Que el periodismo está en un nivel cada vez más bajo en cuanto a sus valores éticos, lo demuestran cada día los “informes” sobre Venezuela que leemos en las páginas virtuales o reales desde donde se ponen de manifiesto, con total claridad, las pertenencias ideológicas o los chupamedismos arrastrados de los escribas que allí se expresan. Las “interpretaciones” de los sucesos que transmiten están cargados de “potenciales aseverativos”, una categoría que adorna las páginas de los periódicos en forma permanente, para asegurar algo que no conocen, pero que necesitan que se vea de determinada forma por el público, para generar “sentidos comunes”, ignorantes y brutos, pero profusamente difundidos.
Siempre tan preocupados por los “derechos humanos” de los países a los cuales el imperio requiere rendir de sus rebeliones hacia él, redactan (o copian y pegan) de manera falsiaria noticias sobre los acontecimientos que allí se puedan desarrollar. Tienen una forma de exponer las declaraciones de los líderes o funcionarios de los gobiernos que ellos llamarán, invariablemente, “regímenes”, donde los entrecomillados están colocados de manera de despertar sospechas de la fiabilidad de lo que aseveran esos dirigentes que retratan como al dictador de “Costa Pobre” del humorista Alberto Olmedo.
Tan preocupados por parecer “humanistas”, ponen por delante informes de Human Right Watch, esa especie de “escudo humanitario” que el imperio y sus secuaces nacionales tienen para determinar los niveles de “democracia” que existan en los países que no aceptan sus mandatos de sometimiento. Como otras tantas ONGs que saben desperdigar por todo el Planeta para dañar e intimidar a gobiernos adversos, será la voz que se elevará por sobre todas para asegurar hechos jamás comprobados, sentidos nunca registrados, palabras nunca dichas y movimientos nunca registrados.
La verdad nunca importa, sólo importa su tergiversación programada, lanzada al aire de la “revelación sacrosanta” de sus pasquines mediáticos de todo tipo, con el acompañamiento masivo de los imbéciles que hacen de claque en las redes del engaño que también responden a sus designios perversos. Los hechos se reducen a una foto malversada, desde donde sabrán “interpretar” lo que jamás vieron ni escucharon, pero de lo que estarán “convencidos” con el dulce olor del dinero que el Poder pone sobre sus escritorios.
No resulta demasiado raro que actúen de esa manera estos medios de comunicación, cuando dirigentes de notables trayectorias y predicamentos populares terminan por adherir, sin otro conocimiento que las lecturas de esos periódicos falsificadores de la realidad, a lo que allí se manifiesta. Es así que, sin ninguna investigación propia, ni enviados a conversar con los “regímenes” a los que aluden desde la escasa altura de sus inexistentes saberes sobre los mismos, los atacarán tanto o más que los patrones mundiales de todos los males, sobre los cuales no se atreverán a decir algo demasiado opuesto a sus intereses (a los del imperio, claro).
Todavía sigue repercutiendo aquel extemporáneo “muestre las actas, en nombre de Chávez”, lanzado por la ex-presidenta Cristina Fernández, así como los diputados y senadores “peronistas”, hacia el presidente re-electo Nicolás Maduro, uniendo patéticamente su voz a toda la retahila destituyente del imperio y los gobiernos títeres de América y Europa. Luego de todo un proceso judicial donde sí se mostraron las famosas actas, como corresponde a una democracia que se precie de serlo de verdad, nadie se desdijo de aquellos griteríos histéricos contra el “régimen” chavista.
Y ahí van, por enésima vez, todos los “desesperados defensores de la democracia”, acarreando agua para el molino del Poder Real, acumulando mentiras en sus alforjas de pragmatismos contra-revolucionarios, sometiéndose a los dictados del oscuro “aliado” que nos conducirá, a no dudarlo, hacia el mismo “éxito” por el cual transitamos ahora, producto de tantas agachadas como retrocesos doctrinarios.
La ignorancia como base del embrutecimiento masivo, el olvido como método de disciplinamiento ideológico contra nuestros naturales compañeros de luchas. Y la historia haciéndose trizas contra el muro de la estupidez politiquera, para obtener, improbablemente, una palmadita en la espalda de los Trump y sus aliados, que se convertirán luego, cuando ya sea demasiado tarde, en garrotazos y genocidios contra nuestros Pueblos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario