jueves, 7 de noviembre de 2013

LA INDIFERENCIA PERRUNA

(O EL SERAPEYÓN Y LA RECÁMARA DE NEFERTARI INSULTADOS)

Por Gustavo Daniel Barrios*

            Una narración identificable como verismo, que en determinado momento puede derivarse a ser un instrumento de experimentación llamado a esclarecer problemas, de esos que afectan al todo comunal, si el relato de pronto emprende la misión de servir de aportante en este orden, intentará diagnosticar el porqué del demérito o la desinteligencia, de aquello que pretende asistir, con afán de mejorarlo.
            Así el relato transita un laberinto que refleja el drama sociocultural, o cierto drama de este orden, que tal vez sea tenido como superfluo, en lo relativo a un esperable repertorio literario. Así es que en las postrimerías del texto, que en determinado momento se sacudió en la necesidad de aportar una opinión, o acaso solución, se termina de apreciar la flexible o permeable y muy aceptable condición de una narración polivalente, en una historia como por ejemplo la que aquí se comenzará a transitar, que tal y como se podrá distinguir más adelante, apaga la natural sucesión de alternativas de un cuento, para introducirse en pasajes por demás rutinarios y vacíos de metáforas, de un sesgo cívico y coyuntural de un país, trocando el clima anterior en crítica, en un discurso de concisión, e intentando hacer equilibrio, para decorosamente ir normalizándose de acuerdo a una relación coherente con escenas del verismo.
            Y el episodio habla de gente con su huella en la memoria popular, y ahora los primeros.
            Trabajaron ellos dos, memorables personas demasiado poco memoradas, en el primer barco Ciudad, el que fuera mandado construir por la familia Oficialdegui, en los astilleros locales Riguetti, y cuya botadura se produjo en el año 71.
            Este barco fue un notable diseño que para el uso de pasajeros fuera puesto a surcar los brazos afluentes y el canal del río, desde poco más de una década después de que se interrumpiera aquel servicio del hidroavión de cabotaje, con arribo al muelle del puerto público o Estación Fluvial -tal la conocemos-, desde la cual zarpan y en donde duermen los barcos Ciudad, aquél y este de ahora, y el mismo puerto en el cual se abordaban antes los botes del servicio a Entre Ríos, que demoraba seis horas.
            Y bien, se trata de una mujer llamada Maura Enseñat y de su padre, Marcos Enseñat. Ellos atendieron el buffet en el viejo barco, con idéntico reláx y contento que los músicos afectados como ellos al paseo nocturno de los fines de semana.
            Maura tenía un hermano menor, a quién nunca se lo vio en aquellos paseos, llamado Marcelo Enseñat.
            Hago un intermedio aquí,  antes de volver a lo principal. Las familias como los Enseñat, para decirlo de un modo clarificador, han leído determinadas glosas, o han leído los Méster de Clerecía, o libros sobre otras iniciaciones, y esto se colige de sus nombres completos. Por ejemplo, cito el caso de un hombre, Eladio Eguren, un médico extranjero radicado en Santa Fe en 1891, pasando por dos importantes ciudades de la provincia antes de confirmarse su asiento definitivo en 1893, y su enormidad de aportes ir dándose, a partir de establecerse para trabajar en la Sociedad de Socorros Mutuos de Rosario.
            Bien, el caso es que el doctor Eguren bautizó a sus diez hijos bajo un idéntico patrón, dándoles nombres grabados en el agua lustral, a diez que llevan las iniciales E. Sus hijos se llamaron: Etelvino Adolfo, Eloisa, Eduardo, Elena, Eladio, Enrique, Ernesto, Emilio, Eloy, y Ezequiel. Los Eguren rubricaron en sus hijos la doble E, según el patrón elegido por Eladio y su esposa, Maura casualmente.
            El doctor Eguren nunca comunicó una razón, pero de todos modos aquéllos que deciden un patrón como este, para los hijos en el caso de Eladio y su esposa Maura, dicho porque hay otros que bautizan según un patrón determinado a todos los chalet que poseen en proximidad a los cerros cordilleranos, si esto ocurriere, y por ejemplificar; quienes esto hacen, como este capricho de continuar el patrón de Eladio Eguren, este tipo de decisiones, declaran cierto tipo de distinción autootorgado, para expresar un ansia particular de encumbrarse.
