Por Gustavo Barrios*
Sin acercarnos al espacio de las guerras internas de religión que acaecen desde la Edad Media en su enorme complejidad, ni tampoco abrevar en la descripción de la vigorosa legitimidad de otros signos cristianos que no encuentran asiento en Occidente, cosa que dejaremos para más adelante, aquí un texto poco práctico y poco breve que resulta tangencial a la política y sobre lo que resultó pernicioso para la Argentina en otro tiempo, y además el por qué de ciertas cosas.
La creación del distintivo en 1812, fue la señal de que marchábamos hacia la Independencia. La bandera fue la marca de lo que no estaba completado, habiéndose iniciado hacía poco, y necesitaba evolucionar hacia un status quo o libertad superior, como la que se consigue en 1816. Pero los pasajes hacia redenciones son más de uno, porque la perfecta redención está escrita para cumplirse en un futuro aun escasamente adivinado. Tratemos de explorar en el sustrato de una contienda perenne y más universal, en la que todo el orbe está involucrado. Un viejo maestro, tomaba de otro la reflexión de que, luego de haber viajado por una veintena de países, en dos o tres continentes, él, el viajero, había encontrado en cada región del mundo al mismo hombre. Que visitara el país que visitase un hombre, se encontrará siempre con el mismo hombre. Lo que nos afecta, a los libertarios, son las mismas cosas.
En el año 1954, ya sin Evita, se hace fuerte el frente opositor, en gran medida fogoneado por las maniobras de la iglesia, que se enfrenta a partir de ese año, ferozmente con el gobierno republicano del general Perón. Este timonea la situación con gran fortaleza. Entre otras cosas, él le da mayor fortaleza al resto de los cultos inscriptos en el Estado. Pero el mayor impacto lo produce la última catapulta de Perón, quien promete llegar hasta la separación de Iglesia –católica- y Estado.
Una acción así, la mera expresión de separar Iglesia y Estado, fue una volición inédita, para uno de los nueve países más católicos del mundo. Son esas acciones cosas que abren un juego de culminación impredecible y no calculable cronológicamente. Luego de eso los católicos pretendieron quemar el Congreso, por sancionarse allí plenos derechos para los hijos naturales y adulterinos, y además el divorcio; leyes impulsadas por el oficialismo. Sólo una catapulta como la que lanzó Perón explica siete toneladas de bombas, con aviones bendecidos por la Iglesia, sobre la plaza de Mayo. Siete toneladas de bombas en un vergonzoso bautismo de fuego de la aviación militar argentina contra su propio pueblo y el propio Gobierno democrático. La infamia llevará a las fuerzas rebeldes a teorizar en llevar a cabo peores maniobras si fuera necesario, para desalojar al General Perón, porque ese bombardeo no lo consiguió por sí solo.
Hace poco menos de mil ochocientos años que se produce un juego de rebeliones. Existen rebeliones buenas y rebeliones malas, y un trasfondo oscuro, donde se modelan las formas de la vida pública ordinaria.
Los antipapas empezaron a aparecer en el siglo tercero. Alguna vez en el siglo cuarto, separadas ya las facciones, se consagraron dos papas en distintas iglesias de Roma al mismo tiempo; uno con mucha más legitimidad que el otro. Pero el que menos la tenía, era apoyado por un sector nutrido de sacerdotes y un obispo, de tres requeridos. Se desalojaban, volvían, y luego de un tiempo el más débil era repuesto. En los siglos 5 y 6, se sucedieron otras dos entronizaciones el mismo día. A veces los dos papas compraban la sede apostólica. En otras ocasiones, se mantenían al mismo tiempo dos papas; uno estaba investido oficialmente, pero el antipapa –el no oficial-, tenía con su facción, la proclama de serias prerrogativas que lo validarían sobre el oficial, y de hecho en el siglo sexto, en una situación disyuntiva, al fallecer el uno se consagró oficialmente al que era llamado hasta allí antipapa, pasando a ser el único.
Así se sucedieron los siglos. Se archivan unos 28 o 31 en toda la historia, pero no hay un número preciso de antipapas, y me atrevería a decir que ni en Roma hay certeza tampoco, del número de papas “legítimos” que han habido.
Hubo alguno proclamado y desterrado durante siete años; logra dejar de ser llamado antipapa, y de regreso a Roma se lo corona de nuevo. A veces algún antipapa, menos legítimo que otros, destronaban por la fuerza al oficial, y no por política.
