Resulta ensordecedor el silencio de los dirigentes del peronismo sobre el genocidio de Israel en Palestina. Tal vez no se hayan dado cuenta que son miembros del mayor Movimiento Nacional y Popular de nuestra historia, cuyos principios doctrinarios hacen de la solidaridad uno de los elementos más importantes a la hora de definir posicionamientos frente a sucesos de tal magnitud. O puede que estén demasiado ocupados en pergeñar listas de candidaturas para las próximas elecciones, cosa muy válida, pero demasiado menos importante que la muerte cotidiana de decenas y hasta centenas de ciudadanos inermes bajo el fuego de la maquinaria bélica de los “hitleres” de nuestra época. Tal vez tengan temores de, en caso de llegar a gobernar nuevamente a la Nación, no contar con el apoyo de los sionistas que manejan importantes resortes financieros y económicos en el Mundo. Hasta podría colegirse que no son tan peronistas como dicen, porque no se posicionan con la firmeza decisoria que nos legara Evita, para quien jugarse era lo cotidiano y ser revolucionaria, lo imprescindible.