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Mientras que el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, lucha por salvar su vida en Cuba, la prensa de ambos lados del Atlántico no ha dejado de machacar a su gobierno. La importancia de su reciente victoria con 12% de ventaja delante de su competidor, aún no ha sido adecuadamente reconocida por los medios. Es importante destacar que Chávez ha ganado estando enfermo de cáncer, siendo crucificado por los medios de comunicación locales e internacionales.
Uno de los factores principales de la aplastante victoria de Chávez
ha sido la reducción de la pobreza. Esto es posible porque el gobierno
retomó el control de la empresa petrolera nacional PDVSA, utilizando los
ingresos petroleros no para beneficio de una pequeña clase de
rentistas, como ocurrió con los gobiernos anteriores, sino para
construir infraestructuras que hacían falta e invertir en servicios
sociales que se necesitaban con urgencia. Durante los últimos diez años,
el gobierno ha aumentado el gasto social en un 60,6%, (772.000 millones
de dólares).
La pobreza no se define únicamente por la falta de ingresos así como
la salud no se define tampoco por la ausencia de enfermedad. Ambos están
correlacionados y ambos tienen una naturaleza multifactorial, es decir,
están determinados por un amplio conjunto de procesos sociales. Para
evaluar los logros reales de la Revolución Bolivariana de Venezuela
durante los últimos 13 años, es indispensable revisar algunos de los
principales datos disponibles sobre los determinantes sociales de la
salud y la pobreza como son la educación, la desigualdad, el empleo, los
ingresos, la atención sanitaria, la seguridad alimentaria y los
servicios y protección social.
Uno de determinantes sociales de la salud es la equidad, y Venezuela
es hoy el país de la región con el nivel más bajo de desigualdad (según
el Coeficiente de Gini), habiendo reducido la desigualdad en un 54% y la
pobreza en un 44%. La pobreza ha pasado del 70,8% (1996) al 21% (2010) y
la pobreza extrema se redujo del 40% (1996) a un nivel tan bajo como el
7,3% (2010). Cerca de 20 millones de personas se han beneficiado de los
programas contra la pobreza, las llamadas “Misiones”. Hasta el momento,
2,1 millones de personas mayores han recibido pensiones de vejez, es
decir, el 66% de la población, mientras que antes del actual gobierno
sólo 387.000 recibieron pensiones.
La educación, determinante clave de la salud y la pobreza, es donde
el gobierno bolivariano ha puesto un especial énfasis, asignando a ella
más del 6% del PIB. La UNESCO ha reconocido que Venezuela está libre de
analfabetismo y que es el tercer país de la región cuya población en
mayor medida lee. Desde la guardería hasta la universidad, la educación
es gratuita: el 72% de los niños asisten a guarderías públicas, el 85%
de los niños en edad escolar asisten a la escuela, y hay miles de
escuelas nuevas o restauradas (entre las que se incluyen 10 nuevas
universidades). El país es el segundo de América Latina y el quinto del
mundo en tener proporcionalmente más estudiantes universitarios. De
hecho, 1 de cada 3 venezolanos está inscrito en algún programa
educativo. También es un gran logro que Venezuela esté ahora al nivel de
Finlandia como el 5º país del mundo cuya población se siente más feliz.
Antes del gobierno de Chávez en 1998, el 21% de la población estaba
desnutrida, ahora Venezuela tiene una red de distribución de alimentos
subsidiados con tiendas de comestibles y supermercados. En 1980 se
importaron el 90% de los alimentos, hoy el porcentaje es menor al 30%.
Han entregado 454.238 créditos a productores rurales. Cinco millones de
venezolanos reciben comida gratis, cuatro millones de los cuales son
niños y niñas en las escuelas y 6.000 comedores alimentan a 900.000
personas. La reforma agraria y las políticas agrícolas han aumentado la
oferta interna de alimentos. El resultado de todas esas medidas de
seguridad alimentaria es que la desnutrición es hoy tan sólo de un 5%, y
que la desnutrición infantil, que alcanzó el 7,7% en 1990, hoy es del
2,9%. Se mire como se mire, se trata de logros sociales de enorme
trascendencia para la salud de la población.
