miércoles, 15 de junio de 2011

LA POLÍTICA CULTURAL MÁS ALLÁ DEL EVENTISMO

Por Rodolfo Hamawi*

El Estado lo hizo de nuevo. La primera edición del Mercado de Industrias Culturales Argentinas (MICA) generó un escenario hasta ahora inédito para mostrar al mundo de manera contundente la potencia y diversidad que tiene la producción cultural local.
Del 2 al 5 de junio, más de 34 mil personas asistieron a los espectáculos, conferencias y rondas de negocios del MICA. El 75% de los participantes fueron artistas, gestores y productores culturales. Los mismos que ayer, hoy y mañana le dan vida a nuestra cultura. Muchos de ellos, injustamente ignorados o menospreciados por el mercado y el mainstream.

El MICA demostró que la clave de las políticas públicas pasa por iluminar y situar en el centro de la escena los procesos del trabajo y la producción. Para resignificarlos, ponerlos en valor y ayudar a fortalecerlos desde el Estado.

En la Secretaría de Cultura de la Nación entendemos que la política cultural no pasa por inventar cada semana una novedad pensando en los grandes medios. No creemos en la consagración del evento. El MICA no fue una ocurrencia cuyos efectos y sentido se apagaron como el último acorde de un recital efímero. Fue el trabajo de más de un año de organización puesto al servicio de los seis sectores de las industrias culturales de todo el país. Porque descentralizar y federalizar la producción así como mejorar la circulación de los bienes culturales es parte del desafío emprendido. Por eso, el MICA no fue una línea de llegada sino un punto de partida. Será bienal, y las instancias preparatorias en las provincias durante el año próximo serán la plataforma fundamental de su segunda edición.

El MICA se realizó con el apoyo coordinado de cuatro Ministerios de la Nación (Industria, Cancillería, Turismo, Trabajo) y en conjunto con las cámaras del sector. Este esfuerzo articulado por la Secretaría de Cultura explica por qué 1700 empresas y productores culturales nacionales pudieron entablar más de 4000 rondas de negocios entre sí y con los 231 invitados internacionales.

En el sector musical se vendieron 50 licencias de discos locales al exterior y más de 30 espectáculos a Canadá, Portugal, Estados Unidos, España y Australia. En artes escénicas, el australiano Festival Brisbane contratará elencos argentinos de música, danza y teatro para su ciclo 2012. La editorial Lux de Canadá acordó con De la Flor la edición de las obras completas de Rodolfo Walsh. Librerías, sellos y distribuidoras de países como España, Perú, Polonia y Japón cerraron la distribución de obras argentinas y algunas contratarán ilustradores locales.

El cineasta Peter Greenaway inició gestiones con productores argentinos y directivos del INCAA para filmar textos de Jorge Luis Borges. Productoras de España, Television Animation Conference y el Festival de Ottawa cerraron acuerdos con pares locales. Desde Colombia se convocó a 20 diseñadores nacionales para una muestra, y el Smithsonian Folk Live Festival de Estados Unidos incorporará al programa nacional “Identidades Productivas” en una gira por África, India y Australia.

Estos son sólo algunos de los acuerdos comerciales alcanzados. Pero los mejores resultados del MICA también se miden por el intenso intercambio que se dio al interior de cada sector y, particularmente, entre los distintos representantes del ámbito editorial, musical, audiovisual, teatral, del diseño y de los videojuegos. Ese cruce abrió numerosas cabezas y alienta una perspectiva de integración y cooperación creativa de formidable proyección.

El aporte de más de 20 universidades e instituciones educativas de nivel terciario introdujo reflexiones esclarecedoras y planteó a futuro la necesidad de involucrar más a este ámbito con los creadores y las empresas. La presentación de la flamante Asociación de Revistas Culturales Independientes Argentinas así como los lúcidos debates que se dieron alrededor del derecho de autor, de la mutación del negocio de la música o el abordaje de la TV digital como política social y no como mera innovación tecnológica son otros casos que también nutren el positivo balance de estas cuatro jornadas.

Hay quienes aún sostienen que la inversión pública en este tipo de iniciativas debe juzgarse por su recupero económico. En general, son los mismos que, paradójicamente, aplauden cuando se dilapidan grandes sumas de dinero en eventos artísticos que se pretenden hechos culturales y sólo son estrategias de márketing. Y cuando tienen ocasión de ser gobierno, consideran a las industrias culturales una temática que debe ser atendida desde el Ministerio de Desarrollo Económico.

“Todos los países tienen cultura, pero sólo los que están en condiciones de producir bienes culturales son los que pueden defender su identidad cultural. En este sentido, es clave tener industrias que generen un valor esencial: el trabajo”, señaló el secretario de Cultura, Jorge Coscia, en la inauguración del MICA. Esa es nuestra visión. Para hacerla realidad creamos el Mercado de Industrias Culturales Argentinas. Una política pública cultural sólo posible desde este Estado Nacional y con el aporte indispensable de las industrias locales

*Director Nacional de Industrias Culturales
  Publicado en Tiempo Argentino

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