martes, 14 de diciembre de 2010

¿MONOPOLIO MUNDIAL DE LA DROGA?

Por Walter Paz*

En este recién comenzado siglo XXI el flagelo de la droga a nivel mundial continúa viento en popa, pareciera imparable. La potencia más grande del planeta, los Estados Unidos se muestran como luchadores contra la droga destinando ingentes sumas de dinero y enviando material y miles de soldados a diferentes lugares del planeta dándose así conflictos armados que afectan a millones de personas y por ende a la seguridad mundial.

Sin embargo, la bonanza que vive el comercio de la droga nos obliga a preguntarnos, e incluso el repunte de la producción y comercialización en lugares donde se encuentran los soldados yanquis nos lleva sino a sospechar, por lo menos a cuestionarnos acerca de la eficacia y de las verdaderas intenciones del Imperio yanqui. Y para esto nada mejor que nuestra aliada: la Historia.

Los conflictos armados conocidos como “Guerras del Opio” fueron dos guerras entre China y el Imperio Inglés tras las cuales Inglaterra impuso a China el monopolio del opio. Sabido es que el consumo de distintas sustancias con diversos fines son costumbres ancestrales en numerosos Pueblos.

Desde comienzos del siglo XVI Inglaterra comenzó su expansión conformando así un Imperio de alcance mundial. Un siglo más tarde dominó, entre otras tierras, la India. Y dominar quiere decir dominar toda su vida cultural, política, social, productiva, económica, etc. Los ingleses comenzaron a incrementar la producción india de opio y a exportarla a los vecinos asiáticos, muchas veces mediante el contrabando. Para Inglaterra comerciar con opio significaba una forma de equilibrar su balanza de pagos. En China fumar opio era una costumbre antiquísima pero la superproducción en la India inundó a los consumidores chinos con opio barato, los niveles de consumo se dispararon sin control. En 1829 el gobierno chino prohibió la venta y la costumbre de fumar opio en un intento por disminuir el número de adictos que ya sumaban millones, y esto determinó la decisión de Inglaterra de ir a la guerra.

China perdió ambas guerras e Inglaterra le impuso condiciones que vulneraban su soberanía, le imponían la libertad de comercio, la navegación por los ríos interiores y el monopolio del opio, legalización del comercio del opio y una millonaria indemnización que debían pagar los chinos a Inglaterra.

Nuevamente en esta época, visualizamos cómo desde hace un par de décadas la presencia de la droga, su producción y comercialización ha causado y sigue causando estragos en sociedades como la colombiana y la mexicana, aún cuando se hayan implementado medidas de intervención como el Plan Colombia y el Plan Mérida, ambos son inyecciones millonarias de dinero provenientes de EE.UU. que incluyen soldados, armas y condiciones a ambos estados. Del otro lado del planeta, en Afganistán -y en Pakistán a un nivel creciente- existe el estado de guerra con su buena dosis de dólares. La guerra contra el terrorismo se mimetiza con la guerra contra la droga gracias también a la gigantesca maquinaria mediática de la mano de cadenas mundiales como CNN.

Sin embargo es la sociedad estadounidense la mayor consumidora de drogas del planeta. Cada año mueren a causa del consumo de drogas 20.000 estadounidenses y decenas de miles son encarcelados, solo en cocaína la población norteamericana consume un tercio de la que se produce en todo el mundo. En los Estados Unidos 72.000.000 personas mayores de 12 años han consumido drogas alguna vez, lo mismo que el 41% de los jóvenes que asisten a la escuela secundaria y cerca de la mitad de los preuniversitarios. La comercialización reporta beneficios en EE.UU. por más de 100.000.000.000 US$ al año, las autoridades confiscan solo el 1%. En EE.UU. vive el 5% de la población mundial, sin embargo consume la mitad de las drogas producidas en el mundo.

Y si al tiempo que visualizamos estos datos, recordamos que vivimos en un mundo capitalista donde el hombre es lobo del hombre, donde lo único que importa es el afán por ganar dinero a cualquier costo y los mezclamos con los datos históricos, el “ejemplo del imperio inglés” durante las Guerras del Opio, llegaríamos forzosamente al momento en que deberíamos comenzar a preguntarnos, si realmente aquellos que dicen y anuncian a los cuatro vientos que luchan contra las drogas, realmente lo están haciendo.

En relaciones internacionales se debe ser cínico. Cuando vemos el historial de EE.UU. en cuanto a expansión a costa de sus vecinos, en cuanto a racismo, respecto a recurrir al magnicidio, en cuanto a haber promovido y bancado cuanto golpe de estado haya habido en Latinoamérica, ser los primeros en haber arrojado las dos únicas bombas atómicas usadas para atacar dos ciudades, haber usado a sus propios soldados como cobayos en pruebas nucleares, vivir casi en un permanente estado de guerra desde el fin de su propia guerra civil, invadir y promover cualquier conflicto para apropiarse de recursos naturales ajenos, y un larguísimo etcétera. Entonces podemos encontrar coincidencias plenas entre aquel Imperio inglés y este Imperio norteamericano.

*Profesor de historia - Secretario del CEP

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