Por
Roberto Marra
“El
fanatismo es la única fuerza que Dios le dejó al corazón para
ganar sus batallas. Es la gran fuerza de los pueblos, la única que
no poseen sus enemigos, porque ellos han suprimido del mundo todo lo
que suene a corazón. Por eso los venceremos. Porque aunque tengan
dinero, privilegios, jerarquías, poder y riquezas, no podrán ser
nunca fanáticos. Porque no tienen corazón. Ellos no pueden ser
idealistas, porque las ideas tienen su raíz en la inteligencia, pero
los ideales tienen su pedestal en el corazón. No pueden ser
fanáticos porque las sombras no pueden mirarse en el espejo del
sol”. Evita
EL
MENOS COMÚN DE LOS SENTIDOS
La
apropiación del “sentido común”, resulta el logro más
trascendental que el Poder Real ha obtenido a lo largo de la historia
desarrollada bajo su supremacía. Con esa maravillosa herramienta, ha
torcido el destino del Mundo siempre para el lado que lo beneficia y
abona el crecimiento de su ya apabullante dominio. Ese pequeño
conjunto de poderosos, dueños de fortunas que superan a la de más
de la mitad de la humanidad, detenta la capacidad de influir a la
población del Planeta a través de mecanismos tan imbricados como
los de un reloj y tan sutiles como un velo que solo deja ver por
detrás a una sombra de lo que en verdad es.