viernes, 7 de julio de 2017

PURO GRUPO (DE LOS VEINTE)

Imagen de "Minuto Uno"
Por Roberto Marra

En un mundo repleto de maldades que resultan inconcebibles para los comunes mortales, no asombran ya las repetidas reuniones de los poderosos para diseñar sus próximos pasos en el cruel arte de la apropiación de las vidas ajenas. Como un ritual pagano, cada tanto convergen a alguna ciudad del Planeta para discutir repartos de lo que nunca hicieron, sino por medio del robo y el martirio de millones de empobrecidos.
G7 o G8, son solo denominaciones de los grupos de mandamases mundiales que, de tanto en tanto, les permiten a algunos países de menor desarrollo arrimarse y ser parte (presencial) de estos eventos de repartijas de tesoros. Allí se hacen denominar G20 y, quienes se suman, terminan avalando las miserables decisiones que toman tres o cuatro dueños del Mundo, para recoger las migajas que, seguro, se transformarán en más abandono y pobreza para sus pueblos.
En medio de fastuosas recepciones, con lujos insoportables, con soberbias multiplicadas y expresiones de falsedades absolutas, se dan discursos tras discursos, explicando las razones de la pobreza, las necesarias guerras contra el terrorismo, las sospechosas luchas contra el narcotráfico, el freno a las migraciones de los pobres hacia sus países ricos y la búsqueda de un desarrollo que solo lo será para ellos.
Allí elucubrarán los sucios paquetes de medidas que deberemos cumplir los nadies del Mundo, mientras las corporaciones colocadoras de presidentes y ministros aumentan sus concentraciones de riquezas. Saldrán luego a sonreír en la ridícula foto final, donde ensayarán esos clásicos saludos a nadie que acostumbran quienes jamás pueden acercarse a sus pueblos.
No podía faltar nuestro inefable presidente, creído de su rol de estadista mundial. Aunque antes de hacerlo y como parte del mismo “relato” de la política de la alegría permanente, se dio su tiempo para participar en un show donde figurines y artistoides diversos hacen como que donan dineros y tiempos, para lavar conciencias y billetes de dudosas procedencias.
Ignorando la realidad, como es su costumbre, habrá pasado por alto la batalla campal en las afueras de los lujosos salones de recepciones donde, tal como acá, miles de robocops y carros hidrantes atacaban a quienes protestaban ante tanta infamia repetida.
Y después que los sonrientes periodistas nos terminen de mostrar los supuestos éxitos conseguidos para el País en esa fastuosa reunión, nos atropellará la realidad de los nuevos aumentos de la leche, la carne y el pan. Entonces tal vez comprendamos, los verdaderos resultados de la gira presidencial.

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