domingo, 14 de noviembre de 2010

LA SEMANA INTERNACIONAL - 7 AL 13 DE NOVIEMBRE DE 2010

Por Walter Paz*

El fenómeno del Tea Party que toma el nombre de aquellas reuniones y motín de los padres de la patria yanqui usando el comercio del té como excusa, y que desembocaron en la Revolución e Independencia de los EE.UU. el 4 de julio de 1776. Básicamente se trata de una fuerza política más conservadora que los conservadores, o más a la derecha que la derecha.
Son ultra-críticos con el actual gobierno de Obama, lo consideran de “izquierda”. Peor todavía, hablan de libertad, en un sentido contrario a todo lo que signifique estado o estatal. El Estado les quita libertad porque les cobra impuestos, porque se mete con la propiedad privada, porque ese aparato destina dinero a planes de seguridad social que se direccionan a los más desposeídos los pobres pero sobre todo a negros o inmigrantes, en otras palabras se tira la plata según ellos. Pero eso sí, quieren que se les brinde seguridad pública, una buena salud pública y una mejor educación pública, pero no confundir con el acceso a la salud, la educación y la seguridad para todos, no, eso es mala palabra, el acceso es para ellos no para los demás. Pero cuando el Estado Federal baja los programas de estudios se resisten aduciendo que cada uno sabe cómo educar a sus hijos. Extrañan la libertad del cowboy que emprendió la marcha hacia el oeste (al lejano oeste) y que se hizo a tiro limpio, sin control estatal.

En suma, una postura de gataflorismo, mucho de histeria, con racismo a simple vista y muy violento. A tal punto que cuando les preguntan a los que se sienten identificados con el Tea Party cuál es hoy el peor enemigo de los EE.UU., no contestan el terrorismo, sino que ese peligro es el comunismo y consideran que cualquier política de carácter social implementada desde el estado norteamericano es comunista y por lo tanto es repudiable. Abrevan mucho en el rechazo a lo político, a lo que venga de Washington. Ni que hablar de política exterior, Castro, Chávez, Ortega y otros en Latinoamérica son comunistas, son satánicos, y ese es otro ingrediente del Tea Party, la religiosidad, pero de religiones evangelistas, muchas de las cuales no conocemos por aquí. Tienen un concepto medieval, los pobres son pobres porque así lo quiere Dios, algo así como algo habrán hecho. Cuando ocurrió el terrible terremoto del cual no puede salir Haití (hicimos mención aquí en aquella edición de Sudestada), en esos programas religiosos televisivos, se dijo que Haití estaba sufriendo el terremoto por haberse volcado a ritos negativos, otras religiones, etc. Entonces el terremoto era casi un castigo divino.

Y tiene mucho de hipócrita porque públicamente rechaza la acumulación obscena de dinero pero, los principales referentes de este nuevo sector político yankee son todas personas con altísimo nivel adquisitivo. Y violento porque tiene una prédica que por aquí vemos, leemos y escuchamos a diario: miedo, pánico, inseguridad, caos, no salga, compre puertas de seguridad, contrate alarmas, guardaespaldas, tenga armas. Y es que los EE.UU. es uno de los países con mayor porcentaje de tenencia de armas respecto a su población. Entonces nada mejor que el look cowboy, armado por supuesto. Y armado en el extranjero también, por eso en su prédica se menciona: restaurar el honor de los EUA, y defender a nuestros jóvenes que luchan por la libertad en el Golfo Pérsico.

Y podría decirse que el Tea Party tiene un centro geográfico: Texas, de allí sale esa imagen añorada por muchos norteamericanos, el vaquero emprendedor que termina haciéndose rico y si es necesario saca su revólver para imponerse. Su actual gobernador Perry suele salir a correr y lo hace armado con una automática con mira láser y eso es de público conocimiento.

Obviamente que todos los que se identifican con este movimiento político votaron en contra de Obama hace algunos días, y sus adeptos crecen y crecen, porque hoy por hoy según la Oficina Federal de Censos, hace días anunció que en el territorio norteamericano hay unos 44.000.000 de ciudadanos que viven debajo de la línea de pobreza, una Argentina virtualmente según algunos datos filtrados del Censo realizado en el pasado mes de octubre. A esa gente desesperada, desencantada, le viene bien este cúmulo de consignas aparentemente lindas pero que a simple vista lo único que buscan a es el capitalismo más extremo. Rarezas de este gigante del norte que tiene muchos problemas pero también la suficiente fuerza como para jodernos la vida a nosotros, como argentinos o como latinoamericanos.

Ya que hablamos de crisis de identidad, de autoridad, en la vieja Europa, lamentable la visita del Papa Benedicto XVI a España. Comenzó mal y no le fue bien, ya en viaje hacia la península ibérica hacía un listado de críticas a España frente al séquito de periodistas que lo acompañaban. Críticas que no son mas que las posturas públicas que tiene el Vaticano desde hace tiempo, respecto a posiciones dogmáticas casi medievales, respecto a minorías sexuales, matrimonio igualitario, reconocimiento de derechos de las mujeres, oposición a las campañas de salud públicas para luchar contra el sida, etc., ni que hablar de los casos de curas pedófilos que aparecen como hongos en distintas latitudes y la visible renuencia vaticana a condenar esta aberración. Todo esto ha mellado la autoridad de la Iglesia en un país eminentemente católico como España. Decía Ratzinger que en España impera hoy un ''fuerte laicismo, un anticlericalismo y un secularismo muy fuerte y agresivo... como experimentamos en los años 30''. ¿Acaso quiere referir el Papa que lo que vino después fue positivo? Es decir los casi 40 años de franquismo.

Bueno, pero la Iglesia es parte de Europa y es lógico que también viva una crisis tal como la vive todo el continente hoy en día. Para terminar, desde hace un par de meses se vienen dando resistencias y movilizaciones en toda Europa, Francia es uno de los exponentes de las protestas. Se movilizan dos sectores generacionales distintos, el de los trabajadores que dicen que quieren una vida después del trabajo o sea una jubilación digna, hartos de un sistema productivo que les exige trabajar más y más para cobrar cada vez menos. Y los jóvenes, que generalmente están en su mundo pero se han volcado masivamente a la protesta. Hoy hay cientos de establecimientos educativos tomados en toda Francia y ellos la explican de manera simple, “primero la formación o sea los años de estudio, luego lo más difícil entrar al mundo laboral y por último la recompensa es decir la jubilación, si nos quitan la jubilación o sea la recompensa ¿qué nos queda? Nada”. Hay mucha efervescencia como no se veía en muchos años en Francia, incluso superando a parte de las dirigencias gremiales y sociales, el problema es que no se ve ni en Francia ni en Europa un nuevo horizonte directivo que plantee un proyecto alternativo al liberalismo y sus ya quemadas políticas de ajustes.

*Columnista del programa Sudestada
  emitido por Radio Nacional Rosario - AM1300 - Sábados de 7 a 9.30 hs.

No hay comentarios:

Publicar un comentario