LA DISTRACCIÓN DE LOS OPORTUNISTAS

Imagen Diario Digital Rosario

Por Roberto Marra

Tal vez los desprevenidos puedan creer que el nuevo régimen del Impuesto a las ganancias salió de las profundas convicciones dialoguistas del equipo de gobierno y sus extraños opositores cuasi oficialistas. Pero, a estar por las declaraciones, tanto de unos como de otros, más se parece a un paso de comedia parlamentario, adornado por algunos partenaires cegetistas, siempre con sus amenazas de paros al hombro.

Es que las cosas no están saliendo como esperaban los Ceos gobernantes. Las inversiones nunca llegan, salvo para especular e irse. La producción se reduce día a día. La flexibilización laboral, ese eufemismo inventado en los ’90, aparece otra vez en el firmamento legislativo. Las Pymes están cerrando por miles. Los mercados externos casi no existen. Y la inflación trepa sin cesar.

Entre tanto desatino económico, aparecen los cazadores de beneficios personales. A la cabeza de ellos, surge Sergio Massa, tan proclive a poner cara de compungido y relatar pasados oprobiosos y futuros de “unión de los argentinos”, siempre asegurando que gracias a él, este gobierno realiza mejoras en sus políticas sociales.

Resulta sugestivo verlo después tan sonriente, en compañía de los gerentes gubernamentales, sentados ante mesas tan vergonzantes por lo que en ellas se ven (o no, cuando trucan las fotos), como por los resultados que, de tan obvios, parecen guionados. Los convenios entre macristas y massistas  se suceden, culminando en resultados oportunamente beneficiosos, tanto para sus pretensiones electorales, como para mantener aplacada  a la sociedad.

Por suerte (para ellos) cuentan con el beneplácito de excelentes cómplices en la CGT, viejos jugadores de truco, dispuestos a mentir lo suficiente para hacernos creer que no están ni con unos ni con otros, lo cual, como todos sabemos, es imposible. Es que en realidad están con los unos, y con los otros. Macri, Massa y sus aliados corporativos forman parte de un mismo entramado, al que los verdaderos dueños del Poder Real sostienen para asegurar la continuidad de las políticas neoliberales que sustentan el crecimiento de sus fortunas.

Distraernos con las halagüeñas expresiones de estos contorsionistas políticos, es lo que necesitan para profundizar la transferencia brutal de recursos hacia los que más tienen. Pretenden hacernos creer falsos futuros de derrames de beneficios para toda la sociedad, mientras hunden el cuchillo trapero de la miseria hasta el hueso de la dignidad de un Pueblo, por ahora, adormecido.