domingo, 7 de febrero de 2016

KIRCHNERISMO: EL PERONISMO DE NÉSTOR Y CRISTINA

Imagen www.infobae.com
Por Roberto Marra*

¿Por qué esa manía permanente de dar sentencias definitivas sobre todo que hay en las personas cuando de política se trata? He leído por ahí una de esas sentencias: “…el kirchnerismo, como lo conocimos, se acabó”. Una verdad de Perogrullo, puesto que es lógico que la política y los movimientos que en ella se manifiestan se modifican permanentemente. Es parte de la dinámica propia de las construcciones estratégicas de los Pueblos.
Pero, deteniéndonos un momento en la palabra “kirchnerismo”, tan vapuleada por los enemigos y tan incomprendida por los que dicen adherir a sus postulados, se debe entender que es una expresión nacida al calor de las reivindicaciones que Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner tuvieron la grandeza de intentar poner en marcha para llegar a lograr la recuperación de derechos que nos habían robado a lo largo de décadas ignominiosas. Es una palabra que simplemente intenta connotar que se trata del mismo peronismo, pero con las lógicas adecuaciones a las circunstancias de los tiempos que se viven y a la acumulación de experiencias del Pueblo en sus intentos por lograr recuperar su historia perdida en tantos años de dictaduras y falsas democracias.

Es imprescindible, a mi entender, que veamos a este proceso de reivindicaciones populares (concretadas), al que se le ha colocado este título de “kirchnerismo”, como la etapa superadora de las anteriores etapas en las que el peronismo estuvo en el Gobierno (y no me atrevo a decir el Poder, porque este es algo que es muy difícil de alcanzar de verdad). Como será (o deberá ser, para mejor expresar) la próxima etapa en la cual el peronismo pueda llegar a tener en sus manos la herramienta del Gobierno Nacional.

De ahí el intento de construir esa lavadita “modernización” del peronismo, eufemismo que no esconde otra cosa que el intento de las corporaciones dueñas del Poder Real por “domesticar” este Movimiento que, al decir de Evita, “será revolucionario, o no será nada”. Nada de revoluciones, nos están diciendo los poderosos ahora en el Gobierno. El peronismo deberá dejar atrás esas ideas para forjar un “partido moderno”, que sea la “alternancia” a quienes ahora están manejando al Estado.

¿Por qué, entonces, se insiste con denostar la palabra “kirchnerismo” por parte de muchos de esos que se auto-titulan “dirigentes” peronistas, como no sea para intentar borrar de la historia el “lado revolucionario” que el peronismo tiene (y que por su origen es el único que debiera tener)? Definamos claramente: no es necesario ser peronista para ser kirchnerista; pero si se es peronista, no se puede no ser kirchnerista. Porque esta es la denominación que adquirió al calor de la presencia contundente de dos líderes peronistas que trajeron a nuestros días los postulados de Perón y Evita, manifestándolo con acciones que llevaran a conseguir lo que aquellos grandes de la historia habían logrado en su época.

Mucho hicieron, dejando sus vidas en el camino (Néstor literalmente), como para que ahora nos creamos con la autoridad moral para juzgarlos sólo por los errores que hubieran cometido. Por supuesto que los cometieron. Y tuvieron la grandeza de reconocerlo muchas veces (hay que escuchar y leer los discursos nuevamente para reconocerlo). Como lo hicieron (y lo hacen) en sus respectivos países otros grandes de nuestra historia latinoamericana, como Chávez, Fidel, Correa, Evo, Lula.

Ahora, cuando suenan nuevamente los clarines victoriosos (lo de “clarines” es una ironía que se adecúa al monopolio mediático) del Poder Oligárquico, es imprescindible que separemos la paja del trigo, reconociendo, con la contundencia que el momento requiere, que sólo se podrá retomar el camino de la construcción de una Patria con Justicia Social, desde lo cimentado en estos últimos 12 años, jamás dejándolo de lado, nunca despreciándolo, de ningún modo intentando borrar la rica historia de empoderamiento popular que Néstor y Cristina intentaron dejarnos. Y menos aún, pretendiendo desconocer que todavía contamos con uno de los cuadros político-intelectual más importante que ha dado este País desde Perón y Evita. Cristina no puede no ser la referencia, no importa si ocupa cargos o no.

La Oligarquía ya está en el Gobierno. Muchos de quienes se decían “peronistas y kirchneristas” han mudado de ideología (en realidad, porque nunca la tuvieron). El supra-poder mediático se ocupa de sembrar dudas en las conciencias de los dominados, para que desconozcan sus condición de tales. Supuestos “líderes” a los que nadie erigió como tales, sino justamente ese poder mediático, intentan apoderarse del Partido Justicialista, para desde allí doblegar todo intento de lucha, aunque sea desde lo institucional. Al menos, que no nos roben la memoria. Si la tenemos en cuenta, si la ejercitamos con fervor patriótico, encontraremos otra vez la ruta de nuestros sueños, que son los mismos de Perón, de Evita, de Néstor y de Cristina.

*Secretario de la Asociación Desarrollo & Equidad

No hay comentarios:

Publicar un comentario