sábado, 15 de marzo de 2014

DEMOCRACIA Y MEDIOS

Imagen dueloliterae.blogspot.com
Por Carlos López*

Cuál es el rol que juegan los medios de comunicación masivos respeto del accionar del conflicto social en la calle, no cuando este es legítimo, seguimos insistiendo, sino cuando resulta algo prefabricado? ¿Cuál es el principio de esta situación? A la presidenta se la intenta acorralar con hostilidades, casi todas originadas en intereses económicos, de aquellos que se están "perdiendo" de acumular más riquezas, debido a que,  en el  fondo de la cuestión, no quieren que se logre una distribución de lo que legítimamente como sociedad les pertenece a todos.
La construcción de escenarios.
Le cabe a los militantes la tarea de construir escenarios donde se confronten los modelos de país que están instalados en nuestra sociedad, aspiramos a concretar aquel modelo que nos incluya a todos logrando desarrollo y bienestar a todos los habitantes de nuestra patria.
De no ser así se cae en que determinados medios de comunicación construyen escenarios adversos al gobierno. Son estos mismos medios que fatigan y fatigan algunas demandas, ellos mismos estimulan los cortes que luego van a denostar.– "caos" en tal lugar, "se nuclean activistas" en tal otro…,– logran así el efecto deseado, crear un clima enrarecido, que todo se debe a la culpa del accionar del gobierno o bien el no accionar del mismo. Como suele decir el vulgo: "Palos porque bogas y palos por que no bogas".
El gobierno, como lo señaló bien la presidenta Cristina, no puede ceder a la extorsión económica o política, pero deberá considerar con la mente abierta qué es extorsión y qué es reivindicación auténtica o descontento público.  Es una verdad aceptada que mientras mejor se encuentra, la sociedad aumenta sus expectativas y con ellas el monto de sus demandas. Nada de esto tiene que ver con algunas "puestas en escena".
Un ciudadano cualquiera que proteste caminando por la cuadra, sobre la vereda (similar a las protestas en las ciudades de EE UU), tendrá menos chance de convertirse en espectacular que otro que obstaculizó o detuvo el tránsito parándose en la mitad de la calle, si es avenida, mejor aún. Los actuales cortes piqueteriles son directamente proporcionales a la mirada mediática que logren convocar, son funcionales al espectáculo así montado. Así como muchos políticos buscan el impacto público en los medios, sobre todo en los electrónicos, algunos grupos de protesta aprendieron también a llamar la atención con despliegues escandalosos. No son hábitos exclusivos de los militantes de izquierda, porque dicha práctica fue usada tanto por dirigentes agrarios como por vecinos de cualquier barrio que quieran llamar la atención sobre algún asunto particular.
Hay quienes observan estos brotes callejeros, cada vez que la inquietud o crispación social elevan el tono, y los confunden con los ánimos conspirativos de algún comando político que mueve peones sobre el tablero para ver "si una buena vez por todas se termina este gobierno populista y demagogo que tanto mal le está haciendo a la parte sana de la sociedad."
Sería ingenuo negar la existencia de núcleos minoritarios de la izquierda que están siempre listos para movilizarse en solidaridad con una variedad muy amplia de propósitos, desde proteger el trabajo o reclamar por salarios dignos hasta defender la vida de especies en peligro en el Ártico.
La mayor parte de las veces, sin quererlo, resultan funcionales a propósitos antagónicos a sus ideas. Alcanzará con recordar que, pese a que no son las únicas, a esas minorías que se dicen de izquierda, caminaban hace algunos años a la vera de los dirigentes de la Sociedad Rural para que los exportadores agropecuarios no pagaran tributos.
Pero cabe señalar el modo de utilización que hacen los grandes medios oligopólicos de comunicación de toda la información que vuelcan a la sociedad. ¿Qué ocurre con la información que trasmiten los medios de comunicación masivos?, se van convirtiendo en sedimentos culturales, que al quedar incorporados, se cristalizan en una concepción del  mundo, que luego es volcada como sentido común, logrando determinadas conductas, que llevan a posiciones políticas, que producen, para cada coyuntura específica, un determinado proyecto de transformación de la sociedad.
En este sentido, podemos decir que en los últimos decenios, en términos culturales el sector que controla los medios de comunicación y las corporaciones multinacionales han influido en el intelecto y la emoción colectiva, pocas veces orientados para el bienestar general y la mayoría para privilegiar sus propios intereses. Una mirada a la historia del siglo pasado probará, además, que la prensa en más de una ocasión fue el instrumento para desestabilizar a un gobierno constitucional.
Plantear la lucha por una sociedad mejor en el mundo de hoy supone, en primer lugar, que defender la democracia pasa por contrarrestar los paradigmas que determinados grupos mediáticos tratan de  generar, intentando instalar  valores universales y modelos a seguir qué lejos están de un proyecto nacional, popular, transformador con inclusión, desarrollo y justicia social.
*Publicado en Tiempo Argentino

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