jueves, 29 de diciembre de 2022

TIEMPOS DE CAMBIO (Y DE FALSOS RESÚMENES)

Por Roberto Marra

Los resúmenes anuales de noticias de los medios de comunicación, suelen ser bastante previsibles, repetitivos y obvios. Es que traducir en pocas líneas los sucesos más trascendentes ocurridos a lo largo de un año, termina siempre pasando por alto referencias que hacen a la construcción de esa trascendencia de los acontecimientos. Además, imbuídos por un extraño espíritu de aparente “bondad findeañera”, el periodismo comete “omisiones” que acarrean (como siempre lo hacen) agua para los molinos que mueven la maquinaria mediática hegemónica a la que sirven.

Por ahí transitan los “experimentados profesionales de la palabra”, reduciendo la realidad a lo blanco y negro de una disputa, o a la certeza de algún oráculo de “analistas” tan ignorantes como necesitan a sus lectores, o a las adivinanzas de horoscoperos baratos puestos a anticipar lo que vendrá, sin haber podido siquiera comprender la realidad que los rodearon durante el año que vienen a resumir.

Poco importa para ellos, acostumbrados a las falsedades y su cotillón de panelistas aneuronales. Sus misiones, que siempre aceptan a cambio de voluminosos salarios, son harto conocidas: corromper la verdad, hundir la realidad en el barro de la mentira organizada desde las alturas de los “focus group” que la embajada les alienta a escuchar, desarrollar programas que oscurezcan el conocimiento y aplasten la cultura propia. Esas son sus “herramientas” para destruir las capacidades comprensivas de las mayorías, generar incertidumbres paralizantes y anular las voluntades de cambios reales.

Ahí están, entonces, resumiendo un año que ellos ayudaron a negativizar, retorciendo el calendario para elevar sus conveniencias y matar las opuestas, incluso promoviendo el asesinato material de quienes se les opongan ideológicamente. Por allí transitan estos auténticos náufragos de la conciencia, trogloditas de una era que parece destinada sólo a dar continuidad a la miseria que necesita el Poder Real para seguir acumulando fortunas sin otro destino que llevárselas a sus tumbas, faraónicas, pero tumbas al fin.

¿Son invencibles estos relatores de historias inexistentes, de falsas corrupciones ajenas, de misteriosos ocultamientos de lo obvio? ¿Acaso poseen capacidades superiores a quienes sufrimos las consecuencias de sus perversos actos? ¿Nada se puede hacer ante el avasallamiento de un éter convertido en unidireccional, cooptador de voluntades y cegador de lo evidente?

La verdad os hara libres”. He ahí un apotegma que permite respondernos todas esas preguntas. Y, aunque “la verdad” nunca es una sola, será la que salga de las entrañas del Pueblo organizado la que deberá primar a la hora de elaborar las certezas que nos guien hacia una sociedad mejor. Organización es la palabra que reproducirá las luchas concientizadoras por la liberación de las opresiones materiales y mentales, la que nos permitirá comenzar a caminar sobre los escombros de esta actualidad miserable y mortal. Apropiación voluntariosa de los mismos métodos con objetivos opuestos, podrá ser la forma de enfrentar tanta maldad mediática establecida.

A partir de allí, sí podremos redactar auténticos resúmenes de los años que pasemos construyendo felicidad popular, levantando las banderas que fueron olvidadas en algún rincón de la memoria revolucionaria que alguna vez tuvimos. Ahí sí que valdrá el esfuerzo de escuchar a los que saben de verdad, a quienes sólo los mueve la razón del corazón, para aprehendernos de la historia que nos mal contaron, entender la sencilla pasión de ser libres y solidarios al mismo tiempo, capaces de sentirnos soberanos y de construir, al fin, la independencia que todavía nos debemos.

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