Hubo una disputa contra un antipapa proclamado por el imperio alemán, por el Enrique 4º alemán. Roma, de la mano de Hildebrando, el papa Gregorio –al parecer el mismo del celibato-, resistía una alianza del imperio alemán con condes italianos, e hizo proclamar a Alejandro segundo.
Primero el representante de Inés, emperatriz alemana, fue Guiberto de Parma; él se abocó a luchar contra Hildebrando. Se proclamó al antipapa Honorio 2º, que ingresa en Roma, pero el pueblo, aunque el papa Alejandro había huido, resistió, y asistido por un duque, destruyó al ejército del antipapa. Este resistió a su vez, y esto duró. Más tarde, otro antipapa, dominó mucho tiempo para el dispositivo imperial germánico, una parte de la ciudad de Roma. Fue Guiberto, ya como Clemente 3º, el usurpador de una parte de la ciudad, y el oficial, fue Víctor 3º, que murió sin poder desalojarlo. Siempre la misma disputa que empezaron Hildebrando y el imperio germánico, este primero de la mano del antipapa Honorio 2º.
Los romanos, continuando con el tema de la bicefalía, expulsaron a Clemente 3º hasta Ravena, pero Enrique 4º de Alemania insistió en sostenerlo, y Clemente volvió a Roma en 1092. El nuevo papa oficial Urbano 2º se defendió como el anterior, anatemizando a Clemente. Roma tenía otra vez, dos papas a un tiempo. Entonces la peste hizo mella en la huestes imperiales alemanas, y Urbano consiguió algo de oxígeno. Desde Lyon el arzobispo, y desde Inglaterra el rey William –apodado “el rojo”-, apoyaron a Urbano. Clemente 3º se retiró debilitado a Ravena, donde se convirtió en bandolero para mantenerse. Pero aun resistió. Urbano murió y su sucesor, el papa Pascual 2º heredó el problema, aun irresuelto. Persiguió con su ejército al antipapa y se encontró con la muerte de Clemente 3º en octubre del año 1100. Este antipapa duró dos décadas, pero esta zaga había empezado en el siglo anterior, bastante tempranamente. Hubo muchos casos más hasta llegar a nuestros tiempos.
En unas pedanías de la provincia de Sevilla, no muy lejos de la ciudad de Sevilla, en el país de Andalucía, nación de España, todo comenzó donde se posaba un lentisco –árbol típico de la región-, en el año 1968.
Era el lugar preciso las pedanías alrededor de El Palmar de Troya, y fue durante la primavera de ese año, cuando cuatro niñas y unos días después, dos niñas más, identificaron una nueva epifanía, tan prodigiosa como la de Lourdes. Se incrementa el fenómeno y cuatro hombres y una mujer, ya en el verano, reciben los primeros elementos de un dogma, por vías inexplicables.
La gente llegó y el lentisco se desgajó por completo en la necesidad de poseer amuletos que sus jirones le significaban a la gente. Se sucedieron apóstoles y un rito ortodoxo. En el cariz de esto no aparecía un cisma, porque no se observaban desemejanzas por lo menos con la iglesia española ni tampoco la iglesia toda. Pero asimismo el cisma maduraba en lo oculto.
El rito del Palmar de Troya se asumió franquista, pero el misterio es que el Vaticano, socio del criminal régimen, se manifiesta sin dudar, en controversia. Y la misma casa episcopal de Sevilla los rechaza en el acto, ni bien recibe los primeros documentos. El caso es que las gentes humildes, dóciles, sino mendicantes, de la clase popular, acarició con ternura la incipiente orden del Palmar. Aquella que sería llamada la orden de Las Carmelitas de la Santa Faz, recibe la visita de lugareños, dos en particular, Clemente Domínguez y Manuel Alonso Corral, hombres místicos que llegarían a ser los dos siguientes antipapas, en una categoría por entonces acéfala.
Un día llega a este lugar de la provincia de Sevilla, Martín Ngo dinh Thuc, un obispo designado por el pontífice Paulo 6º para hacerse cargo de un arzobispado en Italia. Este vietnamita se siente atraído por la noticia y se va a España. Él, Martín Ngo dinh Thuc, poseía la facultad de ordenar obispos. El cisma estaba a punto de producirse, porque el asiático congenió con el nuevo rito desde el primer momento. Y amó el prodigioso ambiente, habitado por la luz, instaurando él la orden religiosa de Los adoradores de la Santa Faz. Los citados utsupra fueron dos de los cinco primeros sacerdotes. La crisis estalló, y con el cisma producido, se consagraron obispos.