            Y ahora regreso a las personas del comienzo, pero aun parado en la reflexión, ya que estimo que los Enseñat, y por un ansia de idéntica adhesión a esa fé en lo que proyecta ese ritual, le dieron forma  al patrón de Maura  y Marcelo, o Marcos, Maura y Marcelo Enseñat.
            Marcos estaba casado con una mujer, madre de Maura y Marcelo, de apellido Lucanto, y por lo tanto fuera del patrón, como el caso de Maura la anterior, esposa del doctor Eguren, y lo menciono porque siempre son ambos padres los que participan en la decisión, inocua e interesante, otorgando que el apellido guía es el del hombre, de acuerdo a que es este el cual figura en el documento nacional, y formaliza la identidad con el nombre completo.
            Los Enseñat vivieron detrás del boulevard 27 de Febrero, justo a la altura de los rojos provincialistas, entre la Sede y el Country Club de estos, más cerca de la Sede. Área, que en lo sonoro ambiental se preserva tan bien o mejor, que esos interiores previos al puente que atraviesa la rampa o fosa de avenida Puccio, por donde se halla el colegio Carrasco;  espacios que gozan de escasa polución a este nivel, en compensación a lugares con escasa fortuna en este mismo rubro.
            Bien, detrás de 27 de Febrero hacia el Country vivían, única posibilidad, en este barrio que dura hasta calle Saavedra, y que según muchas voces experimentadas, ninguna ceñil e incluso bastante jóvenes algunas y también expertas, reúne todo un concepto elogiable, ya desde calle Italia, pero en un más angosto palmo a dicha altura, y que ultrapasando el Country Club por ambos laterales del mismo, recupera el ancho de Saavedra-27 de Febrero,  dentro de eso está barrio Cura, y en esta última parte, haciendo laberintos por allí, se destaca esta tutela del silencio mencionado, siempre atentos a la falta de precisión en discusiones sobre cuadrículas y arterias, y lo difuso de estos delineamientos. Destaco que este vecindario exceptúa por diferir en demasía, al par de enormes complejos habitacionales que se empalman y aparecen al final,  no porque este grupo de edificios haga suponer un antivalor en lo relativo a Cura, cuyos tramos medios se codician, sino debido a que no consigue integrarse al homogéneo restante. Entre la calle Cura y el boulevard 27, en alguna propiedad grande vivieron los Enseñat.
            Me es oportuno decir que no debe suponerse un fragmento ocioso en el relato, el cual quizás se demora en arribar al despligue temático fluído, y que no debe suponerse un acto desatento hacia los ajenos al saber urbanístico, máxime los foráneos, ni tampoco hace alardes de localismo o fárrago exasperante de información inútil, el describir un área de la ciudad cual esta sea, porque la incursión a un teatro descripto de este modo en una historia, sea o no del conocimiento de todos, va a conducir mejor al argonauta escrutador del  texto, por un camino de señales instructivas de un derrotero y un fin, que ese plano así descripto, por vías insondables ofrece, un aquerenciamiento y un fin, de forma mejor que si tal plano no estuviese dibujado y presente.
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            Hubo durante mucho tiempo una troupe que solía reunirse todos los miércoles a la noche, en un resto-bar de calle Rioja, antigüo, no se habla aquí del sótano de "La Marina", que formó grupo hace mucho tiempo con "La Mansión del Marinero", de frente a un lado de la boca del túnel,  sino un comedor vitalísimo para dicha troupe, que es de aquellos adonde  nunca iría a meterse vagamundo o marinero extranacional, en razón de que el mismo posee la inaccesibilidad lúgubre de un misticismo vernáculo que entienden únicamente los locales, y ciertamente aprovechan demasiado pocos; estos pocos quienes son socios de un club orgullosamente pacato en contradicción a los espejismos de los mejores ambientes.
            Este nutrido grupo de personas todos los miércoles ocupaba hace mucho tiempo, una mesa enorme de aquél comedor de candiles opacos, que todavía existe. Una mesa que nunca empequeñeció, pues nunca bajó de los 14 integrantes e incluso han llegado a estar hasta 19, en ocasiones.
