jueves, 18 de septiembre de 2014

FEDERALISMO, HIDROCARBUROS Y CUESTIÓN NACIONAL

Imagen argentina.indymedia.org
Por Federico Bernal*

También en septiembre, pero de 1927, el proyecto de ley de nacionalización del petróleo pedido por Yrigoyen y elaborado por Mosconi y Alonso Baldrich recibió media sanción en Diputados. La revolucionaria legislación se proponía, bajo la autoridad de YPF, terminar con el anarquismo petrolero de ciertas provincias a manos de sus élites gobernantes en yunta con las empresas extranjeras que en ellas operaban, que impedían la actividad hidrocarburífera en función del interés nacional. La ley resumía la lógica aspiración de otorgar al sector petrolero un funcionamiento genuinamente federal, en el que la Nación y las provincias interactuasen como un todo, promoviendo a la empresa estatal y acotando intereses extranjeros.
Sin embargo, el poder conservador pudo más. La presión del frente entre multinacionales petroleras y las clases dominantes provinciales desembocaron en el fracaso del proyecto en el Senado. Entre los argumentos opositores, además de las consabidas zonceras del Estado ineficiente y mal administrador, los senadores provinciales esgrimieron el del federalismo, pero uno entendido como un modelo de gestión y explotación de los recursos provinciales al estilo unitario más que verdaderamente federal.
En la Argentina del Bicentenario, la cuestión federal no ha sido zanjada aún, ni política, ni cultural, ni constitucionalmente. No obstante, avances como el registrado en materia de una nueva legislación hidrocarburífera, pero enmarcada en el acuerdo alcanzado entre el Estado nacional y las provincias productoras, marca un hito en la consolidación de la Argentina verdadera y efectivamente federal, donde los recursos estratégicos y las decisiones políticas y técnicas que sobre ellos inciden puedan emanar de las 23 provincias que nos constituyen como Nación.
Las voces que hoy rechazan el acuerdo antedicho y la reforma hidrocarburífera, doblemente progresivos desde que ocurren en tiempos de una YPF renacionalizada, son las mismas voces que en septiembre de 1927 hicieron fracasar la iniciativa de Mosconi, Baldrich e Yrigoyen; son las mismas voces que, en infinidad de pasajes de nuestra historia no sólo desmembraron el territorio original de las Provincias Unidas, sino que intentaron incluso fragmentarlo mucho más allá de sus límites actuales, por suerte infructuosamente.
La superación de la falsa y dañina dicotomía entre Nación y provincias engrandece al pueblo argentino y consolida la República en calidad de Nación.


*Publicado en Tiempo Argentino

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