Paulo 6º murió en Agosto del año 78, cuando Clemente Domínguez se encontraba en Colombia. Tres días después, ya en Palmar de Troya, este hombre es elegido papa por sus seguidores, y seis días después, lo coronaron cuatro de sus cardenales.
La historia que es bella, es estremecedora. Esta orden recibía el aporte de familias algo acomodadas de la localidad del Palmar, y seguramente de la región. Y prosperó. Clemente se hizo llamar Gregorio 17.
El franquismo, que esta orden había sabido elogiar, empezó a apresar y a recluir a los religiosos de la Santa Faz en dependencias policiales. Un juez constató de todos modos que Clemente Domínguez fue consagrado papa en toda regla. Esto me hace recordar a la amistad estrecha que cultivaron en España Pilar Franco –hermana de Francisco- y Eva Duarte; amistad que le serviría de mucho a Perón para obtener más tarde el salvoconducto que lo asilara más de una década en Madrid. Pero grandes pragmatismos no confunden a las fieras. Podréis imaginar cómo sufrieron los místicos de Palmar de Troya, y cuánta tortura se perpetró en la provincia sevillana.
En la tenacidad del pueblo de Los adoradores de la Santa Faz se erigió una basílica extraordinaria. Su primer papa Gregorio 17 mucho tiempo después fallecía, poco antes de morir Juan Pablo 2º. Ya ocurrido el fallecimiento del polaco, o poco antes, sucede a Gregorio el cardenal Manuel Alonso Corral, nuevo antipapa, bajo el nombre de Pedro 2º.
A partir de allí no sé lo que sucedió.
El cauce textual llega a veces a un atajo, donde uno se encuentra fuera de su área, si hay que abordar como en este caso delitos económicos, de orden internacional, etc. Siendo esto materia extraña a mí, trataré de referir, como muchos saben, que hubo una banda criminal centralizada en Italia, que tuvo entre otras cosas más importantes, el supuesto suicidio el 17 de Junio del año 82, del banquero Roberto Calvi. Luego que este apareciera muerto en Londres, muchos millones de dólares fueron retirados del Banco Vaticano por miembros de altos círculos financieros italianos, que sabían que el agujero de 1300 millones de dólares que dejó el Banco Ambrosiano de Calvi, pronto sería de dominio público, y que dicho agujero estaba vinculado a largos años de ligazón financiera y amistad entre Roberto Calvi y Paul Marcinkus, quien ocupaba desde tiempos de Paulo 6º la presidencia del Banco Vaticano.
Ya en el año 82, Paul Marcinkus no podía salir del interior del Vaticano, pues si lo hacía, y caminaba veinte pasos hacia adentro de la ciudad de Roma, una brigada de agentes italianos lo iban a atrapar para arrestarlo. Este hombre seguía ocupando el cargo, e incluso aceptó la responsabilidad por una deuda de 250 millones de dólares que procedía de la rama peruana del imperio de Calvi. Incluso el Vaticano es responsable de una deuda de al menos mil millones de dólares –recordar aquí que el valor-dólar-época era otro-, que se debía a bancos internacionales. Todos enfrentados al Vaticano tutelado por Juan Pablo 2º, que recibía el 85 % de los beneficios del banco propiedad del la iglesia.
Roberto Calvi, en la época en que murió, mantenía negociaciones con el “Opus Dei”, que se había mostrado de acuerdo en adquirir el 16 % del Banco Ambrosiano que hasta entonces pertenecía al Vaticano; la operación no se realizó.
Además de Calvi, también se ocultaba en el Vaticano en los años 80s, Donato de Bonis, secretario del banco del papado. Se escondía de los magistrados de Turín que lo investigaban por una evasión importante de cientos de millones de dólares. Era protegido por Juan Pablo 2º. Luego estaba Ugo Poletti, vicario de Roma. Este hombre fue responsable de la recomendación efectuada al premier Giulio Andreotti, de poner al frente de la policía de finanzas a Raffaele Giudice. Debido a esto, el general Giudice, miembro de la logia Propaganda 2, organizó una evasión impositiva de otros cientos de millones de dólares, beneficios que fueron a parar al fundador de la logia Licio Gelli. Poletti siguió siendo vicario de Roma protegido por Juan Pablo 2º.