            Allí, agilizando un poco el trámite, asistieron durante un plazo extenso en que esta reunión duró, la señora Delia Muscio, el profesor Ruggero -de este era yo amigo-, un hombre llamado Mario Ortiz, los Montserrat que fueron docentes ambos y vivieron de junto al restaurant, Carmen Montserrat y Javier Montserrat, además de Vanessa Arias de Palancar y de su hija, Ingrid Palancar; también iban dos mujeres aparentemente familiares lejanas de las últimas, Mabel Ahumada y Teresa Céspedes, e iba siempre la pareja formada por Rubén José y Adriana Sotér, además de otros hombres de los cuales ignoro sus nombres. Todos constantes, y en un mismo grado de amistad, intenso entre todos ellos.
            Y fue Vanessa Arias, con apoyo en la memoria de Ingrid su hija, quien se retrotrajo a un episodio fresco aun para la memoria en ese tiempo, que involucró hechos, negativos pero corrientes, aunque no por ello menos declaratorios de un vacío en aquél drama apuntado en la introducción, y generador de un vacío a varios niveles. Fue en esto que intervinieron los Enseñat, quienes intentaron estar a la altura del problema, por el lado de una postura encomiable que pudiese frenar actitudes jamás encomiables, aunque sin conseguirlo.
            Y Vanessa lo contó con el pretendido carácter de un tema mejor que corriente, sobre una familia gran amiga de la suya propia. Vanessa contó que Maura Enseñat  y Marcos, su padre, además de trabajar en el "Ciudad" los fines de semana, trabajaban en un taller propio, galpón de los fondos de su casa, enorme, junto a Marcelo el hermano de aquélla. Se dedicaban al diseño de interiores: bocetos, proyectos, y además fabricaciones del rubro, como bastidores, asientos, con tapizados incluídos. Estudio y taller.
            De familia en rubros afines desde el abuelo de Marcos, tenían ellos conocimientos importantes en lo atinente a vanguardias en el diseño de interiores, a nivel internacional.
            La dibujante y proyectista fue Maura, y Marcos fue quien, con la ayuda de Marcelo su hijo, operaba en la fabricación de piezas integrables al servicio ofrecido. Los proyectos de Maura, llegaron a ser en determinado momento, incorporados como modelos bastante requeridos, en casas de cierto potencial. Y debe apuntarse que otros fabricantes locales, les pedían asesoramiento y otras cosas.
            Maura supo concebir en el estudio, la marca de la anticipación, y de líneas sorprendentes, y llegan en definitiva los Enseñat a este callejón en que nos hallamos, por haber ella compuesto una carpeta incluyente de planos de salas de recreación hogareñas, salones de reunión, etc, e incluyente de una teoría -había puntualmente un basamento teórico redactado en ese plexo-, a través de la cual ella expresó en un eje temático, al hacer constar que desde que el alumbrado público invadió las calles de occidente por vez primera, tendidos eléctricos a disposición pública en las ciudades, aproximadamente aquél tiempo, se empezó a ver en el rubro diseño de interiores, preferentemente afuera pero también aquí, un leimotiv inusual, o sea un motivo conductor, manifestante de algo que ella, Maura, llamaba "Modelos Intertemporales", o una suerte de vanguardia perenne, o sino le llamaba  "Estilos de indeteriorable actualidad."
            Dichos modelos, Maura expresó en el documento, a partir de habérselos visto reiterar, durante 75 años aproximadamente, señalaban una idea desafiante, robusta en lo conceptual, a la cual ella decía haber reforzado, en unos planos de su elaboración. Ella decía en su basamento teórico, y con el auxilio de planos, que los diseños presentes en su carpeta, iban a conseguir perdurabilidad, al aplicarselos, vigencia y adaptabilidad, por lo menos hasta el año 2072 o 2090. Todo un desafío en el diseño.
