lunes, 10 de noviembre de 2025

GATOPARDOS NEOYORQUINOS

Por Roberto Marra

No hace tanto tiempo, en plena campaña electoral, el recientemente electo alcalde de Nueva York, Zohram Mamdami, fue preguntado acerca de Cuba y Venezuela. El “socialista” expresó: “Quiero ser claro sobre mi posición. Creo que tanto Nicolás Maduro como Miguel Díaz-Canel son dictadores. Sus administraciones han sofocado elecciones libres y justas, encarcelado a oponentes políticos y suprimido la prensa libre y justa”.

Este personaje, a quien la “progresía” política mundial a tachado de “socialista”, a raiz de algunas propuestas de su programa de gobierno, muestra, a través de esas declaraciones, que la base ideológica de cualquier figura del ámbito político estadounidense termina siendo la misma, aunque las peleas verbales se eleven y las dicotomías entre “demócratas” y “republicanos” se expongan como irreconciliables.

Las peleas expuestas como de rivales ideológicos, no son otra cosa que ofertas diferentes dentro del “mercado de oportunidades” políticas de EEUU. Son pequeños desvíos semánticos de algunos de sus integrantes, de los cuales suelen surgir “estrellas” cautivantes de multitudes ansiosas por encontrar salidas a sus angustias económicas y existenciales. Apenas si representan variaciones del que parece el eterno camino imperial autopercibido por su población y exacerbado por sus dirigentes.

Nunca se debe olvidar que el verdadero Poder está en las corporaciones que manejan las finanzas y la economía mundial, que utiliza el poderío militar de esa nación como ariete para el apoderamiento de todas las riquezas del Planeta, al costo humano que sea. Eso ha sido inamovible (hasta ahora), gracias, entre otras razones, a su permanente adaptación a las circunstancias sociales internas y externas.

Los estigmas sobre determinadas ideologías, sobre sus representantes en los diversos países, sobre los movimientos sociales que las adoptan o defienden, son la base para su dominio de las conciencias de los pueblos sometidos a sus influjos, provistos por la parafernalia mediática que les sirve de infantería verbal. Los paradigmas creados por esta inmensa red de mentiras convertidas en certezas, ha ido transformando la cooptación de millones de sometidos en su mejor defensa ante quienes, de verdad, pretenden modificar la realidad en que se sobrevive.

En ese camino está también este recién llegado al poder de una de la ciudades más expuestas del Mundo, ya lanzado como futuro protagonista de la “película” que se aprestan a vendernos como “el cambio” dentro del mismo imperio. Renovarse para sobrevivir, aunque Trump haga como se enoja y el establishment siga prefiriendo a sus antiguos monigotes antediluvianos. Ahora se vendrá una etapa de cambios formales, de “caricias” a los pobres, de mejoras visuales y gestualidades acordes a los tiempos de decadencia de sus poderíos imperiales.

Nada nuevo para nuestros pueblos sometidos. Nada tan original para encontrar en ello referencia real alguna, como no sea queriendo que así sea, por no poder encontrar aquí lo que esto sugiere (superficialmente) allá. La búsqueda deberá continuar en nuestra propia historia, en la decantación que ella haya dejado en nuestras neuronas aplastadas por el dominio espurio de quienes nos convencen del progresismo falso. La victoria popular no vendrá de la adhesión a algunos “popes” internacionales, sino como resultado de las virtuosas batallas para enfrentar a quienes aquí, en nuestra Patria, reproducen con pasión colonialista los mandatos imperiales.

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