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Es interesante desentrañar como se compone uno de los partidos de
oposición, qué pensamientos ideológicos lo integran, para que el
ciudadano pueda elegir con libertad. El manejo de una cuota de humor no
viene mal para neutralizar el grado de crispación de alguna opo. Por eso
permítaseme referirme, con todo respeto a las personas, a lo que
denomino como el "Frente Rejuntador".
Y si leo, veo o escucho como se define su integración y algunas de las
alianzas que lo componen, sorprende el grado de pseuda incertidumbre que
generan. Uno de los interrogantes sería: ¿el PRO participa o no?
Veamos: Macri dice que sí, Giustozzi dice que no y Massa dice que ni.
La realidad, que es la única verdad, demuestra que el pacto existe, ya
que representantes del PRO integran la lista de Diputados Nacionales,
legisladores provinciales y concejales. Es decir, que sí, que no, pero
la verdad es que a la Parrala le gusta el vino. Esta, diríamos que casi
es dipsómana.
Es decir que sí existe la Alianza opositora, aunque disimulen.
Estas confusiones hacia el electorado no son compatibles con el espíritu republicano y democrático.
El rejunte o la unión transitoria de empresas nos traen a la memoria
algunas frases de Silvio Rodríguez en su obra musical denominada "La
Maza" cuando dice:
"Qué cosa fuera / qué cosa fuera la maza sin cantera. Un amasijo hecho
de cuerdas y tendones, un revoltijo de carne con madera, un instrumento
sin mejores resplandores que lucecitas montadas para escena.
Qué cosa fuera –corazón– qué cosa fuera, qué cosa fuera la maza sin
cantera. Un testaferro del traidor de los aplausos, un servidor de
pasado en copa nueva, un eternizador de dioses del ocaso, júbilo hervido
con trapo y lentejuela."
Digamos finalmente que si el "Frente Rejuntador" está compuesto por
representantes del PRO, de lo que se denomina peronismo disidente, de
representantes patronales de la UIA, de representantes del pensamiento
neoliberal flexibilizador de los '90 y responsables de la regresión de
derechos laborales de la Ley Banelco, si bien deja en claro que es un
sector de centro derecha y en consecuencia se suma a los opositores al
gobierno, no le deja en claro a quién eventualmente lo vote, qué es lo
que elije el ciudadano y eso no es bueno. Recalquemos que en estas
elecciones legislativas no se votan candidatos, no hay tachaduras , se
votan listas completas. Partiendo de la buena fe es difícil creer que
esos candidatos votarán juntos en temas como: la recuperación de
derechos laborales, en cuanto al rol del Estado o a la distribución del
ingreso, porque en ese amasijo, se representan intereses en pugna. Y
esto quedó en claro en temas como la nacionalización de YPF, las AFJP,
la Resolución 125, el Fondo de Desendeudamiento, la Movilidad
Jubilatoria, el Estatuto del Peón y las otras leyes que recuperaron y
ampliaron los derechos de los trabajadores. En esas votaciones vemos la
dispersión que hubo entre ellos mismos. Alguno votó afirmativamente,
los más lo hicieron negativamente o con disidencias parciales o se
ocultaron tras un manto de silenciosa ausencia, para eludir la
definición. En definitiva, y para decirlo con toda claridad, esas
actitudes preanuncian la defraudación electoral.
*Publicado en Tiempo Argentino
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