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George Orwell dijo: "En
una época de engaño universal, decir la verdad es un acto revolucionario."
Estos son tiempos oscuros, en
los que la propaganda de engaño toca todas nuestras vidas. Es como si la
realidad política ha sido privatizada y la ilusión legitimada. La era de la
información es la era de los medios. Tenemos política de medios de
comunicación; censura de medios de comunicación; guerra de medios de
comunicación; retribución de medios de comunicación; desvío de medios de
comunicación - una línea de montaje surrealista de clichés y falsas
suposiciones. La maravillosa tecnología se ha convertido tanto en nuestra amiga
como en nuestra enemiga. Cada vez que encendemos un ordenador o usamos un
dispositivo digital - nuestras cuentas de rosario seculares - estamos sometidos
al control: a la vigilancia de nuestros hábitos y rutinas, y a mentiras y a
manipulación.
Edward Bernays, que inventó el término, "relaciones
públicas" como un eufemismo de "propaganda", predijo esto hace
más de 80 años. Él lo llamó, "el gobierno invisible".
Escribió: "Aquellos que manipulan este elemento invisible de [la
democracia moderna] constituyen un gobierno invisible que es el verdadero poder
gobernante de nuestro país... Somos gobernados, nuestras mentes son moldeadas,
nuestros gustos formados, nuestras ideas sugeridas, en gran medida por hombres
de los que nunca hemos oído hablar".
El objetivo de este gobierno invisible es conquistar: nuestra
conciencia política, nuestro sentido del mundo, nuestra capacidad de pensar de
forma independiente, de separar la verdad de la mentira.
Esta es una forma de fascismo, una palabra que estamos usándola con
cautela, prefiriendo dejarla en el pasado. Sin embargo, un fascismo insidioso
moderno es ahora un grave peligro. Al igual que en la década de 1930, las
grandes mentiras se entregan con la regularidad de un metrónomo. Los musulmanes
son malos. Los intolerantes saudíes son buenos. Los intolerantes de ISIS son
malos. Rusia siempre es mala. China está empeorando. El bombardeo sobre Siria
es bueno. Los Bancos corruptos son buenos. La deuda corrupta es buena. La
pobreza es buena. La guerra es normal.
Quienes cuestionan estas verdades oficiales, este extremismo, se les
considera candidatos a una lobotomía - hasta que son diagnosticados de acuerdo
al mensaje. La BBC ofrece este servicio de forma gratuita. El no presentarlo es
etiquetado como "radical" - sea lo que sea que eso signifique.
La disidencia real se ha convertido en exótica; sin embargo, aquellos
que disienten nunca han sido más importantes. El libro que estoy lanzando esta
noche, "Los archivos de WikiLeaks," es un antídoto para un fascismo
que nunca menciona su nombre.
Es un libro revolucionario, tal como la propia WikiLeaks es
revolucionaria - exactamente lo que Orwell quería decir en la cita que usé al
principio. Porque dice que no tenemos que aceptar estas mentiras diarias. No
tenemos que permanecer en silencio. O como Bob Marley cantó una vez,
"emanciparse uno mismo de la esclavitud mental".
En la introducción, Julian Assange explica que nunca es suficiente
publicar los mensajes secretos de gran poder: que encontrarles sentido es
crucial, así como colocarlos en el contexto de hoy y en el de la memoria
histórica.
Ese es el notable logro de esta antología, que reclama nuestra
memoria. Conecta las razones y los crímenes que han causado tanta agitación
humana, de Vietnam y Centroamérica, a Oriente Medio y Europa del Este, con la
matriz del poder voraz, los Estados Unidos.
En la actualidad existe un intento estadounidense y europeo para
destruir al gobierno de Siria. El primer ministro David Cameron es
especialmente sagaz. Este es el mismo David Cameron que lo recuerdo como un
empalagoso hombre encargado de las relaciones públicas, empleado por un activo
especulador financiero de la televisión comercial independiente de Gran
Bretaña.
Cameron, Obama y el siempre obsequioso Francois Hollande quieren
destruir la última autoridad multicultural que queda en Siria, una acción que
seguramente abrirá el camino a los fanáticos de ISIS.
Esto es una locura, por supuesto, y la gran mentira para justificar
esta locura es que están apoyando a los sirios que se levantaron contra Bashar
Assad en la Primavera Árabe. Como revelan "Los archivos de
WikiLeaks", la destrucción de Siria ha sido durante mucho tiempo un cínico
proyecto imperial, anterior a la sublevación de la Primavera Árabe contra
Assad.
Para los gobernantes del mundo en Washington y Europa, el verdadero
crimen de Siria no es la naturaleza opresiva de su gobierno, sino su
independencia del poder estadounidense e israelí - como el verdadero crimen de
Irán es su independencia, y el verdadero crimen de Rusia es su independencia, y
el verdadero crimen de China es su independencia. En un mundo de propiedad
estadounidense, la independencia es intolerable.
Este libro revela estas verdades, una tras otra. La verdad sobre la
guerra contra el terror que siempre fue una guerra de terror; la verdad acerca
de Guantánamo, la verdad sobre Irak, Afganistán, América Latina.
Nunca ha sido tan urgentemente necesario decir la verdad. Con honrosas
excepciones, los que están en los medios de comunicación, muy bien pagados con
el pretexto de mantener las cosas en claro, ahora son absorbidos por un sistema
de propaganda que ya no es periodismo, sino anti-periodismo. Esto es verdad
para los respetables liberales como lo es para Murdoch. A menos que estés
preparado para controlar y deconstruir cada afirmación engañosa, las
supuestamente llamadas noticias, son imposibles de ver y leer.
Leyendo "The WikiLeaks Files," me acordé de las palabras del
difunto Howard Zinn, que a menudo hacía referencia a "un poder que los
gobiernos no pueden suprimir". Eso describe WikiLeaks, y describe a los
verdaderos denunciantes que comparten su coraje.
Como aclaración personal, he conocido a la gente de WikiLeaks desde
hace algún tiempo. Que hayan logrado lo que han logrado en circunstancias que
no son de su elección es una fuente de admiración constante. El rescate de
Edward Snowden viene a la mente. Al igual que él, son heroicos nada menos.
El capítulo de Sarah Harrison, "Indexación del Imperio",
describe cómo ella y sus compañeros crearon toda una biblioteca pública de la
Diplomacia Estadounidense. Hay más de 2 millones de documentos, y están
disponibles para todos. "Nuestro trabajo", escribe, "es asegurar
que la historia sea de todos" Qué emocionante es leer esas palabras, que
se mantienen como un homenaje a su propio valor.
Desde el confinamiento de una habitación en la embajada de Ecuador en
Londres, el valor de Julian Assange es una respuesta elocuente a los cobardes
que han tratado de mancharlo y al poder que busca vengarse y librar una guerra
contra la democracia.
Nada de esto ha disuadido a Julian y sus camaradas en WikiLeaks: Ni
siquiera un poco. ¿No es eso
algo?
*Publicado por www.teleSURtv.net
http://www.telesurtv.net/opinion/El-acto-revolucionario-de-decir-la-verdad-20151007-0083.html.
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