            Maura en sus planos, mostró el diseño de salas de recreo hogareñas, o salas de estar, y en estos planos últimos en particular, se observaban las siguientes combinaciones: Todas las paredes de esas salas, eran revocadas -en el proyecto-, con estuco, como pintura final lógicamente, al estilo del antigüo estuco clásico, admirable, preparación de mármol pulverizado y cal. En los planos de forma terminante, se consignaba la exclusión del estuco ordinario de yeso y cola. Las paredes en el diseño de Maura, lucían a aquél estuco clásico, que es brillosísimo, y era un componente especial de todo el leimotiv por ella compuesto. Se añadían faroles de dos voltajes luego, muy altos y muy tenues, a indicación de los planos, amurados a dos paredes del recinto, no recomendando la araña de iluminación central. En el plano de Maura, estas salas de estar incluían un lar ficcionado, con estufa de gas natural, concediendo que la maravilla del verdadero lar, de tiraje y leña, corresponde a otros muchos usos en el diseño, que siempre estarían disponibles, pero de ningún modo en este tipo de diseños suyos. En los planos, se añadían biombos ligeros, de acrílico, con marco; ámbar y/o rojo ténue. El piso de estas habitaciones era de mosaico pulído, no negociable. Había asientos, de caños curvos sin patas, con un material de alguna flexibilidad pero resistente, como asentaderas, sobre lo cual consignó Maura en la necesidad de importarlos, atentos a la época de cuando ella hizo los planos. Los diseños incluían una gran mesa pero enana, amplia pero enana, que podía alojar no solamente el té o las copas de whisky, sino que hubiesen podido alojar hasta un cuadrangular de ajedrez, u otras actividades demandantes de espacio. Estas mesas eran de mucho grosor y todas estarían laqueadas. Finalmente se incluía en los planos, un mueble enchapado en negro, incluyente de gabinetes para libros, no rebasantes de un metro y ochenta de altura pero sí muy anchos, los cuales según sus detalles técnicos lo explicaban, eran muy livianos.
            Este fue el diseño de mayor apuesta que ella ofrecía, y apuntó Maura en su basamento teórico que estos diseños aplicados,  ya hubiesen sido admisibles e integrables a comienzos del siglo 20, cuando surgen los desafíos del diseño interior a la par de otros avances,  y que pasando por el segmento temporal en que ella concibe estos planos, allá por el año 79,  serían admisibles e integrables todavía en el año 2090 aproximadamente, con arreglo al concepto de perdurabilidad, o "Estilos de indeteriorable actualidad", supuestos, pero nunca en 300 años, lógicamente.
            Se ha visto que salas como estas no sobrecargadas, no hacen intrusión ni perturban, al paso de los años, como realmente lo harían  hoy aquellos pesados armatostres integrados a una sola y misma habitación, oscura, inadmisible ahora y menos admisibles aun para años por venir.
            Pero la razón por la cual Vanessa Arias se retrotrae en una noche con sus amigos, a este episodio, fue porque a partir de estos proyectos de Maura se pudo haber dado lo que se dice un punto de inflexión, en lo referente a ciertas cosas que ellos venían tratando como charla en aquélla cena. Ocurrió que Marcos Enseñat, que como lo era su hija era él también un optimista incorregible, y dicho sea de paso, un ocasional cantante del barco Ciudad, solicitó durante mucho tiempo que se los admitiese como expositores en una "feria regional", a los efectos de presentar algunas fabricaciones suyas, pero en especial presentar las primicias de su hija, en la cual ella públicamente pudiera hacer extensión de la materia que ha sido descripta.
            Años después de la reapertura institucional, hizo él sus últimos esfuerzos, y en el estímulo de querer sacar provecho de nuevos enclaves a disposición del público en la ciudad, que mediante los naturales canales buscaron de utilizar, bajo auspicios de las direcciones pertinentes.
            Esto del auspicio institucional, les resultaba necesario pero más que nada insoslayable para intentar competir a nivel país o fuera de él, y Marcos creía que merecían competir a ese nivel.
            Con los años se observó, dicho sea de paso, el feedback que las "Marcas Regionales de Magro Pedigree" -y esta opinión viene un poco entresacada de la versión acerca de aquélla cena-, lo que aquéllas "marcas" consiguen en las "Expo-Internacionales", o sino lisa y llanamente en otros mercados, hoy en día eso   permite deducir la nula retroalimentación  a nivel "Marcas Regionales de Magro Pedigree", en el marco de lo internacional, que padecían los emprendedores pequeños en aquéllos frágiles años del primer barco Ciudad, aquí referenciados. Y dicho sea de paso también, qué facilitador parece resultar el notable incremento de los "Centros de Convención y Expo", en número más que suficiente, en la ciudad de hoy, para la utilidad del emprendedor pequeño y sus marcas.
