viernes, 4 de marzo de 2022

¿PARA QUÉ GOBERNAR?

(Imagen de cuadro de Carpani)
Por Roberto Marra

¿Cuál es el objetivo de querer gobernar? ¿Es para aplicar un proyecto que intente superar la decadencia, la inmoralidad, el saqueo, la promiscuidad con la embajada y muchos etcéteras más, o simplemente se trata de “tapar agujeros” dejados por la gestión anterior? Solucionar problemas coyunturales evidentes y urgentes es un deber, claro. Apaciguar los efectos de las miles de injusticias dejadas como minas explosivas alrededor de toda la Nación, es también una obligación. La cuestión pasa por el tema de con qué meta, con cuáles objetivos, mediante qué paradigmas se enfrenta la tarea reconstructiva de un País avasallado y perforado por las bombas económicas y financieras dejadas por la gestión de los fugadores de divisas y de “la justicia” injusta.

Si hay un Movimiento con paradigmas y objetivos claros y correspondientes con la realidad nacional, es el peronismo. No puede alegarse que falten bases doctrinarias ni ejemplos históricos de donde extraer los conceptos básicos para enfrentarse al monstruo neoliberal y toda su prole negacionista de la realidad. Sólo que para hacerlo, debieran abandonarse ciertas prácticas copiadas al propio enemigo ideológico, dejar de lado el temor reverencial a los dueños del Poder y sus maquinarias mediáticas, aplicar planes alejados de la vulgaridad economicista y sentir como propias las necesidades primordiales y mil veces abandonadas de la gran mayoría del Pueblo.

Soportar las muy probables dificultades derivadas de la construcción de justicia social en medio de ataques y persecuciones, denostaciones y amenazas internas y externas, levantamientos de los sectores sociales que van a perder privilegios, es un precio mínimo a pagar. Camino llano y sin obstáculos para encontrarnos con la auténtica soberanía, no existe. Mayorías automáticas dentro de una sociedad embelesada con la parafernalia comunicacional troglodita que padecemos, son imposibles.

La cuestión es cuál es el límite de nuestras capacidades para hacer frente a tamano desafío, cuánto estamos dispuestos, como sociedad, a admitir para llegar a cumplir con este sueño tantas veces declamado y mil veces diferido por la fuerza. La cuestión es, también, con cuáles dirigentes contamos, con quienes poder sostener las banderas seguros de que sus convicciones no flaquearán ante las tropelías que, más que seguro, cometerán los malditos propietarios de casi todo, menos la dignidad y la razón.

Imposible negar las desilusiones que generan algunas políticas que ahora se están aplicando. Tampoco se pueden desestimar las observaciones u opiniones encontradas con respecto al “famoso” acuerdo con el FMI, por parte de interlocutores de notables valías y espertices corroboradas en la práctica. Disgustan algunas medidas que niegan realidades obvias, que postergan soluciones soberanas en nombre de no se sabe qué argumentos, porque no se mencionan con claridad. Molesta la negación de derechos de detenidos y detenidas con base en la injusticia fabricada por el gobierno neoliberal. Aflige la falta de comunicación amplia y certera de los actos de gobierno, de difusión profusa y permanente, con la utilización de la infraestructura comunicacional que posee el Estado como metodología de llegada a las conciencias avasalladas por los miles de mensajes sesgados y falsificados de los mentimedios, del temor “al que dirán” por el mayor uso de las cadenas nacionales para asegurarse el conocimiento de las verdades gubernamentales por todos y todas, sin intermediarios interesados.

La herencia y la pandemia, con ser la base de nuestros actuales padecimientos coyunturales, no exime de observar con atención los orígenes del atraso indebido que semejante Nación posee desde sus primeros tiempos. Las razones hay que buscarlas en el inicio del dominio absoluto del manejo financiero, económico y productivo por parte de un sector que nunca dejó de hacerlo a su antojo, máxime cuando estuvieron al frente del ejecutivo. Arrasar es una palabra que no alcanza para expresar tanto desatino. Apoyados en un proceso cultural cuya misión fue, paradójicamente, la desculturización, lograron establecer un supuesto “sentido común” que pareciera inconmovible.

Frente a ellos, no caben temores ni titubeos. Pero reales, no declamados. Batallar ante semejantes enemigos no es práctica para tibios ni acomodaticios. Promover políticas públicas que comiencen a deconstruir el andamiaje leguleyo y jurídico del oscuro sistema prebendario que nos domina, es una labor que requiere de valentía dirigencial, pero también y fundamentalmente, del sostén seguro de un Pueblo dispuesto a terminar con tanta maldad programada, dispuesto a jugar este partido por la vida que no podemos dejarnos seguir robando.

Corregir un camino desviado siempre es posible. Reconsiderar errores y faltas cometidas, es propio de los y las inteligentes. Apresurar los pasos ante una más que probable avalancha de ataques arteros, es una imprescindible acción para evitar la caída en la complicidad con los poderosos que intentan, siempre, acabar con las ilusiones populares. Repasar los viejos paradigmas que parecen olvidados, es una necesidad para retomar la senda donde ondeen las banderas pisoteadas por las mentiras y el oprobio de los cipayos. Reconstruir la Soberanía, dejar de sentirnos colonia, dominar nuestro destino, es la argamasa que permitirá solidificar la unidad auténtica de quienes todavía creemos que la Justicia Social es nuestra meta innegociable, constructora de la verdadera y postergada Independencia.

1 comentario:

  1. De acuerdo totalmente , ahora el asunto es como hacerlo! Dudo q con la gente del Frente Renovador , a cargo del ejecutivo, lo logremos, ellos son los amigos de la embajada y de los dueños del poder económico, ya lo estamos viendo! Muy triste
    También el verticalismo del peronismo y el abandono de la lucha por la soberanía de nuestro país , más la falta de alianza con los países de la Patria Grande q en este momento luchan contra el imperialismo, son cuestiones que este gobierno no afronta, ni pareciera dispuesto a hacerlo! Una verdadera catástrofe !

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