miércoles, 23 de noviembre de 2016

PARACAIDISTAS IDEOLÓGICOS

Imagen Perder peso
Por Roberto Marra

Los repollos parecen estar de moda. Porque de allí parecen provenir algunos de quienes asumen el dudoso título de “opositores” al actual gobierno. Empeñados en no ser considerados como parte del proyecto político del que decían formar parte hasta hace muy poco, exageran sus críticas, a veces hasta el arrebato verbal, contra sus “antiguos” líderes.
Advertidos de tanto desenfreno negador de sus orígenes, los astutos publicistas de la actual administración nacional generan debates televisados a los cuales son invitados estos amnésicos de las ideas. Allí aparecen siempre como respetuosos opositores, destacando, invariablemente, sus “profundas” diferencias con la gestión anterior, de manera de terminar adhiriendo a la consigna fundante de la “pesada herencia”.
Es cierto, nadie puede ser obligado a permanecer atado a una posición ideológica para siempre. Pero, a poco de desbrozar el camino transitado por estos actores políticos y sociales, hasta llegar a sus actuales posicionamientos, se notará que sus zigzagueos son tan extremos como poco respetables. Y que sus orígenes, lejos de repollos y cigüeñas, muestran acomodos circunstanciales a las conveniencias personales en cada época.

Reyes de la memoria selectiva, manipulan la historia hasta dar vuelta la realidad y los números que la demuestren. Arman relatos fantasiosos sobre sucesos en los que ellos mismos tuvieron injerencias, olvidando convenientemente aquellos en los que tuvieron responsabilidades.

Sus interlocutores también lo olvidan, a sabiendas de que tanta miseria moral les traerá los beneficios de una mayor permanencia en sus lugares de piratería comunicacional. Nadie termina por ser quien es, olvidando convicciones que alguna vez mostraron y especulando ante las posibles reacciones del Poder.

Transitamos un tiempo donde solo lo nuevo parece ser lo mejor. Aunque lo nuevo solo sea una copia mentirosa, pero en colores, de un pasado que ya nos mostró sus dramáticas consecuencias. Quien se atreva, hoy en día, a emitir un juicio basado en las experiencias pasadas, será señalado como un retrógrado o un tonto nostálgico.

Pretenciosos ignorantes asumidos como relatores de realidades virtuales, estos paracaidistas ideológicos terminaron por creerse sus personajes inventados para la ocasión, borrando con el codo de la  indignidad lo escrito con la mano de las ideas que, ahora lo sabemos, nunca fueron suyas.  

 

 

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