viernes, 9 de enero de 2015

VUELVEN

Imagen misdiasenlavia1.blogspot.com
Por Roberto Marra*

Los sueños nos permiten vivir. Nos trasladan a un futuro que deseamos. Nos dan fuerza para trabajar por conseguir hacerlos realidad. Nos construyen una vida que todavía no vivimos, pero que ya añoramos. Y nos recuerda los que tuvimos y fracasaron. O nos fueron arrebatados.
Ahora, cuando uno de esos sueños se está por convertir en realidad, en visible, en palpable, en audible, rememoramos todo lo que alguna vez, empecinadamente, nos negábamos a aceptar. Nos acordamos de aquel fatídico año ’92, cuando un títere del poder real nos anunciaba ¡con alegría! Que se terminaban los trenes. Ya no más “El Porteño”. Ya basta con “El Rosarino”. El mercado lo exigía. Y, ya se sabe, el mercado todo lo puede (o lo podía).
Pero recordar sin tomar conciencia de la sumatoria de dolor, injusticias y muertes que esos energúmenos provocaron con la anuencia de gremialistas corruptos y pueblo adormecido por los espejitos de colores del neoliberalismo, no sirve para nada. Es imprescindible no olvidar para que no demos ni un paso atrás, para que lo que se viene se convierta en un hito, en la base robusta de un futuro que nadie nos pueda volver a robar.
El 1° de marzo el sueño aparecerá convertido en locomotora y vagones. En miles de banderas saludando la llegada del que se fue por última vez hace 23 años. La importancia que este hecho tendrá es probable que no la lleguemos a dimensionar todavía. Pero que una historia detenida en el tiempo retome la vida, esa que nos fue negada durante todo este tiempo, lo tendremos que asumir como el fundamento de un nuevo sueño, el que nos haga pensar que son posibles las epopeyas cuando los pueblos se asumen como dueños de su propio destino.
Pero un Pueblo sólo, sin un intérprete al frente de sus sueños y necesidades, nada podría construir. Ningún futuro es posible sin dirigentes capaces de escuchar su voz y tomar las decisiones que convierta en real aquello que colectivamente nos propongamos. Y esos dirigentes surgieron de las cenizas de un País derrotado, y entendieron como nadie lo hizo antes, los caminos de las reparaciones de las injusticias que asolaron nuestra historia.
Ahora, cuando está llegando el momento de volver a sentir el dulce traqueteo del tren, que nos subyugaba cuando éramos niños, será también la hora de asegurar los recuerdos, de fortalecer las convicciones, de evitar los desvíos, de doblar los esfuerzos, para que nunca más existan vías muertas para nuestros sueños.
*Arquitecto – Secretario de la Asociación Desarrollo & Equidad

1 comentario:

  1. Debemos ser un muro infranqueable para frenar el retorno neoliberal.
    ¡¡No a Macri!!,
    ¡¡No a Massa!!

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