En cuanto la salud pública, algunos de los datos más importantes son:
* La mortalidad infantil se redujo de 25 por 1.000 (1990) a sólo 13 por 1.000 (2010);
* El 96% de la población tiene acceso ahora a agua limpia;
* En 1998, había 18 médicos por 10.000 habitantes, hoy hay 58
* Los gobiernos anteriores construyeron 5.081 clínicas a lo largo de
cuatro décadas, mientras que en tan sólo 13 años el Gobierno Bolivariano
construyó 13.721 (aumento del 169,6%);
* Barrio Adentro, el programa de atención primaria que recibe la
ayuda de más de 8.300 médicos cubanos, con sus 7.000 clínicas, ha
salvado aproximadamente 1,4 millones de vidas;
* En el 2011, 67.000 venezolanos recibieron medicamentos gratuitos de
alto costo para tratar 139 patologías como el cáncer, la hepatitis, la
osteoporosis, la esquizofrenia; hoy hay 34 centros de tratamiento de
adicciones;
* En 6 años, 19.840 personas sin hogar han sido atendidas con un
programa especial, y prácticamente no hay niños que vivan en las calles;
* Venezuela tiene ahora la mayor unidad de cuidados intensivos de la región;
* Una red de farmacias públicas vende medicamentos subsidiados en 127 tiendas, realizando ahorros entre el 34-40%;
* 51.000 personas han recibido tratamiento especializado para la
visión en Cuba, y el programa de atención oftalmológica “Misión Milagro”
ha devuelto la vista a 1,5 millones de venezolanos.
Un ejemplo de cómo el gobierno ha tratado de responder de la mejor
manera posible a las necesidades reales de las personas es la situación
que se produjo en 2011, cuando las fuertes lluvias tropicales dejaron a
100.000 personas sin hogar. La población fue inmediatamente protegida en
forma temporal en todo tipo de edificios públicos y en sólo un año y
medio el gobierno construyó 250.000 viviendas. El gobierno obviamente no
ha erradicado todos los males sociales, pero sus habitantes se dan
cuenta de que, a pesar de las deficiencias y errores cometidos, el
gobierno está a su lado.
La intensa participación política de la democracia venezolana,
incluye 30.000 consejos comunales que determinan las necesidades
sociales locales, permitiendo que las personas sean los verdaderos
protagonistas de los cambios que reclaman.
La economía venezolana tiene una baja deuda, y reservas de petróleo y
de ahorro muy elevadas; sin embargo, los economistas occidentales
opuestos al presidente Chávez repiten hasta la saciedad que la economía
venezolana no es “sostenible” y predicen su desaparición cuando los
ingresos petroleros se acaben. Curiosamente, no lanzan esas nefastas
predicciones sobre economías petroleras como Canadá o Arabia Saudita.
Ignoran que la reserva petrolera de Venezuela (500 millones de barriles
de petróleo) es la más grande del mundo y consideran que la inversión
social de la renta petrolera, es una pérdida o un empeño inútil. Sin
embargo, durante estos últimos 13 años, el gobierno bolivariano ha
estado construyendo una infraestructura industrial y agrícola que 40
años de gobiernos anteriores habían olvidado, y su economía continua
siendo fuerte incluso ante la crisis financiera global.
Un indicio de la creciente diversificación de la economía es que
ahora el Estado obtiene casi tantos ingresos de la recaudación de
impuestos como por la venta de petróleo, ya que ha reforzado su
capacidad para la recaudación de impuestos y la redistribución de la
riqueza. En tan sólo una década, el Estado obtuvo 251.694 millones de
dólares en impuestos, es decir, más que sus ingresos anuales por el
petróleo.
Entre los hitos económicos de estos últimos diez años cabe incluir la
reducción del desempleo del 11,3% al 7,7%, la duplicación del número de
personas que reciben beneficios del seguro social, la deuda pública se
ha reducido del 20,7% al 14,3% del PIB, y el florecimiento de unas
50.000 cooperativas que han fortalecido a las economías locales
endógenas. La economía venezolana ha crecido un 47,4% en diez años, es
decir, un 4,3% anual. Muchos países europeos verán con envidia cifras
como ésas. Algunos de los economistas que han estudiado detalladamente
la economía venezolana señalan que: “Las predicciones de colapso
económico, la balanza de pagos o la crisis de la deuda y otros
pronósticos sombríos, así como muchas de las previsiones económicas
realizadas, han demostrado ser erróneas… el actual crecimiento económico
de Venezuela es sostenible y podría continuar al ritmo actual o incluso
superior durante muchos años”.
