jueves, 21 de enero de 2016

ANIMALES POLÍTICOS

Imagen Página12
Por Vicente Battista*

Celebremos: hasta ahora en la billetera del caballero y en la cartera de la dama guardábamos trozos de nuestra historia, pronto guardaremos un zoológico con animales autóctonos: las nuevas series de billetes de 20, 50 y 100 pesos y los nuevos billetes de 200 y 500 pesos que pondrá en circulación el Banco Central exhibirán a cordiales animalitos en cada una de sus caras. “Con la elección de la fauna y de las regiones argentinas, el BCRA procura también un punto de encuentro en el que todos los argentinos puedan sentirse representados en la moneda nacional”, explica un comunicado oficial. Es cierto: el actual billete lejos está de ser un punto de encuentro de todos los argentinos. Veamos porqué: si cualquier niña o niño de tres o cuatro años le preguntara a sus padres quién es esa señora tan joven y linda que aparece en los billetes de 100 pesos, papá o mamá deberían explicarles que fue la esposa de un presidente del país, que ella se llamaba Eva Duarte de Perón, aunque casi todo el mundo prefería llamarla Evita. ¿Sólo por eso está en el billete?, querrán saber las curiosas criaturas. Por lo que papá o mamá se verían en la necesidad de enumerar las muchísimas cosas que hizo esa señora que luce de perfil en el billete. Algunos padres dirán que fueron cosas maravillosas y otros, por el contrario, afirmarán que fueron espantosas. Aquí nacerá una grieta que fatalmente se va a repetir con el resto de los billetes.
Si los chicos preguntones quisieran saber quién es el señor de barba candado que aparece en una de sus caras de ese otro de 100 pesos, no quedará más remedio que explicarles que se trata de Julio Argentino Roca y antes de que las pequeñas criaturas pregunten porqué está ahí, habrá que decirles que fue un general del ejército que hace muchísimos años, en la llamada “Campaña del Desierto”, ya te lo enseñarán en la escuela, ayudó a civilizar al país. Algunos padres dirán que se trató de la matanza de pueblos originarios y otros, en cambio, señalarán que se hizo por el bien de la patria.

Si las inocentes criaturas optaran por un billete de 50 pesos, elegido porque no muestra ninguna cara sino dos grandes manchas de color azul, los padres dirán que esas dos manchas representan a las Islas Malvinas, que son nuestras, pero que desde hace muchísimo tiempo están bajo dominio británico. Y aunque parezca insólito, también aquí aparecerá la grieta: el actual presidente de todos los argentinos supo decir que recuperar las islas “sería un fuerte déficit adicional para la Argentina”. ¿Cómo explicarle ese exabrupto a las inocentes criaturas? No es necesario, porque ya tienen otro billete de 50 pesos y sólo quieren saber quién es ese señor casi pelado y de gesto severo que se muestra en una de las caras. Algunos padres explicarán, orgullosos, que se trata de un gran educador, otros, en cambio, no demostrarán tanto orgullo, más bien todo lo contrario.

La grieta se repetirá cuando las inocentes criaturas pregunten quién es ese señor de uniforme que ilustra el billete de 20 pesos. Los padres dirán que fue un intransigente enemigo del señor casi pelado que vieron en el anterior billete de 50 pesos. Lo mismo sucederá con los de 10, 5 y 2 pesos: si los chicos preguntaran por ese señor, peinado hacia adelante, que se ve en el de 10 pesos y por ese otro señor, vestido de militar, que aparece en el de 5 pesos, los padres dirán que se trata de dos auténticos patriotas, pero evitarán decirles que uno murió en la absoluta pobreza y el otro en el exilio. Finalmente, las inocente criaturas preguntarán quién es ese hombre de barba y melena que muestra el billete de 2 pesos. Aquí no habrá duda, los padres dirán: “Es el que escribió la historia que les contaron a tus abuelos cuando ellos tenían la edad que ustedes tienen ahora”.

Aunque en cierta ocasión el actual presidente dijo: “Queremos que haya diálogo, pero sólo diálogo entre nosotros”, ahora, más amplio, brega por la unión de todos los argentinos, motivo por el cual rechazó la imagen de Yrigoyen y de Perón para ilustrar los nuevos billetes de 200 y 500 pesos y dispuso que tanto los dos presidentes como otros posibles próceres fueran reemplazados por animales autóctonos: el yaguareté y el hornero, la ballena franca y el cóndor, la taruca y el guanaco. Una inteligente medida que evitará el conflicto de numerosos padres ante sus pequeños hijos preguntones: no implica ningún riesgo explicarles que el hornero es un pájaro natural de América del Sur, que el cóndor es un pájaro algo más grande que vuela por las altas montañas, que el yaguareté es un felino un poco más chico que el tigre y el león, pero de igual viveza y ferocidad, que la ballena franca es un apacible mamífero de casi 20 metros que acostumbra navegar las aguas de la Península Valdés y que el guanaco también es un mamífero aunque no navega sino que deambula por la Patagonia y por Mendoza. El presidente del Banco Central mediante un definitivo plumazo ha decretado el final de la historia, el final de la memoria y el final de las ideologías, al menos en los próximos billetes de libre circulación.

En otro sitio del comunicado del Banco Central leemos: “En la nueva familia de billetes quisimos honrar a nuestro país, a nuestra fauna, y fortalecer el compromiso de todos con el medio ambiente”. Noble premisa que no parecen cumplir ni el vicepresidente del Banco Central ni el propio presidente de la Nación. Hace unos pocos meses, el vicepresidente del Banco Central organizó una simpática competencia a la que le puso de nombre “Persiguiendo al guanaco”, consistía en correr tras el animalito hasta que este cayera agotado. El presidente de la Nación difundió una foto familiar de fin de año, en primer plano: él, su esposa y su hijita, en segundo plano las cabezas de diferentes animales, sujetos a la pared a modo de orgullosos trofeos de caza. Ante la crítica de los grupos opositores, un eficaz y preciso vocero del gobierno explicó que el propósito del vicepresidente del Banco Central era agotar al guanaco para que de ese modo sirviera de modelo real para el ilustrador de los futuros billetes. En cuanto a la foto del presidente y su familia, no había nada que temer: ninguno de los animales colgados en la pared aparecería en los nuevos billetes.

* Escritor. Autor de numerosas obras de ensayo y ficción. Publicado en Página12

 

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