martes, 30 de marzo de 2010

AFGANISTÁN: OLOR A PODRIDO


EE.UU. odia tanto a Bin Laden y a los talibanes como negocian con ellos debajo de la mesa para que no torpedeen sus emprendimientos energéticos. Teniendo al opio como su principal fuente de financiamiento, los talibanes siguen siendo la pieza fundamental en cuanto al "juego" occidental en Afganistán, aunque Obama se desgañite anunciando su próximo fín, ya largo en el tiempo.

:"El consumo de opio se propaga cada día mas entre los trabajadores adultos y las obreras, en los distritos agrícolas tanto como en los manufactureros. 'Impulsar la venta de opiáceos… tal es el objetivo de algunos emprendedores comerciantes mayoristas. Para los droguistas es el artículo principal'. Los lactantes que toman opiáceos 'se encogen hasta convertirse en pequeños ancianos o en monitos arrugados'. Tal es la terrible venganza que la India y China se toman contra Inglaterra"- escribía Carlos Marx en 1876, refiriéndose al efecto que producía el opio en las cuadrillas de trabajadores que engrosaron los ejércitos del capitalismo industrial. ("El Capital", Tomo I, página 384, Cartago Ediciones, 1974). Utilizado para dormir conciencias y voluntades, sembrado por Inglaterra en la India y luego exportado a la fuerza a China a través de las tres Guerras del Opio desatadas desde 1839 a 1842, el opio se constituyó en arma fundamental en conspiraciones y agresiones imperiales varias. Entre ellas, la organizada por la CIA a inicios de los años 60 en Laos, para agredir a las fuerzas norvietnamitas del Vietcong y al Pathet Lao izquierdista. A través del Proyecto Momentum, inaugurado por el presidente Eisenhower en 1960, la CIA armó un "ejército secreto" laosiano, denominado "L' Armee Clandestine", compuesto por 17 mil cultivadores de opio de la etnia montañés Hmong. Estos paramilitares, comandado por Hmong Vang Pao en 1962, recibieron durante años pertrechos bélicos, alimentos y medicinas a través de la empresa "Air América", tapadera de la CIA, la cual trasladaba desde Laos cargamentos de opio que mercaba para financiar operaciones encubiertas.

Ahora, y desde hace tiempo, Afganistán dá que hablar en relación con el opio y su principal derivado: la heroína. Productor del 92% de la heroína mundial desde que fue invadido por EE.UU. en el 2001 y de opio - en el 2009 se estimaba en 200.000 los adictos al opio y la heroína en este país asiático-este espacio desértico y montañoso se tambalea entre narcotraficantes, pobres de toda pobreza, invasores norteamericanos y sus aliados europeos y magnates energéticos que pretenden hacer allí su agosto.

Petróleo, gas y talibanismo
La zona del Mar Caspio es una de las mas ricas energéticamente hablando, y contiene una riqueza mayor que la de Arabia Saudita. Las reservas de petróleo y gas allí existentes están valoradas en 6 billones de dólares. De los países contenidos en esa región, Turkmenistán, antes perteneciente a la URSS, atesora reservas incalculables de gas, que no puede exportar debido a la falta de infraestructura. En 1992, Turquía, Irán y el país citado se propusieron construir un gasoducto que llegara hasta Turquía y Europa, pero el emprendimiento no llegó a concretarse. Tampoco otros por el estilo, habida cuenta que EE.UU. boicoteaba cualquier proyecto que pasara por Irán. Dos años mas tarde el grupo petrolero argentino Bridas- del cual fué presidente en los años 80 el general genocida Guillermo Suarez Mason- con concesiones en Turkmenistán, propuso construir un gasoducto que cruzara Afganistán y proveyera de gas a Paquistan e India. A su vez, en 1995 la compañía norteamericana Unocal propuso algo similar, y al no compatibilizar intereses con Bridas comenzaron los tires y aflojes en relación con los emprendimientos gasíferos. Entretanto, desde 1994, tanto Bridas como los norteamericanos trataban de congraciarse con los 'señores' pakistaníes: los talibanes. Auspiciados, financiados y armados por EE.UU. en los 70 para combatir a los soviéticos, y luego dueños del país, los talibanes, principales cultivadores de adormidera, y luego heroína, del mundo, se convirtieron en piezas indispensables para llevar a cabo cualquier proyecto que se vinculara con Afganistán. Pero en 1994 le dieron via libre a Bridas para que iniciara su gasoducto. Entonces fueron anatemizados por los norteamericanos cada vez mas, hasta que, luego de los atentados del 2001 a las Torres Gemelas de Nueva York, Afganistán fué invadido por EE.UU. Osama Bin Laden, hasta entonces niño mimado de la CIA, pasó a ser el enemigo número uno y en pos de su persecución y sus acólitos talibanes los yanquis fueron escalando el conflicto hasta hoy, cuando tienen 120.000 efectivos en esa nación montañosa y esperan aumentarlos en 39-000 más hasta su anunciado retiro en el 2011.