Según el Global Finance y el CIA World Factbook, la economía
venezolana presenta los siguientes indicadores: la tasa de desempleo es
del 8%, la deuda pública del gobierno es el 45,5% del PIB ( la de la
Unión Europea es del 82,5%), y existe un crecimiento real del PIB (el
PIB per cápita es de 13.070 dólares). En el 2011, la economía venezolana
desafió a la mayoría de pronósticos con un crecimiento del 4,2%, con un
aumento del 5,6% en el primer semestre de 2012. La razón entre deuda y
PIB se halla claramente por debajo de la de los EE.UU y el Reino Unido, y
es más sólida que la de los países europeos; la tasa de inflación,
endémico durante muchas décadas, ha caído en el último trimestre del
2012 a un mínimo del 13,7% . Incluso The Wall Street Journal ha señalado
que el intercambio de acciones de Venezuela es con mucho la bolsa que
mejores resultados tiene en el mundo (alcanzándose un máximo histórico
en octubre de 2012), a la vez que los bonos de Venezuela se hallan entre
los tienen mejores resultados en los mercados emergentes.
La victoria de Hugo Chávez ha tenido un impacto en todo el mundo. Es
reconocido por haber liderado un cambio radical, no sólo en su propio
país, sino en América Latina donde han sido elegidos gobiernos
progresistas que han remodelado el orden global. Su victoria fue aún más
significativa si se tiene en cuenta la enorme ayuda financiera y
estratégica que las agencias de Estados Unidos y sus aliados ofrecieron a
los partidos de la oposición y a los medios de comunicación. Desde
2002, Washington canalizó 100 millones de dólares a los grupos de
oposición en Venezuela siendo distribuidos tan sólo en este año
electoral entre 40 y 50 millones de dólares. Sin embargo, el pueblo
venezolano pasó por alto el aluvión de propaganda desatada contra el
Presidente por unos medios de comunicación que en un 95% son de
propiedad privada y claramente anti-Chávez. La ola de cambio progresista
en la región ha comenzado a construir la infraestructura para una
Latinoamérica realmente soberana a través de organizaciones que permitan
su integración política y económica como son el Banco del Sur, CELAC,
ALBA, Petrosur, Petrocaribe, UNASUR, MERCOSUR y TELESUR. Estas están
mostrando al resto del mundo que en el siglo XXI existen alternativas
económicas y sociales. Siguiendo un modelo de desarrollo diferente al
del capitalismo mundial y en fuerte contraste con Europa, los niveles de
deuda en América Latina son bajos y siguen cayendo.
Los cambios en Venezuela no son abstractos. El gobierno del
Presidente Chávez ha mejorado significativamente las condiciones reales
de vida de los venezolanos que se han comprometido en un dinámico
proceso de participación política. Este nuevo modelo de desarrollo
socialista ha tenido un impacto espectacular en toda América Latina,
incluyendo en los últimos tiempos a Colombia además de a gobiernos de
centro-izquierda que ahora son mayoritarios en la región y que ven en
Venezuela el catalizador que ha traído más democracia, soberanía
nacional y progreso social y económico a la región. Ninguna retórica
neoliberal, puede negar todos esos hechos. Eso es lo que enfurece a sus
oponentes. Un semanario “objetivo” y “empírico” como The Economist no
dará a conocer estos datos, prefiere predecir una vez más el inminente
colapso de la economía venezolana. Por su parte, en España, el periódico
El País prefiere que Moisés Naim, Ministro de Hacienda del anterior
gobierno y uno de los responsables directos del Caracazo (la masacre de
3.000 personas en Caracas que protestaban por las medidas de austeridad
impuestas de 1989), siga escribiendo de forma obsesiva contra Chávez.
Sin embargo, ninguno de ellos puede poner en duda que un Índice de
Desarrollo Humano de las Naciones Unidad del 2008 sitúa a Venezuela en
el lugar número 61 de entre 179 países. Y esa es una razón más por la
que la Revolución Bolivariana de Chávez sobrevivirá al líder socialista
de Venezuela.
*Publicado por AVN
Carles Muntaner. Profesor de Enfermería, Salud Pública y Psiquiatría en la Universidad de Toronto
Joan Benach. Profesor de Salud Pública y Salud Laboral en la Universitat Pompeu Fabra, Barcelona
María Páez Victor. Socióloga venezolana, especializada en salud y medicina.
Impresionante.
ResponderEliminarE impresionante la basofia reaccionaria que hay que enfrentar.
De una sola cosa pueden estar seguros tanto los pro-chavistas como los opositores: la Venezuela de antes de Chávez no vuelve más.
ResponderEliminarHasta la vida siempre,Comandante.