            Los Enseñat fracasaron, no por haber sido ingenua su intención, todo lo contrario, sino quizás debido a lo que ellos coligieron hace mucho, según la versión de Vanessa, acerca de lo faltos de dominio que él o su hija estaban, en los códigos del marketing, y tradúzcase aquí lo que se desee, por ejemplo tradúzcase faltos de incentivación, no digo de incentivo, digo incentivación, y de este modo fue despejando, según el profesor Ruggero mucho más adelante aludía, haciendo copia del relato de Vanessa Arias, decía que de este modo fue despejando Vanessa la incógnita, tratando de explicar los misterios de algunas incompetencias.
            Un día, ya fríos de la preocupación sobre lo antedicho, los Enseñat  tuvieron otro interés, después de sus infructuosas relaciones con el mundo burocrático, en el cual al menos se los trató respetuosamente -decían-, y ese interés fue trabar una dialéctica sobre las desinteligencias, en razón de que -opinaban los Enseñat, en especial Marcos-, al mantenerse el medio burocrático connivente con actores vitalicios en su poder impugnador, desde lo codicioso, se inclina generalmente o siempre, la balanza, hacia el lado insuficiente del pesaje, cuando los torpes en materia de hacerse de influencias o sino faltos de dominio en los códigos del lobby, quieren trabar relación con el buró, debido a las cosas influenciables para este último, y lo influyente y atractivo para el buró, que generalmente son las influencias pesadas.
            Había ocurrido que los Enseñat perdieron hasta la última chance de ingresar a una promoción industrial en aquél tiempo. Aceptado esto ellos comprendieron de lo oportuno que sería dar algún tipo de respuesta, a los efectos de modificar en algún momento este despropósito.
            Vanessa Arias narró que en determinado momento Marcos reacciona con inteligencia ante la noción de arbitrariedad que hubieron de sufrir, y apoyado por una mujer que conocían y formaba parte de la administración de un canal de cable local, muy visto por entonces, 1989, obtuvo el pasaporte a un segmento muy extenso de un programa semanal nocturno, para entrevistarlo en estudios un periodista, y el cual segmento que Marcos aprovechó bien, sintiendo la necesidad apremiante de dar un mensaje que pudiese precaver y abrir puentes de discusión, apologizándose, pero más bien referenciando casos análogos, a fin de estimular en el conjunto de la población un concepto de prioridad.
            Y bien, Marcos, en los 20 días de intervalo hasta su turno en la tv, preparó un marco teórico, que fuera parido de la frustración personal, dicho en base a que él no tenía un perfil de intelectual precisamente, no que careciera de intelectualidad pero ese no era estrictamente su perfil, y asimismo logró solidez en lo expositivo, como tantas veces ocurre cuando las ideas se gestan en la frustración.
            Y Marcos expuso ante el entrevistador, en la grabación del programa, que lo más difícil dentro de la cuestión de los fenómenos inerciales, y todo lo absurdo que tal cuestión trae aparejado, es hacer descripción del terreno en donde los fenómenos inerciales ocurren, en su anormal caracterología.
            Marcos se afina y continúa hablando, para hacer una imágen que él utilizó, un teatro, que contiene un arco de gradas y de palcos, y hay una platea baja, preferencial. Esta platea se asienta apenas por debajo de la escena, y está a nivel del ingreso, y casi a nivel de la propia acera de la calle del teatro. En ella se ubica lo más selecto del público, haciendo Marcos referencia a que allí en la platea se ubican lo que él llamó "pretensos dueños de la ciudad." Y "pretensos de ocupar todos los lugares de prestigio", en lo que pareciera un interinato masivo que tal vez estos magníficos plateístas creen o suponen  haber obtenido a perpetuidad.
            Marcos apaga el deseo natural de repregunta del entrevistador, que le permite explayarse, y continúa diciendo que en los distintos niveles, ahora por arriba del plató, están los palcos que trepan hasta las alturas de uso popular. Y agrega, que en los palcos y gradas más altos se puede hallar, básicamente a la ciudad real.
