Una vez más, la Argentina
marcando el rumbo de los pueblos oprimidos del mundo que luchan por su definitiva
emancipación. Al igual que sucedió en 1902 con la invasión a Venezuela por
parte de naciones europeas que buscaban cobrar compulsivamente sus deudas y que
derivó en el nacimiento de las doctrinas Drago y Calvo y, con ellas, un punto
de inflexión en materia de derecho internacional favorable a las naciones
sojuzgadas del planeta; de la misma manera que el triunfo diplomático de la
Resolución 2065 de 1965, marcando igualmente un punto de inflexión en la lucha
contra el colonialismo, este 9 de septiembre de 2014 quedará registrado en la
historia nacional, en la historia de la Patria Grande y en la del forjamiento
de un mundo multipolar, más justo y equitativo, como el principio del fin del
terrorismo financiero y especulador internacional y sus tres grandes pilares de
dominación sobre las naciones "en vías de soberanía" (es hora de
dejar de hablar de naciones "en vías de desarrollo" desde que el
camino al verdadero desarrollo nacional es soberanía): 1) los fondos buitre; 2)
el colonialismo judicial (a su vez sostenido por élites domésticas serviles a
intereses foráneos) y 3) el endeudamiento externo como mecanismo de
sometimiento y atraso recurrente para las naciones "en vías de
soberanía".
No se ha mencionado en la flamante resolución del 9 de septiembre, pero las Naciones Unidas –y muy especialmente los 124 países que votaron positivamente la iniciativa argentina– han rendido tributo a Néstor Kirchner, a su gesta y su lucha, sintetizados en su histórico discurso brindado en la ONU el 25 de septiembre de 2003 y que nunca más oportuno que hoy recordar. En su alocución, el presidente argentino reivindicó nuestros justos reclamos sobre Malvinas, rechazó el colonialismo británico mencionando indirectamente la Resolución 2065 y planteó metas de crecimiento y desarrollo en un contexto de soberanía, esto es, de industrialización + modernización económica + acceso a los mercados, pero no como los mercados intentan imponernos (en calidad de granero del mundo) sino en función del interés del pueblo argentino. Sólo así, advirtió entonces Kirchner, podremos convertirnos en un país viable capaz de afrontar sus compromisos de deuda. Sus palabras de cierre, once años después traducidas en una victoria concreta y contundente a manos de su compañera de vida y presidenta de la República Argentina, merece leerse y celebrarse una y otra vez, pues se trata, como en los hitos mencionados al comienzo, de una de las grandes piezas revolucionarias de una América Profunda unida, libre y verdaderamente democrática: "Asumimos el desafío de pensar nuevo para un mundo nuevo, combinar distintas ideas y crear medios prácticos para ponerlas al servicio de los pueblos que representamos. Ese es nuestro deber. Muchas gracias." Sin palabras...
No se ha mencionado en la flamante resolución del 9 de septiembre, pero las Naciones Unidas –y muy especialmente los 124 países que votaron positivamente la iniciativa argentina– han rendido tributo a Néstor Kirchner, a su gesta y su lucha, sintetizados en su histórico discurso brindado en la ONU el 25 de septiembre de 2003 y que nunca más oportuno que hoy recordar. En su alocución, el presidente argentino reivindicó nuestros justos reclamos sobre Malvinas, rechazó el colonialismo británico mencionando indirectamente la Resolución 2065 y planteó metas de crecimiento y desarrollo en un contexto de soberanía, esto es, de industrialización + modernización económica + acceso a los mercados, pero no como los mercados intentan imponernos (en calidad de granero del mundo) sino en función del interés del pueblo argentino. Sólo así, advirtió entonces Kirchner, podremos convertirnos en un país viable capaz de afrontar sus compromisos de deuda. Sus palabras de cierre, once años después traducidas en una victoria concreta y contundente a manos de su compañera de vida y presidenta de la República Argentina, merece leerse y celebrarse una y otra vez, pues se trata, como en los hitos mencionados al comienzo, de una de las grandes piezas revolucionarias de una América Profunda unida, libre y verdaderamente democrática: "Asumimos el desafío de pensar nuevo para un mundo nuevo, combinar distintas ideas y crear medios prácticos para ponerlas al servicio de los pueblos que representamos. Ese es nuestro deber. Muchas gracias." Sin palabras...
*Publicado en Tiempo Argentino
"ante todo, no queremos estar cerrados, ni ser irrelevantes en el mundo, como ocurre ahora..." Sanz en su nota en clarín de hoy, (que de paso no dice NADA de la ONU) Se recibió de profeta trucho, el nabolín. Quedará para la historia.
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