martes, 8 de marzo de 2011

LA SEMANA INTERNACIONAL - 27 DE FEBRERO AL 5 DE MARZO DE 2011

Por Walter Paz*

Imposible no decir algo sobre el norte africano, puntualmente Libia. Pasan las horas y quienes ahora critican al líder libio Khadafi parecen dudar sobre si intervenir militarmente o no. Por las dudas, imperio como es, EUA ya reposicionó algunas tropas en la frontera con Egipto, la flota del Mediterráneo siempre está, a lo sumo podrá recibir refuerzos.

Esas dudas surgen, a partir de algunas noticias poco difundidas generadas en el Pentágono, acerca de la inconveniencia de invadir a esta ex-colonia italiana. Podría darse el caso de que amplios sectores de la población en realidad apoyen a Khadafi. En ese caso deberíamos darle todo el crédito al cronista de TELESUR que hace unos días, recién llegado a Trípoli, cayó justo en medio de una gran manifestación a favor del líder libio. Una lástima que no podamos tener acceso a la primera señal latinoamericana de noticias.

De todos los titulares que se tiran al aire, hasta ahora es muy poco lo que puede corroborarse, sin embargo a pesar de no existir esa comprobación, esos titulares se repiten infinitamente a través de las cadenas mundiales que hoy, al igual que ocurrió con Egipto, descubren que Libia es una dictadura. Son las mismas cadenas que callaron durante años, décadas. También son las que nos bombardearon con el famoso asunto de las armas de destrucción masiva en Irak, tuvieron que pasar algunos años para que por esas mismas cadenas salieran funcionarios a decir que finalmente tales armas no existían. Pero, para ese entonces Irak era y es un cúmulo de escombros y violencia.

Lo que sí existe es el petróleo, pero el imperialismo nunca va a declarar que sus intenciones son apropiarse de los recursos naturales de distintos países en el mundo, lo decimos nosotros a la luz de las experiencias que podemos analizar en la historia de diferentes estados.

Hoy se habla de los DD.HH. vulnerados por los ataques de Khadafi a los rebeldes. Nadie sabe quienes son estos rebeldes, a quién responden. Causa extrañeza que ciudadanos comunes y corrientes hasta ayer que buscaban mayores libertades, hoy sean aguerridos combatientes capaces de plantar bandera frente a la tropa entrenada y bien provista del gobierno libio. Más sospechoso es que una de las primeras cosas que hicieron fue copar los pozos petroleros del oriente libio. Quizás haya que corregir algunos conceptos, y decir que se trata de un golpe de estado y de guerra civil. Respecto a intervenciones foráneas, se pueden ver en ciudades tomadas por los rebeldes, pancartas en inglés colgadas de edificios y ladeadas por opositores mostrando la leyenda: “no a la intervención extranjera, el pueblo libio puede manejarlo solo”.

Hoy se habla de represión y falta de libertades, convengamos que en estos Pueblos de Asia y África prácticamente nunca han conocido a la democracia como se la conoce en esto denominado “occidente”. Sea Khadafi, Saddam, etc., fueron productos de revoluciones nacionales y populares que derribaron a antiguas colonias o depusieron a monarcas o regímenes implantados por sus antiguas metrópolis: Londres, París, Roma en el caso de Libia.

El señor de la guerra Barack Obama dice que Khadafi debe irse porque ha perdido liderazgo, porque ha perdido credibilidad, entre otras cosas. La pregunta es, si alguna vez le dieron credibilidad: y la respuesta es nunca. Porque fue un líder que se mantuvo equidistante de Moscú y de Washington y además una de las primeras cosas que hizo apenas copó el poder, fue nacionalizar los pozos de petróleo, lo segundo fue expulsar la base yanqui presente en la costa libia y lo tercero fue impulsar la unidad del mundo árabe, o sea que Occidente lo odió. Con el atentado a un jumbo 747 que cayera en la localidad escocesa de Lockerbie se abrió la posibilidad de acabar con el líder libio, así fue que los EUA bombardearon esa nación en 1986, causando muertos y destrucción. A partir de ese punto Libia fue obligada a vivir en aislamiento, hasta casi el milenio. Khadafi entonces se tomó el buque y fue a Europa, cedió en lo que le pedían los países poderosos, condenar el integrismo islámico, entregar a los autores del mencionado atentado, etc. pero nunca le exigieron libertades, sí negociaron unos nuevos contratos petroleros. Así llegó Khadafi hasta estos días.

En esta primera década del milenio los EUA han promovido lo que se conoce como las revoluciones de color, algunas le salieron bien y otras no, es decir, promover revueltas con elementos locales amparándose en ciertas situaciones que causaban descontento en parte de la población, agitar, dar cobertura mediática mundial calificando a esos gobiernos como corruptos o tiranías, con el objetivo de colocar gobiernos alineados con sus intereses. Fue el caso de la revolución naranja en Ucrania por ejemplo, exitosa; o la revolución verde promovida en Irán que resultó un fracaso. En todos los lugares que ocurrieron estas movidas hay petróleo y gas. Muchas veces hablamos de hipocresía, casi no hay día que no muera gente, inocentes en Afganistán, Irak o Pakistán producto de la situación de violencia generada por la presencia militar imperialista. Hipócritamente desde las capitales europeas se reclama poner fin al ataque a la población inocente, pero fueron ellos los que proveyeron a Khadafi del armamento que hoy utiliza.

Trasladándonos a Latinoamérica, hipocresía está al orden del día en nuestro hemisferio sur, desde Washington se critica a Venezuela, Bolivia o Ecuador diciendo que no combate el narcotráfico, en realidad critican porque estos estados hermanos de Latinoamérica ya no permiten que el imperio se inmiscuya en sus respectivos asuntos internos, o promuevan políticas represivas o de dependencia económica. De ahí que no es de extrañar las críticas surgidas desde algún sector del Departamento de Estado yanqui, puntualmente la DEA acerca de que Argentina está en segundo lugar en esta región en cuanto a consumo de cocaína.

Hay una nota en algún medio argentino, creo que Página 12, que abordando este tema tituló ayer o antes de ayer “La droga en el ojo ajeno”. En realidad se queda corto, porque los EUA no tienen autoridad para hablar de nada. Son la nación de mayor consumo de drogas, la mayor población carcelaria, el mayor número de prisiones, la mayor presencia de armas entre la población, el índice más alto de criminalidad y violencia. Tiene el presupuesto más alto y toda la tecnología y personal en la frontera con México y la droga sigue fluyendo incontenible, entones hay que sacar conclusiones, o no cumplen con su cometido correctamente o son cómplices de los narcos, en ambos casos les cabe la misma palabra: corrupción.

Pero además confirmamos y repetimos algo que ya dijimos en ediciones pasadas de Sudestada, Los EUA no luchan contra las drogas, ellos luchan por lograr el monopolio mundial de la producción y comercialización de la droga, ejemplos de actualidad dramática, México con el Plan Mérida, Colombia con su Plan homónimo y la intervención yanqui en Afganistán, en los tres casos, las producciones de drogas se han incrementado y son de los negocios más redituables a nivel mundial.

Y bien, para cerrar algo de color, parece que Macri tiene razón, la Argentina está aislada del mundo. Hasta la fecha ningún personaje del jet set local fue invitado a la boda real británica, entre el príncipe Guillermo de Gales y su novia Kate Middleton, programada para el 29 de abril. Por cierto esta chica es una plebeya. La lista de invitados casi llega a 2.000 personas.

*Columnita del Programa Sudestada
  emitido por Radio Nacional Rosario, AM1300, Sábados de 7 a 9.30 horas.

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