En Marzo de 1986 se descubrió una bomba en el tercer cuerpo de ejército, en Córdoba, Argentina, poco antes que Raúl Alfonsín, entonces presidente de este país, visitara el lugar. La maniobra fue planeada por miembros de la P2 en el ejército local. Y bien, este Licio Gelli, jefe y fundador de la P2, fue un antiguo jerarca nazi, ex fascista, y aliado de los comunistas, con estrechas relaciones con la CIA. La logia Propaganda 2 fue, o es, una logia ilegal. Gelli reclutó para la misma a Emilio Massera y Suárez Mason. También le puso el “fantasma” de José López Rega, insigne miembro de la P2, al general Juan Domingo Perón, con el propósito de establecer los lineamientos –TRIPLE A-, tendientes a apoderarse de nuestro país. Gelli le compró los misiles “Exocet” a Leopoldo Fortunato Galtieri. Licio Gelli se escapó una vez de una cárcel en Ginebra, cuando un helicóptero le tendió una cuerda o un arnés, estando los reclusos en el patio del penal. Fue este hombre miembro de la sociedad de crímenes económicos compuesta además por Michele Sindona, Roberto Calvi, John Cody –arzobispo de Chicago-, y Paul Marcinkus. El papa Juan Pablo 2º asume, y en pocas semanas es anoticiado completamente del historial de esta banda. Decide proteger a los suyos y cierra el caso. Y por su puesto, consecuentemente encubre el asesinato de un papa, su predecesor, Albino Luciani –Juan Pablo 1º-.
El Banco de Italia, supongo que el “central”, conoce desde entonces todo el detalle de lo acontecido. Se ha podido establecer absolutamente además, el asesinato de un papa en 1978. Una sociedad interna del cardenalato, contraria al cardenal Benelli, decide matar al papa Luciani, y lo hace. Estos hombres y sus socios exteriores asesinaron a un papa, y el papa sucesor decide mantener el secreto, protegiendo a la banda, y hace más cosas para la reacción y el retroceso.
Quién puede decir, con este panorama, que Manuel Alonso Corral, o sea Pedro 2º de Palmar de Troya en Andalucía, sea en verdad el antipapa. ¿Quién es el antipapa? ¿Dónde anda en estos días, la verdadera iglesia del maestro? En Roma, sabemos que es imposible que se encuentre. Tal vez en Andalucía haya una mucho más cercana, por cierto.
Los sustratos de la sociedad, están llenos de todos estos componentes. De vuelta en Argentina, para dirigirme a la conclusión, lo escuché al Subsecretario de Obras Públicas de la Nación, diciendo bien que la negativa de aprobar el presupuesto fue un ataque frontal a la obra pública, que equivale a desarrollo y trabajo. La oposición se negó a aprobarlo a conciencia de que intentaban eliminar miles de puestos de trabajo, e intentaban descender la calidad de vida que la obra pública le trae a la gente. En Santa Fe, bien lo dijo Agustín Rossi, el presupuesto nacional contemplaba el gasoducto Santa Fe-Florencia y transversales, necesario como tantas cosas, y ocurrió que los “socialistas”, que gobiernan la provincia en este momento, y deben defender sus obras, rechazó el presupuesto pero además con vehemencia, y como en tantas otras ocasiones, generando asombro. Como dijo Agustín Rossi, nunca les importó la provincia, sino los propios intereses que se defienden subrepticiamente y que conocerán en las entrañas de sus conciliábulos, por estos días parece que partidos. Es claro que si hubiese habido, un esquema en la ley de leyes, para volver a endeudarnos, y reducir el Estado, en consecuencia deteniendo el crecimiento y la distribución, lo hubiesen aprobado. Esta progenie le hizo pasar tragos amargos a Lugo, el presidente de Paraguay, y le obtura las condiciones armoniosas de gobierno a los compañeros Chávez, Correa, Evo, aun por fortuna creo que prevalece Dilma, y de seguro prevalecerán los presidentes hermanos citados, pero se identifica un mismo comando como el de aquí, en las corporaciones de esos países con gerentes de los partidos opositores que bien recuerdan a los muñecos del titiritero –el burattinaio-, como le llamaban a Gelli, el hombre que coordinaba para un orden siniestro casi todas las cosas en la península itálica y en sudamérica. Los sustratos que generan los actos violentos que nos generan estupor, siempre fueron los mismos.
Exelente comentario mi estimado Gustavo Barrios. Por lo que se puede apreciarm la Santa Iglesia Catçolica fue durante casi toda su vida un puterio infernal carente de todo espiritu cristiano salvo el las epocas en que la comandaron los Benedictinos. Al ser estos verdaderos cristianos y poner orden que no convenia a los bolsillos de otros burocratas ensotanados los barrieron del mapa.=En el siglo actual les toco el ostracismo a los franciscanos y a los jesuitas. Tambien me desayuno con la existencia de Pedro II.= Muy buena su nota El Hombre de Palo.=
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