domingo, 25 de agosto de 2024

EL CÁNCER DE LA "DISIDENCIA"

Por Roberto Marra

Invariablemente, dentro de cada movimiento popular, partido político de masas o gobierno que pretenda generar inclusión y distribución equitativa de la riqueza, surgen voces que intentan manifestarse como “alternativas”, “disidentes” del líder que esté llevando adelante ese proceso político institucional. Desde el interior mismo de esos movimientos, con el empuje de los enemigos que adversan cualquier medida de control a sus obscenidades financieras y económicas que someten a la pobreza extrema a las mayorías populares, se levantan como hongos aupados por la parafernalia mediática y la “alegría” imperial, esos aprendices de traidores que serán, a partir de entonces, elevados a la categoría de “perseguidos por el régimen” en cuestión.

La aparición de este tipo de personajes puede deberse a razones individuales, como sus propios egos que no soportan ser relegados del poder absoluto que generalmente propugnan. O puede deberse a la cooptación de sus capacidades de daño, evaluadas por los enemigos externos de esos gobiernos como posibles destructoras de la experiencia popular que se esté llevando a cabo. También, y no menos dañinos, son los errores propios de los líderes o de la estructura burocrática que se haya generado para el desarrollo del proceso de cambios que se pretenda implementar.

Sin embargo, la existencia de fallas en la la aplicación de los planes para los cambios pretendidos, no puede ser excusa admisible para la traición a los objetivos y las metas que fueran elaborados y acompañados por la población destinataria de sus beneficios. Y esa traición se pone de manifiesto en cada ataque que esos adversarios internos realizan primeramente por los medios, no para mejorar y corregir lo establecido, sino para destruir las posibilidades de éxito que pudieran tener y, de paso, elevar sus relevancias como “alternativas” a quienes desean eliminar de sus caminos al “estrellato” popular.

Algunos de estos personajes mediocres encuentran en el periodismo su mejor elemento de desarrollo, tratando de aprovechar las repercusiones que desde los medios se pueden generar sobre la población menos militante y proclive a escuchar con mayor fruición a los gritones de adversidades, que a los auténticos analistas de la realidad. La generación de dudas, primero, y la de “certezas” absolutas, después, son herramientas poderosas que permiten socavar las bases de apoyo de los movimientos que se tratan de intrusar o implosionar. De ellas se han servido, desde siempre, los verdaderos dueños del poder, los que tienen el mayor interés en el fracaso de cualquier política inclusiva y re-distributiva de las riquezas que ellos se han apropiado con tanta facilidad como inmoralidad.

Esos mensajes interesados de los traidores en cuestión, culminan su derrotero perverso en boca de otros líderes populares, internos o externos, que no atinan sino a considerar razonables las opiniones incomprobables de esos patanes destructores de la voluntad popular. Y con la palabra “democracia” siempre a flor de labios, emprenden una cruzada contra el gobierno popular del cual se trate, con la insana intención de modificar, desde afuera, lo que debe hacerse sólo desde adentro.

Los pueblos tienen ya demasiados enemigos como para permitirse el lujo de agregar otros a sus listas. El tiempo de espera que atrasan sus merecidas reivindicaciones, no debe ser extendido en nombre de falsas elucubraciones de esos mendaces cómplices de los poderosos. La consideración sobre esos falsos profetas no puede sino ser la del desprecio de sus intenciones aviesas no expresadas, pero subyacentes en cada uno de sus comentarios manchados de verde dólar. Y el dolor y la tragedia de los pueblos sometidos a las miserias extremas, no pueden ponerse en juego sólo para parecer más “demócratas”, la palabra que ha servido de escudo para evitar los verdaderos cambios, los que construyan, aún con tropiezos y devaneos, los que debieran constituir, siempre, los máximos objetivos: la Justicia Social, la Soberanía y la Independencia.

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