domingo, 24 de agosto de 2014

EL REGRESO DE LOS ENDEUDADORES SERIALES

Imagen Tiempo Argentino
Por Hernán Brienza*

Cuando Mauricio Macri, con desparpajo y autosuficiencia explica con metáfora futbolera cómo debería ser la negociación del gobierno nacional "contra" los fondos buitre, ¿se ríe en el rostro de millones de porteños? Cuando asumió el gobierno de CABA, a fines de 2007, la Ciudad tenía una deuda de 458 millones de dólares. Hoy esa cifra se cuadruplicó y trepó a 1904 millones. Y si a eso se le suma la quintuplicación del valor de los impuestos a la que son sometidos los porteños no se entiende exactamente esta expertiz que habilita al Jefe de Gobierno porteño para dar lecciones de administración de deuda.

A decir verdad, tampoco se entiende qué razón lo habilita a hablar de gestión y administración pública. Tomar deuda, aumentar los ingresos a costa de los vecinos y no hacer obra de una magnitud que justifique la hipoteca a la que son sometidos sus gobernados parece ser un plan digno de un asaltante de caminos más que de un avezado gerente.
Piénselo, estimado vecino macrista, en término pequeños: imagine que el administrador del consorcio del edificio donde usted vive le aumenta 500% las expensas, le crea una deuda con un banco de cientos de miles de pesos y no hace una sola obra en beneficio edilicio, es decir, no cambia los ascensores, no construye un SUM, una piscina, un asador, no pone en valor la fachada y todo el dinero se escapa por la alcantarilla de miles de pequeñas obras que se realizan a ritmo de babosa por una empresa de albañiles que pertenece a un amigo del administrador del consorcio. ¿Cómo se sentiría usted? Bueno, cada uno se siente como lo que es, sabía decir mi abuelo.
Para un político no hay nada más fácil que tomar deuda. Toma el dinero en el momento, puede hacer algo de política, enriquecerse con las comisiones, y después decir "que la pague Magoya", total él no va estar en el gobierno para tener que tapar los agujeros financieros que creó. Mauricio Macri es el prototipo del liberalismo conservador en la Argentina: no es otra cosa que un endeudador serial, que hace sus negocios a costa del presente y el futuro de sus gobernados.
Sin ir más lejos en su "doctrina" de "hay que pagar lo que dice Griesa que hay que pagar" no demuestra otra cosa que su absoluta falta de responsabilidad a la hora del manejo de los fondos públicos. Y ese es el mayor acto de corrupción que puede cometer un político: gobernar mal, despilfarrar el dinero de los gobernados.
A Macri no le importa "revolear" la guita del Estado, no es suya, es de "la gilada", a él lo que le importa es pagar para poder seguir endeudándose y en el medio llevarse una tajada por las comisiones que se generan en las transacciones: su pope económico, Federico Sturzenegger, bien sabe de estos negocios a costilla de los argentinos, ya que en el Mega Curro del Megacanje, él estuvo involucrado y quedó impune gracias al accionar de la InJusticia que ejecuta el Poder Judicial en la Argentina que, como dice el Martín Fierro "es tela de araña, y en mi ignorancia lo explico, no la tema el hombre rico, no la tema el que mande, pues la rompe el bicho grande y sólo enrieda a los chicos".
Pero Macri también la tiene clara en eso de hacerle pagar a "la gilada" los malos negocios privados. Sin ir más lejos el Grupo SOCMA, es decir el Grupo Macri, fue uno de los principales beneficiados por la nacionalización de la deuda privada hacia fines de la dictadura militar. Porque como se sabe, un día de 1982, todos los argentinos, a través del Estado, pasamos a deber 20 mil millones de dólares que habían sido tomados por empresas privadas. Es decir, un supuesto empresario pidió un crédito al exterior, y como la dictadura militar devaluó, y su deuda se encareció sideralmente, en vez de hacerse cargo, se la "enchufó" al Estado, y que tenemos que pagar todos los argentinos sin haber visto jamás uno de esos dólares que pidió ese mismo empresario. Así hace guita cualquiera ¿verdad?
Podrán decirme que Mauricio era pequeño y que no tuvo nada que ver con las maniobras del padre Franco, y voy a decir que es cierto, que los delitos no son transferibles generacionalmente, pero este ejemplo sirve, sí, para demostrar la matriz ideológica y pragmática de los sectores dominantes argentinos. Otros beneficiarios fueron Acindar, Loma Negra, de los Fortabat; Compañía Naviera, de la familia Pérez Companc, Techint, IBM, Ford y Fiat; y los bancos Río, Francés, Citybank y Supervielle, entre otros.
Esta es la matriz del capitalismo argentino: los empresarios saqueando el bolsillo de las mayorías a través del Estado en un proceso de concentración de la riqueza que utiliza el intervencionismo estatal como fuente de enriquecimiento personal.
Como ya se sabe, el operador de esa estafa a la mayoría de los argentinos la implementó Domingo Cavallo como presidente del Banco Central durante la dictadura y el perjuicio para el Estado se estimó a fines de 1983 en 23 mil millones de dólares. Un robo monumental del que participaron la mayoría de los empresarios argentinos. Si hay algo que no le faltó jamás a Cavallo fue pasión por endeudar a los argentinos. En los años noventa, en pleno Menemismo, llevó la deuda externa de 60 mil millones de dólares a 140 mil millones y durante su estelar paso por el gobierno de la Alianza le agregó los 40 mil millones del Megacanje.
La pregunta que hay que hacerse es ¿por qué Macri y Cavallo operan juntos a favor de los fondos buitre y se presentan ahora como solucionadores de los problemas que ellos generan? ¿Son exactamente lo mismo? ¿La política de Mauricio en CABA no es similar a la de Cavallo durante el Menemismo? ¿A qué se debe el regreso de Cavallo a los principales medios de comunicación? ¿Qué significa esa operación político-mediática? ¿Es posible que los argentinos no hayamos aprendido nada ni siquiera de la experiencia de las últimas décadas?
El cuento es muy sencillo: mayor deuda externa significa más pobreza, más miseria, mayor desocupación, recesión y saqueo de la Argentina. Por eso es necesario comprender cuál es el juego de los Macri, de los Cavallo, de los Sergio Massa, de los Gerardo Morales, de los Ernesto Sanz, de los Hermes Binner, de Elisa Carrió: los que benefician a las empresas, los que concentran la economía, a costilla del Estado y del bolsillo de todos los argentinos. Son los integrantes de la banda más corrupta de la historia argentina, la de los endeudadores seriales.

*Publicado en Tiempo Argentino

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