martes, 15 de junio de 2010

PUENTE CORTADO

Por Horacio Brignone*

Hoy quería referirme a un tema de actualidad que en alguna medida me roza y genera debates dentro de lo que podríamos llamar el movimiento ambientalista: El corte del puente sobre el rio Uruguay a la altura de Gualeguaychú.

Veámoslo de este modo: Hoy el puente bloqueado, ¿qué suma a la causa ambientalista?

Por el modo de conducirse de las voces cantantes de la asamblea, se advierte desde hace un tiempo la adopción de un discurso claramente partidizado, en mi opinión destinado a proveerse un rival que renueve el impulso porque su verdadero enemigo está trabajando sin inquietarse en lo más mínimo.

Sobre este posicionamiento primero se montó la mesa de enlace, con todo éxito y esta semana los sectores más reaccionarios, que encendieron sus cámaras, prestos al macabro recuento de víctimas.

Me parece que la asamblea quedó presa de su propia estrategia. Jugó a todo o nada y tras casi cinco años sin resultados constatables, terminó convertida en una arrogante patología.
El fallo de La Haya era cantado. Lo habían anticipado, con datos concretos de cada juez de ese tribunal, un grupo de amigos uruguayos cercanos a Radio Centenario de Montevideo. Todos exhibían un pasado irreprochable en defensa del orden neoliberal establecido.

Ahora bien, si acordaste someterte a su veredicto, rechazar el fallo porque resultó adverso es difícil de sostener. Y como el diferendo se planteó con otro país, no terminan de explicar cuál es el reclamo al gobierno, como no sea una declaración de guerra al Uruguay, como cuando el Beagle y otro fallo de la Haya.

(Dicho sea de paso, hay que dejarse de jorobar con elegir a estos tribunales de la oligarquía internacional para dirimir conflictos latinoamericanos. ¿Te imaginás un diferendo limítrofe entre Francia y España resuelto por la UNASUR? O el CIADI, el tribunal del Banco Mundial, absolutamente controlado por Washington, otro engendro del que no terminamos de salir.)

La batalla en contra de la instalación de BOTNIA terminó en derrota y es momento de encarar otra estrategia.

Quizás el primer gran objetivo no alcanzado fue lograr adhesión de uruguayos. Mi primera visita al corte, apoyando la iniciativa por entonces, fue en el 2006. BOTNIA estaba en cimientos. Fue una convocatoria grande, estuvieron las madres, los obispos de ambos lados, asambleas de todo el país. Recuerdo que un integrante de la de San Telmo pedía tener paciencia con los hermanos uruguayos, porque apenas llevaban un año del fiasco Tabaré, decía.

El tiempo pasó y en ese punto la cosa no mejoró sino que empeoró. El puente cortado le dio a un mal gobierno uruguayo un “leit motiv”, un contrincante que le sirvió de distracción a una política interna que no modificó ni una pieza del tablero neoliberal. Como dijo Eduardo Galeano en un reportaje: Mis amigos [del frente amplio] dicen que no vinieron a cambiar nada, ¡Ah, pero entonces si van a hacer las mismas cosas que hace la derecha, pues entonces dejemos que gobierne la derecha, que tiene más experiencia!!

A esta altura, los efectos colaterales superaron largamente los objetivos primarios que impulsaron el corte. A ambos lados del puente se desarrolló una fuerte xenofobia mutua, con un montón de pequeñas empresas quebradas en las dos márgenes, en una zona muy empobrecida, mientras BOTNIA terminó convertida en un símbolo patrio uruguayo.

Cuando un reclamo salarial arranca con una medida extrema, una huelga por tiempo indeterminado supongamos, jugás a todo o nada, pero si resulta que esa presión máxima no da resultado, la derrota es muy dolorosa, especialmente para su dirigencia, mucho más si, además, no se trata de dirigencia obrera, como en la huelga. Aquí encuentro una primera explicación para la postura de la asamblea de Gualeguayhú. La arrogancia de su dirigencia que no está dispuesta a admitir una táctica que falló, ni sus costos.

Siempre se sintieron ofendidos de ser llamados piqueteros porque ellos no pertenecían a esa categoría, sostenían. Cuando falla la conciencia de la dirigencia, la protesta se puede disparar para cualquier lado y la muestra más palpable fue la alianza con la Sociedad Rural durante el sabotaje agrario del 2008.

Es altamente improbable que una comisión interna de fábrica hubiera adherido consciente y deliberadamente a las patotas sojeras lideradas por Clarín y la Sociedad Rural, como lo hizo buena parte de la asamblea de Gualeguaychú y yo creo que ese fue el punto de quiebre.

Pude reconocer por televisión, al menos, a Ferrari, integrante de Federación Agraria, Alejandro Gahan,–quien luego acompañó a tribunales al ex jefe de regimiento de Gualeguaychú, coronel retirado Juan Miguel Valentino, detenido por delitos de lesa humanidad, aquél que recibió el piñazo de D’Elía-, Veronesi, Barrios o el mismo De Angelis, el pequeño terrateniente que sueña integrar la Sociedad Rural.

Constantemente operados, es imposible que dirigentes con tan bajo nivel político tengan la capacidad de resistir las maniobras de los laboratorios neoliberales que trabajan en tándem con los grandes medios, en su guerra declarada contra los gobiernos díscolos de la región, sin necesidad que éstos sean la avanzada del comunismo internacional. Es suficiente que aparezcan como un peligroso germen en contra de la hegemónía del pensamiento neoliberal para que todo el arsenal disciplinador se ponga en movimiento y cualquier escenario es propicio, aun una asamblea ambientalista.

No veo sencilla la salida, porque tras cada error, la asamblea ha decidido escapar hacia delante y cada día que pasa se desligitima más frente a la gran mayoría de la población, aumentando los costos a pagar. Lo más grave es que, al quedar asociadas estas posturas con buena parte del movimiento ambientalista, el mismo corte se ha constituido en uno de los principales obstáculos en la lucha contra la proliferación de este tipo de emprendimientos multinacionales destinados a dejar en el sur la basura que produce el (hiper)consumo del norte.

Quizás otra dirigencia más esclarecida pueda reemplazar a estos cuentapropistas que hicieron del corte su razón de vivir y para empezar, se haría necesario un gesto de humildad de la vieja dirigencia, dando un paso al costado, si querés, mirándolo tan solo desde los magros resultados obtenidos.

Por ahora, nada fácil.

*Columna de opinión, Hablando Claro 12-6-2010 - Radio Nacional Córdoba - (sábados de 8 a 10,30 hs.)

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