            Él fue despacio, sin desilusionar a los televidentes o tensar de hostilidad la diatriba, ya que Marcos ostentó en el programa un discurso ameno, que iba parejo con lo que en su vida privada le era conocido, y háblase aquí de que él era incapaz de producir desencanto en la confrontación verbal en donde fuere, tal su estilo. Podía pasar y pasó, por los más duros términos, pero a combinación de no desinstalar una apuesta trascendente. Y siguió diciendo él, que patente para las mayorías, se deja sentir la frustración -y remarca que es un fenómeno mundial-, de lo que definió como asedio de los "pretensos dueños de todo". Y argumentó que la generalidad de la platea de los "magníficos", ubicados al ras del hall de ingreso triunfal en el teatro, los "pretensos dueños de todo", se asumen con derecho a inventar lo que se les ocurra para intensificar el bienestar personal, y no existe mecanismo que pueda llamarlos a moderación, debido a que ellos -dichos señores-, internalizan la idea de que en verdad poseen una cierta credencial de inmunidad, que hace dificilísima  la misión de producirles recriminación la sociedad a ellos, o meramente realizar la petición de equilibrio o igualación, en tanto los "pretensos dueños de la ciudad", nada conceden, absolutamente nada, toda vez que aquella credencial incluye u otorga el derecho de exclusión.
            El programa de cable, se distendió a raíz del mérito argumentativo y actoral de Marcos Enseñat, refirió Vanessa Arias -y sobre esto yo traté de imaginar a Marcos cantando en el barco Ciudad, en base a que todo cantante es un actor, pero no lo conseguí-, mérito aumentado respecto de lo previamente delineado, que iba a girar en torno a la situación de los emprendedores o pequeños empresarios en búsqueda de ingresar a una promoción industrial, porque prefirió filosofar, y siguió diciendo que en una sociedad absurda, como esta y otras o acaso todas, el propio absurdo cuesta muchísimo trabajo retraer, en base a que los hombres y mujeres de la platea baja, tienen permisión autootorgada de producir arbitrariedades a "troche y moche", incluyentes arbitrariedades de la imposibilidad de recibir censura, toda vez que no les rinden cuentas a nadie, en base a que en la lógica del absurdo en la cual penetraron, ellos son "el país" por antonomasia, y los demás los apantallamos.
            Marcos se afirmó en este rol aumentado, de ciudadano opinante de lo meramente llamado coyuntural, a filósofo, y agregó que en los palcos y gradas que requieren el esfuerzo de subir peldaños, y fatigarse para llegar hasta los asientos, está, en términos generales, la ciudad más auténtica. Personas sin  "credencial", muchas veces con un prestigio también, si hasta muchos de ellos están inscriptos en un mármol o su apellido familiar, si fueren arquitectos, pero de todos modos forzados a no ocupar los salones imprescindibles, si el que establece las normas produce admonición en su arbitraje abusivo y hace señalamiento de posible o imposible. En lo restante de aquellas gradas el peatón variado, interesado en vivir y en progresar.
            De este modo hizo descripción del teatro, Marcos Enseñat, añadiendo que para la platea del prestigio, todo el grupo anterior o aquéllas ramificaciones del arbolado de palcos y gradas de altura, esos recursos humanos, les resultan potencialmente apropiables y explotables, e inclusive pasibles de amedrentamiento si necesario fuese y llegaren a rozar la lozanía propia de ellos, sentados al ras del hall de ingreso triunfal. Agregó Marcos que así ha funcionado desde que él tiene uso de razón, el festival de vanidades de los "pretensos auténticos".
            Marcos Enseñat resuelve el litigio sociocultural, frente a un entrevistador gordo y atónito, al agregar que la realidad tiene formas que son inmanifiestas, pero además insondables, y tiene la laxitud del absurdo, o la deformidad de lo por él llamado fenómenos inerciales, para cuyos sostenedores del abuso, o asedio, la verdad carece completamente de valor.
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            A partir de aquél miércoles a la noche, Marcos Enseñat y Maura, su hija, fueron citados bastante frecuentemente en esa mesa, no solamente por Vanessa Arias e Ingrid Palancar, sus amigas, sino también por el profesor Ruggero quien los había conocido bien. Yo mismo había conocido a Maura Enseñat, una vez que me llegué al Estudio-Taller para encargar la reparación de una mesa de televisor grande, con ruedas, que finalmente precisó de tres entrevistas, que me llevaron a conocerla bastante, y me hacen posible rubricar lo expresado por Vanessa, quien trasmitió más de lo que describió. 
            Muchos años después, una noche de hace pocos días, por calle Mendoza vi a Maura ingresar a la "Plataforma Lavardén", que yo no he ido a conocer aún, y di dos pasos atrás para llamarla, y todavía cerca se dió vuelta y la saludé, fue apenas un momento, sorprendiéndome que estaba igual, y sin esfuerzo se acordó de mí. Me dijo que ahora ocupaba ella con su propia familia esa casa del taller, el cual había cerrado.

