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Por Oscar Natalichio*
La memoria es una facultad que,
cuando se pierde, nos coloca en la incertidumbre y en la locura. Sin memoria ya
no somos seres humanos aunque nos mantengamos con ese aspecto que hemos adquirido
desde que nacimos a nuestros días. La memoria puede perderse por alguna
enfermedad o accidente, pero son los casos menores y los únicos justificados,
pues no se ha perdido por voluntad propia. Sin embargo son millones los que
han perdido la memoria porque así lo han decidido. No por influencia del
pasquín Clarín y sus gemelos, sino porque han decidido acompañar a ese pasquín
y a esos gemelos en las fabulaciones y confabulaciones distorsionando los
hechos históricos y, lo más grave, los hechos actuales que viven.
Perdiendo la memoria se pierden
muchas cosas: se pierde la solidaridad, el interés por la verdad, el reconocimiento
de actos dignos, acordarse de actos nefastos, juzgar con argumentos, apoyar
cambios beneficiosos, etc. La pérdida de la memoria colectiva es un instrumento
poderoso en manos de los monopolios o corporaciones (imperialismo) no sólo para
someter a los pueblos, sino para ejercer ese sometimiento con apoyo de parte de
ese pueblo, de los desmemoriados.
En mi libro “Cavallos Salvajes”
(no hay error de ortografía, en con v) escribía, en 1998, es decir, hace
15 años, lo siguiente (página 43
y 44):
Con el objetivo de
apoderarse de todo lo que tenga valor y volcar sin riesgos sus excedentes monetarios,
el imperialismo (auto bautizado neoliberalismo) necesita ahora la estabilidad, además
de un gobierno más dócil, que inicie otro tipo de relaciones que ese mismo
gobierno dócil bautiza como “carnales”.
Ese gobierno debe tener
ascendencia sobre los que pudieran oponerse al plan, sobre los sindicatos y sus
afiliados y sobre gran parte de la población. Ascendencia que facilitaría la tarea
de desmovilizar, adormecer a esas masas. Poder para silenciar a los dirigentes
sindicales de la burocracia y a políticos periféricos; poder para comprarlos y
así privatizar vilmente sin oposición, para satisfacción de sus amos.
En España esto sólo lo
podía hacer Felipe González, “socialista”.
Y a continuación reproduzco una
parte textual del libro “Trabajadores del mundo ¡rendíos!” de Lidia
Falcón, páginas 131 y 132, a los
que pido lean con atención:
“Para consumar el triunfo
de los grandes monopolios son precisas aún algunas medidas, que con diligencia
sin igual está tomando el gobierno (Felipe González), como permitir el despido libre,
rebajar las cuotas de seguridad social, desmontar parte del sistema de
protección de los trabajadores, eliminar la prohibición de jornada máxima,
bajar el salario mínimo y aún mejor, permitir cualquier montaje de salario.
Éstas y otras normas acaban de aprobarse por el gobierno de un partido que se
denomina a sí mismo socialista”
“Para amortiguar la
respuesta de los trabajadores y de la ciudadanía no satisfecha que tales medidas
pudieran provocar, ha sido imprescindible que durante varios años se
trasmitiera el mensaje de que han sido los costos laborales y los gastos
sociales los que han hundido al país y a la patronal en la miseria. Para ello
no se han ahorrado ningún cause propagandístico: medios de comunicación,
cátedras universitarias, debates entre doctos personajes, declaraciones del
Gobierno, afirmaciones de profesores y economistas, quejas de la patronal publicitadas
ampliamente. Nunca se ha visto, desde los tiempos en que la dictadura imponía sus
consignas a la prensa, una unanimidad semejante en la difusión de un único mensaje:
los trabajadores son los únicos culpables de su propia desdicha”
Lo que relata Lidia Falcón se
puede comprobar muy bien hoy en la España actual (o lo que queda de ella). Con
un gobierno que continúa aplicando las relaciones carnales con el FMI, la UE y
el banco mundial mientras el 25% de los españoles carecen de trabajo siendo en
los jóvenes (los del futuro de la patria) más de un 55%.
En el libro Cavallos Salvaje
agregaba que eso que sólo en España podía hacerlo Felipe González
(“socialista como Binner”), en
nuestro país sólo lo podía hacer Carlos Menem (“peronista” como Massa). La
falta de memoria de los españoles les llevó a apoyar su propia destrucción.
