólo creció 3,4%, pero si se lo mide en moneda extranjera el costo laboral entre esos períodos cayó 2,6 por ciento.
Para entender cómo se conforma esa variable, desde la cartera laboral indicaron que “el ‘costo laboral por unidad de producción’ (en particular para la industria) es el salario total más las contribuciones patronales en relación con el volumen de producción por trabajador (productividad), a los precios en moneda nacional de los bienes y/o servicios que produce o comercializa y a la expresión de estos precios en las monedas extranjeras de los países con los cuales la producción local compite tanto en el mercado interno como en el externo”.
Por otro lado, un estudio presentado en el Congreso Anual de la Asociación de Economía para el Desarrollo de la Argentina (AEDA) sostiene que el costo laboral en la industria pasó a representar inmediatamente después de la devaluación un 36% de lo que representaba en 2001 y luego de la suba gradual desde ese piso se ubicó en 2009 en un 50% del nivel de la convertibilidad.
Allí también se señala que “entre los años 2001 y 2009 indica que el costo laboral unitario para el nivel general de la industria tuvo una contracción de 14,5% medido en pesos y de 40,5% medido en moneda extranjera”.
En cuanto a los sectores de la industria que más se beneficiaron, “la ventaja de costos laborales resulta más relevante en la producción de alimentos y bebidas, refinados de petróleo, maquinaria y equipo, aparatos eléctricos, productos de metal –excepto metales comunes– y automotores”.
Y a este respecto, los autores del trabajo reflexionan que “varias de ellas son industrias maduras y competitivas que habían sido “ganadoras” en los ’90, privilegiadas o por la política industrial (sector automotor) o por haberse insertado a partir de ventajas comparativas”.
Por otra parte, las ramas de la industria que resultan más “vulnerables” son las que utilizan intensivamente mano de obra no calificada, como la textil, la de confecciones y la de muebles. Allí las reducciones del costo laboral real unitario en moneda extranjera son “significativamente menores a las del nivel general de la industria”.
*Publicado en Miradas al Sur
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