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            Estas pequeñas historias hacen pensar, cual metáfora, en la destrucción de las biblio-museos de Alejandría incendiadas por el odio. Y hacen pensar, se me dió por relacionar con el deshonor que le renuevan de ordinario en Egipto a las Recámaras de Ramsés 2º  y Nefertári, ubicadas a uno y otro lado del Nilo en cierto lugar, siendo ambos monumentos, acaso la cima de las aspiraciones sidéreas de un tiempo cuando hubo soñadores, en ese país. Porque en este relato se habla de la indiferencia, se intenta parangonar a los indiferentes descriptos más arriba, expresion del agua fría que corre por las arterias de los llamados morbo, con aquéllos transoceánicos que aborrecen y han aborrecido históricamente las expresiones del Serapeyón o el Museo, bibliotecas de Alejandría, y museos a la vez; los que aborrecen lo invaluable del  multicolorido del interior del panteón de Nefertári, a nivel rupestre, o el oro colosal del panteón de Ramsés. 
            Evidentemente se ha vuelto fácil de descifrar, el patrón inenarrable, descifrable pero inenarrable, que avergüenza tanto.
           
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ANEXO DE OPINIÓN

            La última sección del relato parece converger, con el hecho reciente de que han vuelto a hacer la gran Madeleine, en Grecia y en otras partes. Hace unos años, cuando aquella niña inglesita desapareció, España recién se había notificado de la desaparición de la niña española numero seis, en poco tiempo. Parece que ninguna de las seis era maravillosamente blanca como Madeleine. En la prensa oral telivisiva etc, no pasaban del tedioso y ocasional reporte policial para las seis niñas, sin repercusión  especial alguna.
            Un tiempo después de que diversas fuerzas sociales  de Inglaterra, se desplegaron para contribuir a la acción de búsqueda de la niña perdida en Portugal, la prensa española concedía, aunando manojos de dignidad, un poco a caballo de la reciente incriminación en cierto momento o la sospecha sobre los propios padres de Madeleine, concedía que le habían dedicado demasiadísimas horas a este caso, y ni la décima parte de ese tiempo a las seis niñas propias españolas, y se llegó a hablar en algún que otro programa de tv, que algo debió haber tenido que ver la blancura de Madeleine. Lo mismo se podría hacer extensivo a otros países evidentemente, con nóminas de niños y niñas desaparecidos, que a veces uno las ve reproducidas a las 4 de la madrugada, si en un insomnio prende uno la tv un rato con un vaso de agua en la mano, y nada más.
            Y bien, ahora esto del "Ángel Rubio"-así le han llamado-, morando cerca de Larissa en un campamento gitano, y que fuera cedida a otros padres por los suyos propios, como millares de veces ha ocurrido en todas partes con niños no gitanos, como los propios padres de la niña y ella misma -hecha la comprobación de las pruebas de ADN- que sí lo son, a causa de la desesperación de la falta de recursos que produce la comprensible decisión de ceder a un niño por un fajo de euros, que en el caso presente ocurría cuando los papás búlgaros de la niña y ella misma, se encontraban en Grecia para trabajar en una cosecha de pimienta, lo cual me hace relacionarlo con aquél filme italiano Arroz Amargo, o hasta la americana Viñas de ira, vistos los cuales, nadie dudaría un instante de lo comprensible que se vuelve la desición de ceder a un niñito por un fajo de billetes, en ocasiones en las cuales la vida de los pobres vale ya muy poco. Pero ocurre que ahora la pobre mamá biológica podría afrontar cargos que la pudiesen recluir entre uno y seis años, más costas, si se comprueba que vendió a su niña.
            El caso es que cargaron violentamente otra vez contra los gitanos todos, aprovechando el innegable aspecto nórdico de la niña, incluso después de los resultados de ADN ya públicos, otra vez contra esta etnia de unos 12 millones en la Europa actual. Nuevamente un manto de sospecha sobre ellos, "gitanos secuestradores de niños", ha sonado por allí en estos últimos días, incluso sonó: ..."que la niña es rubia, que es preciosa." Otra vez la basura esta, a la par de que resulta evidente a todas luces, ya expertos en esta materia del racismo, que muchos vocingleros de los sectores acomodados quisieran en verdad hurtarse a la niña María Atanas. 

*Escritor                                                              

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