sábado, 24 de diciembre de 2022

LOS JESUSES OLVIDADOS

Por Roberto Marra

Como atrapados en un mundo de miserias infinitas, cada navidad sentimos que el tiempo de una auténtica justicia social pareciera alejarse cada vez del horizonte de nuestras esperanzas. El Jesús al que le dedican cánticos y villancicos en iglesias y recitales adornadas con refulgentes luces de colores, aparece cada vez más alejado de aquel que, en realidad, se rememora por estas fechas.

La vida obscenamente ostentosa de los poderosos dueños de casi todo, aplasta cada vez con mayor peso las espaldas de sus asalariados. Mucho más abajo todavía que ellos, gran parte de otros seres humanos padecen el horror del hambre en una tierra prodigiosa, y sólo alcanzan a morder algún pan duro de vez en cuando, sobreviviendo de prestado, mendigando sus derechos, alejándose más y más de su condición humana.

Revolviendo en los basurales encontrarán esos niños algo que se parezca a un juguete, además de un mendrugo. Perdiendo peso y neuronas cada día, serán la carne de cañón de los falsificadores de las realidades que padecen, transformados en objetos de estudio de universidades, masa informe de reclamos que no alcanzan a entender del todo, receptores de dádivas oprobiosas en un mundo político que los tiene, en general, sólo como un número, una fea estadística que no se atreven a combatir desde la verdad.

Duele y martiriza ver a esos casi fantasmas de la población “sobrante” del feroz capitalismo. Pero no sienten lo mismo los causantes de sus existencias miserables. Las soluciones de sus inalcanzables “derrames”, contradicen la esencia de este sistema nacido para sojuzgar y anular la justicia. Los discursos desalmados son moneda corriente. Titulares de diarios manchados de sangre inocente, son los altisonantes gritos de odio prefabricado para envolver a estos millones de ignorados en una pelea esquizofrénica contra quienes sí se atreven a defenderlos.

Como todos los años, vuelve a nacer el hijo de un Dios al que pocos parecen atender. Mucho menos, entender. Envueltos en la vorágine consumista, la sociedad observa la realidad sin la responsabilidad de sentirse parte del proceso que la degrada. Debajo, muy por debajo, trajinando barros y excrementos, otros “Jesuses” olvidados siguen naciendo todos los días, destinados a una crucificción permanente, alimento insano de un sistema que resulta imprescindible combatir.

Como siempre, en nochebuena se brindará por distintos motivos. Pero para sentirse humano de verdad, no podrá hacerse sin recordar, en ese preciso instante, las miradas inconmensurablemente tristes de tantos pibes y pibas olvidados en los confines empobrecidos de una Patria aplastada por intereses ajenos a los de ellos. Y a los nuestros, si de verdad pretendemos ser auténticos guardianes de las banderas que nos conquistaron el corazón para luchar por la Justicia Social.

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