¿Pasará lo mismo en nuestro país? Al menos trataremos de evitarlo. Ya
Clarín está operando con Massa para el 2015 para retornar a la década
del 90. Massa (más sociedad anónima o +sa) es ideal para ello pues es
“peronista” y es una revitalización de Menem. Massa es partidario de las
privatizaciones, de reducir el costo social y de regresar el sistema previsional
a la órbita de los monopolios.
En mi libro “Cavallos Salvajes”
en donde indico que la funesta convertibilidad con paridad endeudó al país en
144 mil millones de dólares en 144 meses, señalo lo siguiente: “Y aún
falta considerar lo que se va a constituir más adelante como LA
ESTAFA DEL MILENIO, que no son otra cosa que las AFJP…”
Esa estafa ya ha sido anunciado
por el candidato de Clarín, quien, además, como su padrino Magneto, miente
sabiendo que miente pues el no desconoce el funcionamiento del ANSES, al
manifestar se utiliza “la plata de los jubilados” en, por ejemplo, construir
viviendas o entregar computadoras a los niños, maestros y escuelas.
Las AFJP vaciaron “legalmente”
los aportes de los trabajadores con la trampa del 3% de comisiones. Alguno
dirá, si carece de memoria, que el 3% es poco, pero si posee memoria aclarará
que ese 3% no era sobre la jubilación sino sobre el salario bruto, cosa que
está lejos de ser lo mismo.
Por ejemplo: NN ganaba mil pesos
brutos y un 11% de ellos iba a la AFJP, es decir 110 pesos. La AFJP, además de
“comprar acciones de Clarín sobrevaluadas, se cobraba de comisión 30 pesos, el 3%
sí, pero de lo que administraba era el ¡27%!
Acompáñenme en un sencillo
cálculo: sobre una masa salarial de 150.000.000.000 pesos (150 mil
millones de pesos) el 27% es 40.500 millones de pesos anuales. ¿Fue o no la
estafa del milenio?, que es a lo que +sa plantea regresar y hay quienes
lo van a votar por ello o simplemente por un enfermizo odio no
explicable y masoquista.
Para la construcción y para las
computadoras no se utiliza “la plata de los jubilados” ya que esa plata no alcanza
para pagar lo que hoy se les paga a todos los jubilados. Para ello se recurre
al IVA y de ese IVA se completan los pagos a los jubilados y los otros
proyectos sociales. Es decir, Massa miente sabiendo que miente, no por
ignorante, sino, como cipayo.
La memoria me permite decir que
en el 2003 la jubilación mínima era de 150 pesos y que hoy es de 2.477 pesos.
La memoria y la preocupación por mantenerla viva, me permite decir que nuestro
país posee HOY la cobertura de 95.2% de la población mayor, siendo este
porcentaje el más alto de América Latina y uno de los más altos del mundo. La
memoria me permite decir que ese porcentaje, que en el 2003 era del 40%, ha
permitido la incorporación (la inclusión) de millones de personas que han mejorado
su calidad de vida y que, con su consumo han mejorado las ventas de muchos
comerciantes y productores.
La memoria me permite decir que
aún es necesario recorrer el camino a la formalidad de un 35% cuyos empleadores
no aportan pero que sí se van a jubilar y, además debe resolverse el problema
de los autónomos, los que al menos ahora cobrarán 2477 pesos y no 150.
La memoria me permite calcular
que si se hubiesen mantenido las AFJP massistas la jubilación mínima sería de
588 pesos.
La memoria nos permite
comparar y ver los cambios de la realidad objetiva, perder la memoria es una
tragedia, no usarla es una canallada.
*Publicado por NOTIALBA
Tu aporte es invalorable. Justamente en ese mismo sentido he mencionado y hablado de la MEMORIA y de SU FALTA en diversas oportunidades.
ResponderEliminarFueron tantos los años en que insistieron con lo "subversivo" de las ideas populares y las ideas políticas de índole humana, que muchos se adocenaron en su estrechez de miras para aceptar cualquier cosa que les impusieran.
La MEMORIA es un atributo, una herramienta, que muchos optan por no emplear debidamente.
Saludos