En elecciones digitadas por ellos, los norteamericanos pusieron en el gobierno de Kabul a Hamid Karzai, antiguo agente de la CIA y funcionario de UNOCAL, y en el 2002 anunciaron su acuerdo para la construcción del gasoducto de UNOCAL pasando por Afganistán y finalizando en Paquistan.

Sin embargo, con la compra de la mitad de las acciones de Bridas por China, la pugna para construir el gasoducto se agudizan. Y los talibanes, dueños del sur de Afganistán y con control de grandes porciones del territorio, vuelven a ser – como siempre lo fueron- la piezas indispensables para llevar a buen puerto los negocios energéticos.

El opio de los pueblos
Desde el comienzo de la ocupación norteamericana a Afganistán a inicios del siglo XXI la producción de opio allí creció en un 1400%. A su vez, también aumentó la producción de heroína, engendrada gracias a insumos esenciales como el anhídrido acético, fabricado por empresas alemanas y norteamericanss, entre otras, como la Dupont de Nemours. Sin embargo, de nada valieron las quejas de Rusia- principal receptor del opio y la heroína afgana contrabandeada a través de su frontera común- y otros países en relación con la permisividad norteamericana para con los productores de adormidera y sus derivados.

"Las fuerzas estadounidenses ya no erradican"- afirmó el general Stanley McChrystal, comandante de la Fuerza Internacional para la Asistencia a la Seguridad de Afganistán (ISAF), conformada por EE.UU. y sus aliados de la OTAN., refiriéndose a la zona de Marjah, situada en el sur del país. " Marjah es un caso especial. No queremos llevarnos por delante al medio de vida de aquellos a quienes nos queremos ganar"- señaló hace pocos días un lugarteniente de McChrystal, el mayor Jeffrey Eggers. Según la OTAN, el opio supone el sustento de un 60/70% de los agricultores de Marjah, que ahora pretenden ser utilizados contra los talibán, aún contrariando la política afgana oficial en relación con el cultivo de opio. El laisses faire yanqui y sus aliados de la OTAN con respecto a los productores afganos contrastan con la remanida política norteamericana antidrogas llevada a cabo en Bolivia, hasta la asunción de Evo, y en Colombia, donde se rocía a las plantaciones de coca y amapola con potentes glifosfatos que liquidan todo vestigio vegetal y animal y producen cáncer y otras enfermedades en humanos, a la vez que se "descertifica" a países supuestamente vinculados con la producción de narcóticos.

Por otra parte, se sabe que los EE.UU. odian tanto a Bin Laden y a los talibanes como negocian con ellos debajo de la mesa para que no torpedeen sus emprendimientos energéticos. Teniendo al opio como su principal fuente de financiamiento, los talibanes siguen siendo la pieza fundamental en cuanto al "juego" occidental en Afganistán, aunque Obama se desgañite anunciando su próximo fín, ya largo en el tiempo.

Allí el gas y el petróleo se vinculan a apacibles sueños y pérdidas de conciencia, en tanto el opio se tiñe de negro y de volátil sustancia combustible.

Y todo huele a podrido.

Por: Jorge Luis Ubertalli  - TeleSUR.net

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