domingo, 21 de mayo de 2023

AL FILO DE LA FARSA

Por Roberto Marra

La historia ocurre dos veces: la primera vez como una gran tragedia y la segunda como una miserable farsa". Esa sentencia de Karl Marx realizada en el siglo XIX, en nuestro País y en estos tiempos, está llegando a ser una muy probable realidad. Es en el caso en que llegase a triunfar ese conglomerado de genocidas neoliberales que nos gobernaron durante cuatro nefastos años. Con la estrategia del endeudamiento, con la táctica de la persecución, con la palabra secuestrada por una mediática obscenamente falsificadora de la verdad, se han adueñado de muchas cabezas, han hecho multiplicar el odio incontrolado, han dado origen a las aberraciones judiciales más repugnantes.

Contra la pared, así estamos quienes soñamos y trabajamos desde siempre por encontrar el camino a la felicidad popular. Arrinconada contra el muro del fusilamiento de la verdad han colocado a la máxima líder popular de estos tiempos, obligándola a moverse de su natural sitial de representatividad, transformando la libertad de elegir en polvo que desvanece el futuro. Miserables por donde se los mire, los actores maléficos que condujeron a la Patria a la degradación moral y económica, se dan el lujo de atravesarse en el camino de la historia, retorcerla hasta hacerla de su condición traidora y expulsar de la disputa electoral a la máxima electora.

Cabe el lamento, pero se requieren las respuestas. Se entienden los llantos, pero la historia (y ella misma) nos pide algo más que eso. La verdad, atrapada en el calabozo de los custodios del Poder Real que habitan los tribunales, debe ser liberada, empujada al viento de la esperanza, rompiendo los barrotes con la fuerza unificada del pueblo que dice amar a su líder. No es posible reducir todo a una simple opción por uno u otro candidato. Es mucho más complejo que ese reduccionismo al que nos acostumbraron los mismos enemigos que buscan su venganza contra el “populismo” que los obnubila.

Difícil modificar una idiosincracia ciudadana tan intrusada por quienes nos necesitan quietos y sumisos. Difícil y, con poco tiempo, mucho peor. Pero la hereje necesidad nos muestra el camino tortuoso de la recuperación de la voluntad y la valentía. Nos conmina a actuar como un solo cuerpo, manejarnos con prudencia y arrojo al mismo tiempo. Nos habla de solidaridad con los abandonados a una suerte que nunca tendrán, sino por intermedio de la lucha de quienes conservan la fuerza y el deseo de multiplicar los panes y construir la soberanía.

La farsa “cambiemita” tendrá su oportunidad sólo si seguimos enfrascados en la pusilánime condición de la espera, en la nefasta actitud del “animémonos y vayan”, en la incomprensión del vuelo intelectual de una mujer imprescindible para esta etapa atravesada por la ignominia de una deuda que no es nuestra, pero nos obligan a pagar.

Las puertas de los tribunales de los dictadores con toga nos están esperando. Los “tronos” de esos “jinetes del apocalipsis” jurídico deben ser limpiados con la sana acción reivindicativa de un Pueblo empoderado por su memoria y alentado por su triunfo sobre el genocidio dictatorial. De no hacerlo, lo que nos espera es el regreso del terror financiero y la disolución del Estado en su concepto de generador y defensor de derechos. La tan meneada República está a un paso de ser transformada en un sello que sentencie el estatus de colonia.

Es tiempo de regresar al Perón abandonado detrás del olvido de su sentencia: “Cuando los pueblos agotan su paciencia, hacen tronar el escarmiento”. Entonces, y sólo entonces, la esperanza tendrá su correlato de certeza.

 

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