martes, 3 de agosto de 2010

LO QUE LLEGA JUNTO A LA JUBILACIÓN

Por Roberto Navarro*

En el contexto de la discusión por el 82 por ciento móvil para jubilados y pensionados que cobran la mínima que propone gran parte de la oposición, la dirección del PAMI elaboró un informe para demostrar que, además del aumento del 597 por ciento que recibieron estos beneficiarios durante la gestión kirchnerista, la obra social de los mayores aporta un ingreso indirecto relevante para el bolsillo de jubilados y pensionados.




 En 2003, PAMI gastaba 2600 millones de pesos anuales para atender a sus afiliados; el presupuesto 2010 es de 15.600 millones de pesos, un 500 por ciento más. La pésima gestión de la obra social por esos años llevó a que sólo 900 mil afiliados se atendieran por el PAMI en 2003, el 30 por ciento del padrón de esa época; en 2009, 3,7 millones de personas utilizaron sus servicios, el 89 por ciento de los afiliados. Uno de los gastos más importantes de los jubilados es el de medicamentos. En 2003 se entregaban fármacos gratis a apenas 9 mil afiliados. En la actualidad, 650 mil jubilados reciben gratuitamente sus medicamentos y, además, se están vendiendo remedios con descuentos de hasta el 80 por ciento a otros 2,8 millones de afiliados.

Hasta 2003, vigente el sistema de jubilación privada, el PAMI estaba desfinanciado. Contaba con un presupuesto anual de sólo 2600 millones de pesos anuales. Además, gestionaba mediante un sistema conformado por 72 intermediarios que, según se investigó en su momento, llegaban a quedarse con hasta el 50 por ciento del gasto prestacional. Esto derivó en una atención paupérrima que alejó a los jubilados de la obra social. En la actualidad, PAMI cuenta con un presupuesto de 15.600 millones de pesos, con los que en 2009 prestó servicios a 3,7 millones de afiliados, un 89 por ciento del total. Las prestaciones médicas, los medicamentos gratuitos y otros con importantes descuentos y otros servicios que presta la institución son un ingreso indirecto que se suma a los haberes de los jubilados y pensionados.

El gasto del PAMI representa un 10 por ciento de la masa de haberes que cobran los beneficiarios del Anses, pero, según el informe de la obra social, dados los bajos precios que paga el PAMI por las prestaciones médicas, medicamentos y otros servicios comparados con los que se cobran en el ámbito privado, significan un 30 por ciento de ingreso indirecto adicional al haber previsional. Por otra parte, como los jubilados no tienen la posibilidad de contar con una obra social sindical, la única alternativa que les queda es afiliarse a una prepaga, que a partir de los sesenta años cobran en promedio, aproximadamente 600 pesos por mes, un 65 por ciento del haber mínimo actual.

Un gasto prácticamente ineludible para los mayores de 60 años es el de medicamentos. A precio de mercado son impagables para el bolsillo de los jubilados. PAMI está entregando medicamentos gratuitos a 650 mil jubilados y pensionados. El 87 por ciento de ellos ganan la mínima. Otro 13 por ciento recibe ese beneficio por el alto costo de sus tratamientos, que supera sus ingresos. Además, el organismo cubre el 100 por ciento en medicamentos para tratamiento de cáncer, HIV y otros de alto precio y alto riesgo de vida. Casi el 90 por ciento de los mayores sufren de hipertensión. Los medicamentos para esa patología son cubiertos con un 80 por ciento de descuento. En 2003 el descuento en estos fármacos era del 40 por ciento. También están cubiertos con el 80 por ciento de descuento los medicamentos para enfermedades cardiovasculares y colesterol. El gasto total de PAMI en medicamentos en 2010 fue de casi 3000 millones de pesos. El precio de mercado de esos fármacos –lo que hubiesen tenido que pagar los jubilados– es de 12 mil millones de pesos.

El titular del PAMI, Luciano Di Cesare, señaló a Página/12 que “el proceso de mejora de las prestaciones del organismo es paulatino y requiere no sólo del cada vez más alto financiamiento que deriva de la mejora en la situación económica nacional sino también de un trabajo persistente con los prestadores. Hasta 2003, las clínicas y los médicos, debido a la intermediación de los gerenciadores, recibían monedas por su trabajo. Así, muchos de ellos fueron perdiendo interés en su atención. Los jubilados no podían elegir ni cambiar a sus prestadores. Todo eso cambió y el proceso de transformación aún está en curso. Por eso invertimos en formación especializada en atención de mayores en médicos y enfermeras”.

La obra social de los jubilados y pensionados cubre en la actualidad todas las patologías que se presenten, sin condicionamientos, como los que tienen las prepagas. Por caso, en este momento atiende a 410 mil afiliados con tratamientos por diabetes. También realiza 700 trasplantes de órganos anuales, la mayor cantidad registrada por cualquier obra social nacional. Estas operaciones tienen un precio de mercado de entre 80 mil y 250 mil pesos. En 2009 realizó además 55 mil operaciones oculares de cataratas y 20 mil de cadera y rodilla. Todas estas cifras son siderales si se las compara con cualquier prepaga u obra social nacional.

Otro elemento que se incorporó en los últimos años es la entrega de elementos externos de tratamiento médico. Al igual que en el caso de los medicamentos, la cobertura fue aumentando año tras año. En 2005 se entregaron 20 mil lentes intraoculares; en 2009, 50 mil. En total, en cinco años los afiliados recibieron 192 mil lentes intraoculares. En el mismo lapso los afiliados recibieron 108 mil audífonos. Se pasó de 17.500 en 2005 a 40.150 el año pasado. También se entregaron 23.200 sillas de ruedas. Se comenzó con 3500 en 2005 y en 2009 se llegó a 11.200. En el mismo período se dispuso la entrega de 32.200 marcapasos.

El PAMI es la obra social más grande de Latinoamérica y la segunda del continente, luego del Medicare, de Estados Unidos. La enorme cantidad de afiliados dificulta una atención del nivel que puede ofrecer una prepaga. Pero tiene a favor que no mide intereses en el momento de decidir una prestación de alto precio, que son cotidianas en personas de tercera edad. Así, y dada la importancia de la atención en salud de los jubilados, el organismo se constituyó en un distribuidor de un ingreso indirecto para los beneficiarios del sistema previsional estatal de suma importancia. Aparte de las prestaciones médicas, PAMI apoya a un millón y medio de afiliados con subsidios de asistencia sociosanitaria a través de distintas modalidades. Setecientos mil jubilados reciben 45 pesos mensuales que se suman a sus haberes y ochocientos mil reciben subsidios en comestibles, pago de alquileres, servicios y traslados por razones sociales. Además del constante incremento de sus prestaciones, PAMI tiene reservas por un valor de 7000 millones de pesos, la mitad de su presupuesto anual, fondos que lo ponen a salvo de una siempre probable caída de la recaudación, como ocurrió con la crisis internacional desatada en 2008, que tuvo su mayor impacto en el país en 2009.

*Publicado en Página12 - 02/08/2010

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